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Entrevista central, jueves 5 de enero: Arturo Echevarría

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NB —La incorporación de los distintos colectivos al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) tuvo dos caras, por lo pronto del lado de las IAMC. Por un lado la gente que estaba por fuera del sistema fue consiguiendo acceder a la atención allí, y por otro lado las mutualistas han tenido una sobrecarga en la demanda de sus servicios. ¿Qué evaluación hacen con respecto a ese fenómeno? Porque a propósito de lo que platean ellas está la otra cara: si las cuentas no les están dando, también se resiente la inversión que es necesaria para atender a esos colectivos que se han ido sumando al sistema.

AE —Esos colectivos son bienvenidos por las instituciones. Al punto de que comenzamos la charla hablando de la intención de evitar que haya una pelea por usuarios fuera del marco legal. Para las instituciones en general la cantidad de afiliados que tienen está por debajo de la que les gustaría tener.

NB —Pero eso ha impactado y los usuarios que ya pertenecían a las mutualistas antes de la instalación del sistema lo han notado, eso ha impactado en los tiempos de espera o en la coordinación de operaciones que no son urgentes.

RA —Tenemos algunos mensajes de los oyentes. Sergio plantea: “En general hay una disconformidad con el sistema de atención, demoras de más de un mes para acceder a un médico, y ni hablar de cirugías urgentes”. Lo menciona apropósito de la superpoblación.

AE —Hay una contradicción entre lo que plantean las personas, que lo hemos escuchado reiteradas veces, que ha cambiado con relación a lo que era antes del SNIS la relación que tenían con las instituciones, porque mucha más gente está accediendo a servicios de salud que antes no accedía. Esto es lo que se llama universalidad, que es una característica del sistema nuestro que es muy buena. Y necesitamos corregir, por supuesto, el acceso a especialistas.

Con el correr del tiempo se ha acrecentado una visión que no siempre es correcta de que accediendo a los especialistas más pronto tengo mejor nivel de salud. Para que tenga una idea de lo que quiero decir, que no es tratar de que la gente no vaya a los especialistas. Los cardiólogos dicen que un 50 % aproximadamente de las personas que los van a ver no tendrían que ir a verlos, porque se trata de problemas de hipertensión que debería resolver el médico de medicina general. Entonces tenemos llenas las horas de los cardiólogos y el 50 % de las personas que los van a ver no tendrían que ir a verlos. Esas cosas son las que tenemos que corregir, que nos van a permitir que cuando alguien necesite ir a un cardiólogo acceda más rápidamente que hoy porque el cardiólogo va a estar atendiendo las cosas que debe atender y no aquellas para las cuales no es necesario.

RA —¿Y cómo se mejora eso? ¿No es el médico de medicina general el que da el pase al cardiólogo?

AE —Es un conjunto de circunstancias que involucran no solo al médico de medicina general, que sí lo involucran pero que involucran al equipo de salud y hasta la concepción que tiene el usuario de qué significa estar bien atendido. Lamentablemente a veces las personas piensan que no las atendieron bien si no tienen un pase a un especialista o si no se van con un conjunto de remedios para tratar algo que entienden que tienen. Y los médicos no siempre tienen la capacidad de decirle a la persona qué es lo mejor. En eso está en parte el trabajo que pensamos que tenemos que incrementar para lograr que la gente sea bien atendida en el primer nivel de atención, en el que se tienen que resolver por lo menos, según datos internacionales, cerca del 80 % de las consultas. Creemos que esa sobredemanda de especialistas que tenemos no está del todo bien fundamentada. Ojo, no estoy diciendo nada en particular de alguna persona que por supuesto puede tener la absoluta necesidad de ir a un cardiólogo y lo mejor es lo que vea lo antes posible. Pero cuando uno lo mira en términos generales se pregunta cómo puede ser que el 50 % de las personas que van al cardiólogo no tendrían que haber ido. Es un tema a resolver.

NB —Algunos de los elementos surgían de esta última respuesta y de algunas otras, pero, a modo de resumen, ¿cuáles son los cambios pendientes para seguir mejorando el sistema?

AE —Me hacía gracia que Romina habló del Sistema Nacional de Salud y evitó la palabra Integrado, que es otra que compone el nombre…

RA —No lo evité, no fue voluntario, lo olvidé.

AE —De alguna manera fue una especie de acto fallido. Necesitamos trabajar más en el integrado, necesitamos que la complementación de servicios entre las distintas instituciones públicas y privadas sea más importante para tener una mayor eficiencia en el sistema y una mejor cobertura del servicio de salud a nivel nacional. Eso es parte de los desafíos importantes que tenemos en el corto plazo.

Y también mejorar los niveles de calidad de la asistencia. Entre los componentes que tenemos que discutir con las instituciones en el marco de esta comisión técnico-política de cálculo de las cápitas está incorporar la dimensión calidad a esos cálculos para que el sistema mejore y la gente reciba mejor nivel de asistencia de salud que el que recibe hoy.

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