EC —Otra objeción que se escuchó la semana pasada, creo que se la plantearon incluso en el Parlamento a usted: ¿cómo puede ser que, con los días que transcurrieron, no se haya identificado todavía a los protagonistas de la asonada?
EB —Se detuvo a 12 o 13. A uno se lo detuvo como participando en una rapiña, la Justicia lo dejó libre pero la Policía cree que tenía que ver. Y lo otro, es evidente que los hechos se produjeron en la quema del ómnibus, donde no estaba la Policía. Entonces hay filmaciones en algunos casos, que se están estudiando, y en otros casos no había presencia policial, por eso lo hicieron, y se requieren testigos. En estas situaciones el elemento testigo es de los más difíciles. Y creo que quien trata de aportar a la solución del problema no puede saltearse ese hecho, que en estas situaciones es muy difícil la presencia de testigos y que cargarle las tintas a la Policía solamente se hace por razones de diferencia política, pero no por razones de objetividad.
EC —¿Cómo está el barrio hoy? ¿Se agregó presencia policial desde el viernes 27, en estos días, más allá de lo que ya estaba previsto en función del PADO, etcétera?
EB —Sí, se agregó, porque el PADO tenía un horario y ha habido una presencia durante todo el día en función de darles seguridad a los servicios que se prestaban en el barrio y que reclamaron mayor seguridad durante estos días. Es evidente que se fue más lejos que el PADO. Pero el barrio ha estado tranquilo y creo que la presencia de la Policía lo explica. Esa fue la situación.
EC —Usted tiene que irse porque dentro de unos minutos empieza el Consejo de Ministros en la Torre Ejecutiva. Está acá contestando por el MI, pero me gustaría preguntarle algo un poco más global, por lo menos para una primera respuesta, a partir de la columna de Hoenir Sarthou la semana pasada en el semanario Voces, que es muy crítica a propósito de la presencia del Estado en zonas como estas que estamos analizando. Dice Sarthou: “Permitir que las puntas de lanza del Estado en esos barrios sea la Policía y el caritativo Mides [Ministerio de Desarrollo Social] en lugar de la escuela pública y el Ministerio de Trabajo es un error imperdonable”. ¿Qué dice de este enfoque más global?
EB —En principio, sin responder a eso, hace tres o cuatro años diseñamos la Estrategia por la Vida y la Convivencia, que precisamente establecía que la presencia del Estado tenía que ser a través de varios organismos: los de la educación, la salud, el trabajo, la vivienda, el Mides, y que se requería la actuación de la Policía. Yo puedo responder de esa estrategia en lo que tiene que ver con la actuación de la Policía, porque todos pidieron presencia policial para poder desarrollar sus tareas.
En segundo lugar, y ahí sí con respecto a la nota, la presencia de la educación es cada vez más fuerte. La podrá ver Hoenir Sarthou o no, pero es cada vez más fuerte. Es más, a principios del Gobierno nos reunimos con la ministra de Educación para ver dónde estaban las zonas y cuál era la evolución de aquellas que habíamos determinado como prioritarias para poner más centros de estudio, en eso debe de estar el Ministerio de Educación y Cultura. La presencia del Mides la podrá cuestionar, pero es imprescindible sabiendo por qué surge y se desarrolla el Mides. La presencia del Ministerio de Trabajo es de la que menos elementos tengo.
EC —Él lo plantea en sentido simbólico para aludir a la combinación necesaria de educación y trabajo.
EB —Sí, y justamente, creo que ahí ha habido distintas combinaciones –hasta nosotros hemos participado en ellas– para fomentar una cultura de trabajo que está ausente en algún habitante del barrio. En la mayoría creo que está presente. Yo lo señalaba estos días, la canción que toman de Fuerte Apache que dice "hacer plata de forma diferente" y para qué vamos a trabajar, para qué vamos a estudiar, si en cualquier momento nos apagan la luz. Ese es el problema. Pero los que escriben esto no se dan cuenta de que ese problema no se soluciona rápidamente. Esto se produjo a lo largo de años y años y años que permitieron llegar a esa situación y va a demorar también su tiempo [revertirlo]. Mientras no se soluciona hay miles de vecinos rehenes que hay que proteger. No porque esa situación sea producto de una larga injusticia hay que dejarlos hacer, porque lo que se logra es que sigan afectando a los vecinos. Por lo tanto tiene que haber presencia policial.
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Transcripción: María Lila Ltaif
