EC —Vamos a los detalles. Un poco más en profundidad, ¿cómo funcionaría este esquema de adaptación a coyunturas de crisis?
WC —Es algo muy simple: bien dicho, coyuntura es algo que no es permanente, no es estructural. Coyuntura es cuando la situación del país está complicada. Como usted bien dijo, lo hemos presentado al Poder Ejecutivo, lo hemos presentado al PIT-CNT, lo hemos presentado también a la opinión pública en las cámaras empresariales, y en general debo destacar que hay una coincidencia favorable.
EC —Ahora le pregunto sobre eso, pero vayamos a un ejemplo concreto.
WC —Usted, que es un trabajador, un funcionario de una empresa y está ganando 100; si usted va al seguro de paro, casi seguro que le van a pagar entre 48 y 52. Además, el Estado deja de percibir ese aporte y está pagando los subsidios por desempleo. Con esta filosofía, si usted estaba trabajando de lunes a viernes, en aquellos sectores, en aquellas empresas —esto, vuelvo a repetir, es amplio, puede servir para agro, industria, comercio, servicios—, ustedes pactan un acuerdo mutuo entre funcionarios y la empresa de que va a trabajar una semana de lunes a jueves, y otra semana de lunes a viernes.
Si usted tuviera 100 personas y tuviera que prescindir de 20 para mandarlas al seguro de paro, en lugar de mandarlas al seguro de paro, que es equivalente a mandar al seguro de paro 20 % de la mano de obra que tiene, usted arregla que un 50 % de esa mano de obra trabaje de lunes a jueves y otro 50 % trabaje de martes a jueves. En lugar de pagar, si fueran jornadas de ocho horas por día, 5×8=40, usted va a pagar jornadas de 32 horas [semanales]. Si usted estaba ganando 100 normalmente y va al seguro de paro y gana 50, de esta manera capaz que usted va a ganar 78, 82, 81; la empresa no deja de trabajar, la empresa sigue generando el flujo de caja que precisa para mantener sus compromisos y hacer frente a sus obligaciones laborales, el funcionario puede disponer, incluso —la idea está buena— que el día que no está en la empresa puede dedicarse a ser capacitado vía Inefop [Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional] u otro organismo que así lo pudiera aplicar para ir pensando en el mundo moderno, que cada vez es más competitivo y requiere más tecnología, y eso sería por un pacto de seis meses, por ejemplo; si pasados los seis meses la producción de la empresa mejoró, se volvería al régimen normal, y si no pasó se volvería a plantear un escenario como este. Lo importante de esto es que además tiene que ser una medida ágil, rápida, y que permita justamente enfrentar los problemas de que estamos todos los días viendo empresas que cierran y gente que va al seguro de paro.
EC —Usted hablaba de un mecanismo ágil. Lo que veo en el documento que ustedes presentaron es que el acuerdo incluye una serie de etapas. La empresa podrá demostrar sus dificultades a través de un certificado de contador público que analice la disminución de las ventas, las declaraciones juradas ante la DGI, reportes de declaraciones de exportación… O sea, esa negociación se inicia con números arriba de la mesa, tiene que presentar… El documento dice “la empresa podrá”. ¿“Deberá” demostrar? Hay que poner el documento que exponga esa dificultad, ¿no?
WC —Esto es un borrador. Palabras más, palabras menos, lo que vale es el espíritu del concepto y no la gramática específica de una palabra. A lo que vamos es que la empresa va y dice: “Realmente vendía 100 y este año vendí 80. Exportaba 100, aquí tiene cualquiera de las planillas que salen de la aduana. Este año exporté 80 o 40 o 60”. Muy bien, ya está iniciado el paso. Usted va, se presenta —otra cosa: la gente puede ser fiscalizada o no fiscalizada, esto se pacta como un acuerdo… no necesariamente toda la gente está obligada a aceptar, de repente 50 % de la empresa quiere trabajar bajo este sistema y un 50 % prefiere ir al seguro de paro—.
