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Entrevista central, jueves 6 de abril: Marcelo Abdala

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EC —¿A quién está representando: al PIT-CNT, a su sindicato, la Untmra (Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines), o también eventualmente al Partido Comunista (PCU), al que pertenece?

MA —Venimos en nombre de la Central. Sin ocultar nuestra ideología y nuestra pertenencia política, no nos corresponde representar al PCU. En este caso vinimos como PIT-CNT.

EC —¿Cómo se dio su presencia en el programa de televisión del presidente Maduro?

MA —Estaba en la agenda, lo habían previsto los compañeros de la Central Bolivariana. Y nosotros con mucho gusto participamos.

EC —¿Estaba previsto que usted hablara?

MA —No, no estaba previsto. Pero hay muchas cosas que no están previstas en el programa, que tiene una dinámica muy flexible y habla la gente y habla el presidente Maduro. Lo que estaba previsto era que nosotros estuviéramos allí, y el presidente Maduro nos saludó especialmente y nos dio la palabra.

EC —Durante su intervención, como escuchamos recién, usted dijo: “en Uruguay, […] el movimiento obrero y el pueblo es solidario, cariñoso [y] amigo de la revolución bolivariana”. ¿Por qué generalizó de esa manera?

MA —Si uno analiza las resoluciones de los congresos del PIT-CNT, las resoluciones de su Mesa Representativa, esa caracterización que hice allí es la resolución de los organismos del PIT-CNT. Por un lado –y yo lo estoy viviendo a diario aquí en Venezuela, no es que me lo contaron–, que hay una contraofensiva general del imperialismo en el continente y de las fuerzas que representan a las clases dominantes es una conclusión política del PIT-CNT. Se puede acordar o discrepar –para mí a esta altura ya es una evidencia–, pero es una resolución orgánica. Por otro lado, nuestro PIT-CNT ha sido solidario con la revolución bolivariana no desde ahora, es una conclusión que viene desde lejos. Sin ir muy lejos, hace algunos años estuvo directamente el presidente Maduro, recién elegido, en el local de la Central, y hay múltiples resoluciones de solidaridad del PIT-CNT con el proceso bolivariano. La última fue una resolución que adoptó el Secretariado criticando el papel de la OEA, una semana antes de que yo viniera para aquí.

EC —Lo que pasa es que en su frase hay varias partes. Usted habla del “pueblo”, dice que el en Uruguay “el pueblo es solidario, cariñoso y amigo de la revolución bolivariana”. Y está claro que el pueblo uruguayo no comparte unánimemente esa postura, y eso se ha hecho conocer, ha dado pie a cantidad de respuestas, ha dado pie incluso a un hashtag, #nomerepresenta, que ha estado circulando en las redes sociales.

MA —Sí, en las redes sociales, a diferencia de lo que uno hace, que cuando expone se expone, expone su cara, su pensamiento, su corazón, cualquiera puede decir cualquier cosa. Que el pueblo uruguayo tiene una larga tradición de lucha por la autodeterminación de los pueblos es el fondo de la historia de esa posición. Respecto a la cuestión de la OEA, antes de que se desarrollara la CNT, cuando la OEA expulsó a Cuba, el movimiento obrero desarrolló una movilización desde Montevideo hasta Punta del Este criticando esa decisión y condenando a esa organización. Se puede diferir, pero de que es una posición histórica de los sectores populares no tengo ninguna duda.

EC —Pero ahí viene un problema con la definición de pueblo, ¿a qué alude usted con pueblo entonces en esa frase?

MA —A los intereses populares, en mi interpretación. Estamos discutiendo la anécdota, a mí me gustaría entrar en la temática de fondo.

EC —El tema es que cantidad de gente en Uruguay no tiene esa posición solidaria, cariñosa y de apoyo a la revolución bolivariana, eso es un hecho. Entonces, como usted manejó el término pueblo se genera la controversia.

MA —Respeto esa opinión. Tal vez falte mucha información real, de lo concreto que está sucediendo aquí en este momento.

EC —Pero usted utilizó el término pueblo, que es muy genérico.

MA —Mucha gente lo utiliza y no se arma tanto escándalo.

EC —Y a propósito del movimiento obrero, usted historiaba posturas adoptadas y aprobadas por el PIT-CNT a propósito del gobierno y la revolución bolivariana, pero hizo esa afirmación en un contexto muy particular, cuando en Venezuela las cosas se habían puesto más graves que antes en cuanto a la separación de poderes, al punto de que muchos entienden que allí hubo la semana pasada lisa y llanamente un golpe de Estado. Pero dejemos de lado el término, hubo una alteración del orden institucional y usted hizo esta afirmación en ese contexto, lo que llevó a que, por ejemplo esta semana, cuando el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT emitió una declaración, no expresara nada parecido a lo que usted dijo. En la declaración habla de los problemas que están atravesando varios países de la región, entre ellos, Venezuela, pero no incluye ni apoyo ni solidaridad con el gobierno de Maduro ni con la revolución bolivariana. No hubo consenso para algo así. ¿Qué dice usted?

MA —Obviamente, yo no estuve en la reunión del Secretariado. Sí combiné con mis compañeros que a mi regreso voy a brindar un informe completo de toda mi actividad aquí a los efectos de que nuestra Central se ubique con todos los elementos. No me molesta, me gustó mucho la declaración del Secretariado, porque justamente se refiere al centro que desde mi punto de vista está siendo agredido aquí en la situación de Venezuela, que es el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Ese es el fondo del asunto.

Creo que esta es una nación asediada y creo que sí hay violaciones a la Constitución. Ellos tienen una Constitución diferente de la nuestra, hay cinco poderes en Venezuela, hay además algunos poderes que se encargan de cumplir con la normativa constitucional y hacer cumplir la normativa constitucional. Hay una Asamblea Nacional que por decisión de la justicia independiente para el estado de Amazonas demostró que tres legisladores fueron elegidos en forma fraudulenta, por compra de votos. Esa cuestión está demostrada y lo que se solicita es que esos legisladores salgan, no que se disuelva el Parlamento. Y sí hay una situación de conflicto entre los poderes que acá están arbitrando de acuerdo a su Constitución.

Pero el centro del asunto es que si uno compara lo que se dicen los grandes medios de comunicación de masas, en lo que nosotros llamamos contraofensiva del imperialismo, apoyada por el poder mediático y con toda una campaña, que además utiliza a la OEA como herramienta para justificar una intervención, y mira los hechos concretos que está desarrollando aquí la derecha, la oposición al régimen, hay mucha diferencia, mucha distancia entre lo que está ocurriendo y lo que se anuncia.

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