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Entrevista central, jueves 30 de junio: Washington Corallo

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EC —Usted ha dicho que en el PIT-CNT en principio se ha visto con buenos ojos, o se ha mostrado disposición a considerar una fórmula así, pero ha habido algunas declaraciones que, no sé si fueron en sentido contrario, pero que permiten poner dudas. Por ejemplo, Milton Castellano, director del Instituto Cuesta Duarte, señaló: “Hay como una muletilla del sector empresarial: cuando van a negociar salarios ubican el tema de los puestos de trabajo en la agenda pública”. Y esto viene a raíz de que este año vencen 126 de los convenios colectivos, más de la mitad de los existentes, y está por empezar ahora la discusión.

WC —Acá estamos comparando bananas con peras, no tiene nada que ver. Una cosa es la negociación colectiva, en la cual uno pacta las condiciones de trabajo que serán por 18, 24 meses, con lo que son los conceptos de ajustes, los beneficios, las distintas pautas que integran, justamente, una negociación salarial. Lo que nosotros estamos hablando es independiente de la negociación salarial que lleven los 104, 105 sectores que tienen que negociar ahora, si son dinámicos, moderados, a la baja, no importan las pautas. Lo que nosotros estamos planteando es independiente de las pautas que cada sector, valga la redundancia, paute.

Esto es una cosa que no tiene nada que ver, justamente por eso no lo ponemos ni siquiera dentro de la negociación colectiva. La empresa puede haber negociado 14 % de aumento, aumentos diarios, todos los días, de 1 %, pero cuando hay problemas, decir “mire, bueno, perfecto, el convenio está. Lo que nosotros vamos a hacer es en forma provisoria e independiente al convenio —porque si el convenio dice que tiene que ganar $ 1 la hora, con la reducción de la jornada va a seguir siendo $1 la hora, nadie está hablando de sacar los convenios—”.

Por eso en ningún lado del borrador dice que esto tiene que venir como una cláusula en el convenio. Esto es algo de libre albedrío y voluntario para las empresas. Lo que no se puede es obligar ni exigir a ninguna empresa que deba tener a la gente trabajando cuando no tiene los fondos para pagarle, entonces la empresa lamentablemente tiene que recurrir al seguro de paro, y a veces la persona no puede volver y se pierde esa capacidad técnica. Entonces creemos que acá hay que identificar muy claro el problema, y la ciudadanía y el trabajador, la persona que tiene un puesto de trabajo, hoy tiene que entender que es preferible tener el puesto de trabajo y trabajar algún período de tiempo tal vez ganando menos que estar en seguro de paro o perder el puesto de trabajo.

Alguna negociación colectiva que pueda ser exitosa para el punto de vista del trabajador después puede generar el cierre de esa empresa y la pérdida de puesto de trabajo de alguna gente que tal vez estaba dispuesta a estudiar otras consideraciones de trabajo, como podría ser esta propuesta nuestra, para no perder su fuente de sustento.

EC —¿Cómo son las etapas que vienen? ¿Cuánto tiempo lleva determinar si esto se aplica o no se aplica?

WC —Vamos a ver, justamente; si esta semana tenemos un contacto positivo con la ministra de Industria, volveremos a hablarlo con el ministro Murro. Esto es algo muy fácil, no es una ley, es simplemente un decreto.

EC —Ustedes terminan el documento diciendo que un decreto del Poder Ejecutivo será necesario para establecer las pautas.

WC —Justamente, para darle un marco legal a lo que estamos hablando. Esto es, un decreto que diga que aquellas empresas que se presenten con un agente legal frente al ministerio y planteen, con la firma de los funcionarios que están dispuestos a aceptar por x período de tiempo y las pautas que… porque una empresa puede pactar que trabaja lunes, miércoles y viernes, otra empresa puede pactar que trabaja de lunes a jueves, otra puede pactar que trabaja de lunes a viernes las dos primeras semanas del mes y las otras dos semanas de lunes a jueves, o sea… el concepto mundial hoy en día, si uno va a los países que triunfan, a los países que tienen éxito… 250 años atrás Uruguay como país casi no existía, tampoco existía EEUU, por ejemplo; y sin embargo, uno ve el esfuerzo de un país contra otro y cómo logra amalgamar una comunidad y cómo logra tener, por ejemplo, adecuación de la jornada laboral, cómo los países van tratando de que todo el mundo pueda trabajar, si tiene que trabajar tres, cinco, siete horas… Está el concepto de que el trabajo es parte básica del ser humano y también es parte básica de un acuerdo que permita que las actividades productivas realicen y que por ende el país y la economía tengan el factor derrame que queremos. Es muy fácil: no se puede distribuir lo que no se produjo.

EC —¿En las conversaciones que ustedes han tenido con las autoridades y con el PIT-CNT ha quedado claro que podría utilizarse ese sistema, más allá de la industria?

WC —Nosotros lo planteamos. Yo represento a la industria, pero obviamente, como le dije al principio, el país no es la industria. Me parece que cualquier idea de estas también puede ser replicada. Si mañana viniera una agroindustria, una empresa de servicios… Le doy un ejemplo, un call center que tiene 300 personas y hoy en día se le cayó la actividad y tiene trabajo para 200, bueno, en lugar de mandar 100 al seguro de paro se arregla y manda 40, otros hacen un turno rotativo… No sé si se da cuenta del alcance grande que tiene esto.

Esto es, justamente, el libre albedrío, la flexibilidad, pero todo bajo un marco legal que permita que los países, las empresas y los agentes económicos, independiente de la actividad, que sea tengan la posibilidad de estar a la par de otros países del mundo que también compiten con Uruguay y para los cuales Uruguay es clave que también tenga la presencia no solo en el mercado interno sino en el mercado de exportación. Esto, vuelvo a repetir, vale para todos los actores.

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