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Entrevista central, lunes 12 de junio: Susana González y Federico Battistoni

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EC —Los proyectos son una de las bases del movimiento del Instituto.

SG —Las investigaciones se financian con los proyectos. El salario, que no es menor, es lo que nos financian el MEC u otras instituciones que dan becas, contratos, pero los insumos –los reactivos, los materiales que usamos– los tenemos que conseguir a través de estos proyectos.

FB —El MEC nos da lo basal para poder existir, estar acá, tener un lugar, luz, agua, algunos contratos, algunas cosas, y nosotros competimos en los llamados nacionales e internacionales para poder llevar a cabo la investigación. De ahí se genera todo lo demás, estamos en ese contexto.

EC —Quedó dicho al pasar, pero vale la pena destacarlo: acá no solamente se investiga, también se forma a científicos.

SG —Sí, el rol que tenemos es muy importante en el tema de posdoctorados. Acá se hacen maestrías y doctorados del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) y otros posgrados de la UdelaR. El Instituto es parte del Pedeciba, el Pedeciba surgió a iniciativa del IIBCE y de la Udelar.

EC —El Pedeciba nació al regreso a la democracia, en el primer gobierno posterior a la dictadura.

SG —Sí, tiene 30 años. Trajo una revitalización a la investigación, porque antes las carreras terminaban en el grado y para hacer un posgrado había que irse del país. Con esto se apostó a retener recursos humanos. Y hoy por hoy incluso dentro del Pedeciba tenemos estudiantes extranjeros que vienen de otras universidades o de otros países donde no hay estos posgrados.

EC —¿Y cómo ingresan acá, cómo se vincula un investigador o un estudiante al IIBCE?

FB —Muy probablemente la gente de la Facultad de Ciencias o de la Facultad de Química cuando quiere terminar su tesina, su carrera de grado, viene, nos contacta y se la incluye, de acuerdo a su afinidad, en alguna línea de investigación. Otras veces, en el marco de proyectos de investigación o de líneas, abrimos llamados a pasantías para que vengan los estudiantes de grado. Terminan su carrera, escriben su tesina y luego muy probablemente realicen sus estudios de maestría con el mismo tutor; pueden cambiar de área, pero generalmente ahí es cuando empiezan la carrera y luego hacen su doctorado. Y como decía Susana, una de las características nuestras, aparte de la gran formación de estudiantes de posgrado –creo que es el 20 % del Pedeciba–, son los posdoctorados, que es una figura nueva que se creó hace muy poco. Pusimos mucho énfasis para poder retener después del doctorado a esos jóvenes, para que no se vayan. Está bueno ir y volver, pero también es eso, recaptar gente que está afuera.

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EC —Yo decía que el IIBCE tiene la misión de diseñar y conducir proyectos de investigación científica para obtener nuevos conocimientos y volcarlos a la sociedad. ¿Cómo se traduce esto en la vida cotidiana? ¿Cómo puede sentirlo cerca el uruguayo común y corriente?

SG —Recibimos consultas del público en general a través del mail y del teléfono, y cada vez empiezan a tener más contacto a través de las visitas que hacemos y el día del instituto abierto, ahí se les muestra más de cerca de las personas qué es lo que se hace. Porque a veces el imaginario público puede pensar que se hacen cosas muy complicadas, muy difíciles, que no pueden tener una transferencia directa a su vida, pero hay una gama muy interesante de investigaciones y algunas ya benefician al uruguayo.

EC —¿Algún ejemplo, algunos hitos de investigaciones en estos 90 años? Son muchos, pero dos o tres que muestren que tiene que ver con la realidad de todos los días.

FB —Un ejemplo de investigación es sobre las abejas, cómo son afectadas por distintos tipo de enfermedades, de microorganismos que hacen que su salud sea buena, que sea mala, los efectos de comer una dieta polifloral o una dieta monofloral –una flor o muchas flores–, el comportamiento de la colmena. Todo eso se investiga acá en el Instituto, es una investigación muy buena y que ha llevado a transferir a los productores determinados manejos de las colmenas que han beneficiado esa área de exportación.

SG —Como mencionaste al inicio, está el tema de los cítricos. Es una línea muy importante, que empezó hace muchos años, cuando se cerraron los mercados del exterior, para identificar los patógenos, o sea las enfermedades que estaban afectando, que no era una, eran unas cuantas. Ahí se pudo hacer un control sanitario de lo que estaba pasando con los cítricos, prevenir, tomar acciones, y hoy los mercados están nuevamente abiertos. No era un tema solo protocolar o consular, era un tema sanitario que era importante resolver.

EC —¿Y si vamos al terreno de la salud, por ejemplo?

SG —En salud acá se trabaja en diabetes, en las bases genéticas de la diabetes, y después en neurociencias hay muchos trabajos más complejos, porque son enfermedades muy complejas, como el alzhéimer, el párkinson. No hay resultados inmediatos, son estudios a largo plazo, pero cada gota de conocimiento que se va adquiriendo es valiosa no solo a nivel nacional, también a nivel internacional.

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