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Entrevista central, lunes 14 de noviembre: Néstor Gómez Alcorta

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EC —¿Por qué entonces Efice no produce más soda? Tiene la cancha abierta.

NGA —¿Y por qué Brasil no produce más soda para abastecer su déficit? Porque la clave en este negocio es la colocación del cloro, porque salen siempre uno de soda y uno de cloro. Si no hay colocación de cloro no se puede producir soda cáustica. En Brasil, por ejemplo, no se ha podido incrementar la producción de soda porque no han encontrado caminos para la colocación del cloro. El cloro no se puede tirar, obviamente.

EC —¿Efice les vende a las plantas de celulosa hoy?

NGA —Hoy les vendemos algunos productos químicos de nuestra producción a las plantas de celulosa, por ejemplo ácido clorhídrico, cloruro férrico, que son productos que utilizan en los tratamientos químicos. Pero no el producto principal que consumen las plantas de celulosa, que es la soda cáustica. Las materias primas críticas de las plantas de celulosa son soda cáustica y madera. La soda cáustica que utilizan las dos plantas de celulosa que están funcionando actualmente, que son Montes del Plata y UPM, es 100 % importada del hemisferio norte, por lo que decíamos antes, América del Sur es deficitaria en producción.

Nuestro proyecto se basa en que encontramos diferentes formas de producir derivados de cloro, utilizándolo como materia prima para fabricar otros productos que tienen colocación en el mercado local y regional, para dar un salto y multiplicar por tres la producción actual de cloro y soda cáustica. Esos dos tercios incrementales de soda cáustica que vamos a producir van a ir 100 % para las plantas de celulosa, vamos a poder venderles casi el 50 % de la que consumen. Eso tiene dos beneficios. Uno es directamente para ellos, porque la importación que hacen de soda cáustica, que es un producto líquido, viene en buques tanque desde el hemisferio norte, hace escala en puertos de Brasil y se pasa a barcos más pequeños para que puedan llegar por el calado hasta Conchillas y a Fray Bentos.

EC —Es muy interesante eso, porque se ha hablado mucho de la producción de las plantas de celulosa, se conoce cómo es el proceso, pero de esta parte yo por lo menos no recordaba haber informado. Las plantas de celulosa tienen que importar esa soda cáustica, que llega primero a Brasil, después se pasa a buques más pequeños, que hacen el traslado por mar, por río, hasta Conchillas en un caso y Fray Bentos en el otro. Ese es un tráfico permanente.

NGA —Es un tráfico permanente, con una logística complicada, con costos agregados y, lo más importante, con riesgo de interrupciones por diferentes motivos imprevistos, como huelgas, roturas de barcos, atrasos. Nuestra nueva planta les va a dar a las plantas de celulosa una seguridad de abastecimiento que hoy no tienen. Hoy no tienen una seguridad total como van a tener con nuestra planta de que no van a correr nunca el riesgo de tener que parar su producción por falta de abastecimiento de soda cáustica.

EC —No van a correr ese riesgo. ¿Cómo van a garantizar eso ustedes?

NGA —No van a correr ese riesgo porque, además de la producción mayor que vamos a tener, incluimos en nuestro proyecto un sobredimensionamiento de la capacidad de almacenamiento de soda cáustica. Hemos diseñado una capacidad de almacenamiento de soda cáustica que va a equivaler a cuatro meses de abastecimiento a las plantas de celulosa. O sea que ningún imprevisto en nuestra fábrica va a provocar que se interrumpa el suministro de soda cáustica a las pasteras.

EC —Ustedes podrían simplemente producir, embarcar y mandar, pero van a tener un depósito grande que va a funcionar como un colchón.

NGA —Exactamente, nada menos que de cuatro meses del abastecimiento nuestro a las plantas de celulosa. Con un agregado importante: hemos diseñado un sistema de transporte por barcaza de la soda líquida hacia las plantas de celulosa. Vamos a establecer un pequeño muelle flotante frente a nuestra planta de Efice en el Río de la Plata y vamos a construir, en nuestro proyecto, dos barcazas propias –que le daremos a un tercero para que las opere, porque no es nuestro negocio ni nuestro oficio– que van a transportar esas 40.000 toneladas anuales de soda cáustica de Efice a las plantas de celulosa.

EC —El transporte se va a hacer por vía fluvial.

NGA —Por vía fluvial, y va a sustituir, al cabo de un año, a 3.000 camiones, con menos desgaste de carreteras y menos emisión de gases con efecto invernadero, el equivalente a 150.000 árboles.

EC —Y desde el punto de vista de los costos, ¿para las plantas de celulosa también es conveniente pasar a comprarle en el futuro a Efice esta parte de sus necesidades de soda cáustica? Se lo pregunto teniendo en cuenta lo que usted describía: que hasta ahora y por un tiempo más la soda cáustica les llega del hemisferio norte, primero a un puerto en Brasil, donde se transborda a buques más pequeños y hace el trayecto fluvial hasta Conchillas o Fray Bentos. Acá el trayecto fluvial va a ser más corto, desde San José en el límite con Montevideo hasta Conchillas o Fray Bentos. Por ahí hay una ventaja desde el punto de vista de los costos de flete, supongo, pero ¿qué pasa con los costos de producción, cómo da la ecuación en materia de costos para las plantas de celulosa?

NGA —Los costos de producción que vamos a tener van a ser los costos internacionales, porque el gobierno ha adoptado una política con la cual, mediante algunos decretos que ha sacado y otros que piensa sacar, vamos a tener costos de energía eléctrica competitivos con los de nuestros colegas de la región.

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