EC —Usted dice que estos sectores, estas distintas ramas de la industria, están experimentando dificultades similares, ¿o sea que el mecanismo valdría prácticamente para cualquier rubro en este momento?
WC —Hay tres sectores: uno que es dinámico, otro que es intermedio y otro que está con problemas. En los relevamientos que tenemos en la CIU normalmente había, en los últimos años, desde 2012, un 40 % de empresas en crecimiento, con dos o tres puntos de crecimiento todos los años; había un 30 % de empresas promedio, que se mantenían, no crecían pero tampoco caían, con lo cual mantenían su actividad, y, como siempre en toda parte de la vida, había 25 %-30 % de empresas que lógicamente presentaban problemas. Sin duda hay empresas que nacen, que cierran, que se crean, hay actividades que son en un momento rentables, en un momento dejan de ser rentables… bueno, esa es la filosofía, la facilidad que hoy en día debe tener un empresario o cualquiera que haga una actividad productiva, de adecuarse a las realidades del mundo y del país en el cual vive. Hoy el 80 % de las ramas industriales está con problemas. Nunca habíamos llegado a ese extremo.
Pero además, esta apuesta nuestra a la adecuación de la jornada laboral no va solo para la industria; va para la industria, el agro, el comercio, los servicios, incluso para el propio Estado; cualquier empresa, sea pública, privada, estatal o paraestatal que pudiera mostrar estos problemas, sean tanto de producción, de trabajo, de servicios, en el área que esté, y si las circunstancias le permiten trabajar en forma parcelada, bueno, creemos que es una medida que también ayudaría a bajar el gasto, de esa manera también se podría correr un poco el fantasma de lo que pueda pasar el año que viene, que también va a ser un año difícil. Hay una serie de costos y gastos que el Estado tiene en forma normal, que son permanentes, que ya están fijos, no hay manera de sacarlos —el costo del Estado es importante—… en la medida en que esos sectores pudieran adecuar su jornada laboral y la eficiencia del trabajo, estaría bueno, y creemos que no solo para la industria. Nosotros largamos la idea porque lo hacen otros países, pero así como están estas ideas hay otras que podrían ayudar a que Uruguay no sufra tanto estos problemas y cuando venga la etapa de recuperación se vuelva a la normalidad.
EC —Quiero preguntarle sobre el trámite que ha tenido esta propuesta que ustedes formularon y que tiene por lo menos un par de meses ya arriba de la mesa. Ustedes se reunieron con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, también con el PIT-CNT… ¿Qué ha ocurrido?
WC —Vamos a rescatar lo positivo, que es que la propuesta cayó bien. A veces uno piensa que cualquier propuesta que hace el sector empresarial es mal tomada por los empleados o por los sindicatos, básicamente, porque piensan que hay gato encerrado. Creo que acá no hay ningún gato encerrado, hay un gato libre que se llama “Uruguay corriendo para adelante”. Se lo hemos planteado al ministro, él se mostró interesado, hemos tenido alguna primera idea de tratar de conversar con el PIT-CNT, a través de su secretario, Marcelo Abdala, y esta semana se lo hemos planteado a la ministra de Industria. La ingeniera Cosse se mostró muy receptiva y posiblemente tengamos este viernes una reunión con ella, porque justamente creo que hay una madurez, muchos actores que han visto esta propuesta como algo lógico y razonable. Está bien: si yo estoy ganando diez y tengo que ir a ganar ocho, no me gusta, pero también si estoy ganando diez y tengo que ir a ganar cinco, y después ni siquiera sé si a los cuatro meses vuelvo al trabajo…
EC —Usted está comparando esta fórmula que proponen con la otra alternativa posible, que es el seguro de paro.
WC— Claro, e incluso otra cosa, que hemos dicho nosotros y también lo ha sostenido, incluso, el director de Trabajo: no hay peor aumento de sueldo que aquel que por un 10 % genera la pérdida de 100 % del puesto de trabajo. Entonces creemos que hoy en día, en momentos de crisis, es importante preservar las fuentes laborales, es importante preservar la sustentabilidad de las empresas.
