EC —¿Se saca de Estados Unidos, por ejemplo, del gobierno de Estados Unidos?
MA —No lo sé yo, no soy quien para decirlo. No creo, pero no soy quien para decirlo. Sí me consta que se están pidiendo reuniones que no se hacen. Entonces hay un problema, porque los Estados tienen que conversar, los Estados tienen que dialogar y conversar entre ellos, y pueden diferir. Pero la información sobre la situación de aquí, ¿de dónde la estamos sacando? ¿De los medios de comunicación?, ¿de la OEA? Creo que es un problema muy delicado el que está planteado, aquí se están preparando las condiciones, ahí sí, para una intervención, para un golpe de Estado, se están preparando a través de una campaña mediática, a través de una OEA ilegítima, que no solamente no dice nada de los asesinatos en México, los desaparecidos en México, en Paraguay, en Colombia, de la situación de Perú, y vive pura y exclusivamente para agredir a Venezuela.
EC —¿Usted entiende que el gobierno uruguayo también forma parte, voluntaria o involuntariamente, de esa contraofensiva del imperialismo, las clases dominantes y la derecha en todo el continente, de la que habló el domingo? ¿Entiende que de hecho termina formando parte de ese intento intervencionista?
MA —De ninguna manera. La línea que estamos desarrollando sobre la cuestión venezolana no digo que forme parte ni mucho menos, eso sería un disparate, en Uruguay hay un gobierno progresista, hay consejos de salarios, y las que quieren liquidar los consejos de salarios y los avances son otras fuerzas, son las cámaras empresariales, son otros. Nada más lejos de […]. Pero la línea sobre Venezuela, lo que no quiero es que Uruguay tenga una opinión vacilante en un problema que es gravísimo, porque está en juego la vida del pueblo, porque […] son los responsables del Plan Cóndor. Ahora ha salido el Comando Sur, está conspirando para desestabilizar Venezuela. Decía el compañero que está conmigo, Ernesto Etchepare, un compañero muy modesto, reservado, que es el responsable de la Coordinadora Uruguaya de Apoyo a la Revolución Cubana –que se está convirtiendo en una coordinadora de apoyo a todos los pueblos de América Latina–, que estuvo cinco años preso defendiendo la democracia, como principalmente la defendió la clase obrera, que hizo la huelga y estuvo 11 años de lucha sin un minuto de tregua por la democracia que hoy disfrutamos todos: “La picana con que me torturaron decía Made in USA”. Es decir, cuando el imperialismo realiza una intervención de esta naturaleza no nos podemos prestar ni un milímetro para contribuir a que se generen, por la vía de la confusión, condiciones en esta materia. Eso lo digo en forma contundente.
EC —Pero al mismo tiempo no hubo de su parte una diferencia, un salir a marcar una postura de defensa al gobierno uruguayo ante lo que el presidente Maduro había señalado delante de usted mismo el domingo. Llama la atención que mientras usted hace el planteo que acaba de hacer a propósito de los riesgos de intervención en Venezuela, no haya hecho ningún comentario para defender al gobierno uruguayo ante lo que el presidente Maduro dijo delante de usted mismo el domingo.
MA —No me corresponde tampoco. Los comentarios sobre el gobierno uruguayo los tiene que hacer el gobierno uruguayo. Yo estoy apreciando una diferencia política en esa línea, que es parte también de las conclusiones del PIT-CNT. No me corresponde meterme en esa cuestión, sería un irresponsable. Estamos hablando de relaciones entre Estados. Yo no soy gobernante ni representante del Estado uruguayo, apenas represento al PIT-CNT, que es una organización muy importante, pero es el PIT-CNT.
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Transcripción: María Lila Ltaif
