EC —En una entrevista con El Observador ayer, el senador José Mujica dijo que usted hizo “todo lo que pudo”…
JM —Estoy de acuerdo.
EC —… pero que en un momento como este se precisaba un jefe, con enorme peso y tradición, que le dijera a cada sector lo que tenía que hacer para que la discusión no se agrandara… Según Mujica, usted actuó como un presidente democráticamente elegido en un proceso…
JM —Eso es un halago.
EC —… no podía tomar una medida de ese tipo, justamente porque no tiene el peso que podía tener, por ejemplo, en su momento, Líber Seregni…
JM —Coincido totalmente con Mujica en sus apreciaciones.
EC —¿Coincide?
JM —¡Absolutamente!
EC —Porque se lo puede ver de dos formas, como un elogio o como una crítica.
JM —A ver: de que yo no soy Seregni no hay ninguna duda. Otra de las cosas que le faltan a la política es un poquito de humildad, la humildad también es una virtud y yo la quiero reivindicar. Sin duda, no soy Seregni, no soy ese jefe, pero tampoco quiero ser el jefe…
EC —Una manera de leer lo que dice Mujica es que usted no da la talla.
JM —Está bien, si lo quiere leer así, lo lee. No creo que Mujica haya querido decir eso. Hablo mucho con él, tengo una excelente relación, no creo que haya querido decir eso, pero en todo caso se lo tendrá que decir Mujica. Yo lo interpreto como: efectivamente no soy Seregni, y creo que hay un halago, un presidente democrático, justamente por esa actitud de un tipo humilde que actúa lealmente y que busca los mayores acuerdos. Y que además no se impone; hay también una suerte de reivindicación de liderazgos autoritarios que no son buenos. Yo dialogo, construyo, soy una persona independiente. Justamente, creo que lo que me llevó a la presidencia del FA es esta capacidad de dialogar, de no operar, de buscar los acuerdos, de ser independiente. Eso es lo que reivindico, y creo que Mujica está diciendo eso.
EC —¿En los tiempos que corren era viable un liderazgo como el de Seregni?
JM —No lo sé, francamente no lo sé. Ahora, en los tiempos que corren, en este momento histórico que vivió el FA, ¿qué liderazgo se precisaba? ¿Quién era el presidente que podía conducir este proceso? No digo que yo sea mejor que nadie, francamente, porque insisto en el valor de la humildad como un valor también en la política, pero creo que la independencia del presidente del FA, el no estar sectorizado, i trayectoria pública, permitía llevar ese proceso de una buena manera.
EC —¿Está aludiendo a los otros candidatos que hubo para el cargo de presidente del FA?
JM —No, no, en absoluto, creo que eran excelentes candidatos.
EC —Pero todos ellos tenían algún tipo de sectorización.
JM —Claro, entonces podrían haber puesto en juego otras cosas que iban más allá de la conducción propia del FA, y eso habría aumentado la suspicacia de desequilibrios hacia sectores. Pero tengo la mejor opinión de los otros tres candidatos. Con alguno de ellos el sábado dialogamos muchísimo buscando los acuerdos.
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EC —El punto 4 de la resolución del sábado viene de las negociaciones que habían existido antes.
JM —Viene de la resolución previa.
EC —Llama la atención, es largo, dice: “Hacer un llamado a todos los compañeros y compañeras frenteamplistas en cumplimiento de funciones de gobierno o parlamentarias o delegadas por y en nombre del FA a ser celosos guardianes y atentos vigilantes en nuestra función. Velar fielmente por la unidad, integridad y los valores, la transparencia, la honestidad y ética en nuestra gestión, que nos legó nuestro pueblo y en las que nos formaron figuras de la talla del general Seregni, Crottogini y el general Licandro, entre otros. El largo camino de la construcción y el fortalecimiento de la unidad no fue ni será fácil, pero en pos de la pública felicidad de nuestro pueblo bien vale la pena transitarlo”.
¿Por qué este punto?
JM —Reconozco que la pluma es farragosa, pero cuando se construye entre muchos la redacción nunca es la mejor. Este punto es central, me gustaría que este fuera el punto central. Es el llamado a la ética en la política, a la conducción ética en la política, es una reafirmación de los principios de la ética en la política. Y eso es una discusión central.
EC —¿Que hay detrás de este párrafo? ¿La impresión de que el caso Sendic, por ejemplo, en el uso de las tarjetas corporativas de Ancap no es el único, puede no ser el único?
JM —No, en la convicción de que es necesario ser, primero, fieles desde el punto de vista ético en nuestra conducción cuando tenemos cargos públicos. Pero además, de que seguramente haya que construir una agenda más intensa para cuidar cómo se gestionan los dineros públicos. Aquí está en juego todo el tema viáticos, cómo se rinden cuentas en el Estado, cómo se utilizan los dineros públicos en general. Acá hay un debate importante. Justamente, por eso hay que salir de lo anecdótico de este caso.
EC —¿Qué está diciendo? ¿Que el FA se acostumbró demasiado al gobierno y que sus representantes que están en cargos de gobierno vaya uno a saber si están siendo suficientemente estrictos y rigurosos?
JM —No, no estoy diciendo eso. Estoy diciendo que en muchos organismos del Estado no hay rendición de cuentas de los viáticos y de los gastos que hacemos. Yo fui funcionario del gobierno y no había reglamentación de viático. Cuando fui director de Derechos Humanos en el Ministerio de Educación y Cultura rendía peso a peso, con boletas, justificaba exactamente cada uno de los gastos. Pero eso no pasa en otras dependencias del Estado. Y creo que eso es malo porque acá está la cuestión de fondo que me gustaría, quizás pasada la semana que viene, tal vez la otra o la otra, conversar en estos micrófonos, porque creo que estas son las cuestiones de fondo, a las que creo que hay que retomar en la agenda, que es cómo gestionamos los dineros públicos en toda la sociedad. La rendición de cuentas, la económica y la política en general, es un valor central para la construcción de la democracia.
EC —La senadora Constanza Moreira decía hace poco acá en otra entrevista que al FA le estaba haciendo falta un sistema de evaluación de la gestión de sus representantes en el gobierno.
JM —Estoy de acuerdo, coincido totalmente con la senadora Moreira. Escuché esa entrevista, me pareció muy muy atinado lo que decía Constanza.
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Transcripción: María Lila Ltaif
