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Entrevista central, lunes 16 de mayo: Helen Clark

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Helen Clark nació en la ciudad de Hamilton, Nueva Zelandia, en 1950. Es abogada y tiene un master en Estudios Políticos por la Universidad de Auckland.
Se inició en política en 1981, a los 31 años, cuando ingresó a la Cámara de Diputados por el Partido Laborista. Reelecta diez veces para el Parlamento, a partir de 1987 ocupó también cargos ministeriales y en 1999, a la edad de 49, fue la primera mujer en el cargo de primer ministro en la historia de su país. Después de tres períodos y nueve años al frente de Nueva Zelandia, saltó al sistema de la ONU, donde lleva siete años como administradora del PNUD.

Desde el mes pasado está en campaña para ser la próxima secretaria general de la ONU, lo que implicaría la primera mujer en ese puesto y también la primera ocasión en que accedería a esa responsabilidad un nombre proveniente de Oceanía.

A fines de la semana pasada estuvo en Montevideo en busca del voto de nuestro país, Uruguay, que mantiene vínculos fuertes con el suyo a partir de una serie de similitudes: el tamaño, la ubicación en el mismo paralelo, y el modelo de desarrollo económico, donde se destacan el agro y el turismo.

El viernes, al caer la tarde, Helen Clark visitó nuestro estudio de radio, donde grabamos esta entrevista, que ahora seguimos escuchando. La interpretación simultánea está a cargo de Trinidad Ott.

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EC —Si usted es elegida será la primera mujer en la Secretaría General de la ONU, pero usted misma ha aclarado que se ve a sí misma como neutral en los asuntos de género y que nunca hizo campaña poniendo énfasis en su condición de mujer. ¿Por qué?

HC —En primer lugar, yo no he utilizado eso de que soy neutral en asuntos de género. Obviamente soy una mujer y de eso estoy orgullosa. Es cierto, sí, que a lo largo de toda mi carrera política nunca le pedí a la gente que me votara por el hecho de ser mujer, sino porque pensaba que era la mejor persona para esa tarea. Esa es la actitud que tuve desde las bases más tempranas y los cargos más bajos del Parlamento [de Nueva Zelandia]. Yo creo que como mujer le traigo mucha fortaleza a la tarea y me encantaría, por supuesto, que fuera una mujer la que dirigiera la ONU. Por supuesto, me encantaría ser yo misma.

EC —¿Cree que ser una mujer representa una diferencia importante en la Secretaría General? ¿Por qué?

HC —Porque en mi experiencia las mujeres están mucho más sintonizadas con el bienestar del ser humano y de su familia. Lo digo porque de hecho la mujer, independientemente de la posición que tenga, está más vinculada con el bienestar de la familia o de las personas. Yo puedo administrar PNUD, puedo haber sido primera ministra, [pero también] tengo un padre de 94 años y le pongo la comida en el freezer. Me encargo de una serie de arreglos prácticos, tengo hermanas con muchos hijos, ahora ya nietos, y veo las cosas desde la perspectiva de la mujer interactuando con el sistema sanitario, con el educativo y con otros sistemas sociales, con los ancianos, con los jóvenes… Veo cómo muchas mujeres tienen que manejar situaciones terribles que pasan en el mundo, veo cómo afrontan esas situaciones y circunstancias, cómo puedo dar apoyo a las sociedades para darles a todas las chicas una oportunidad de terminar su educación y no tener que casarse precozmente. Estoy muy motivada desde el ángulo de haber tenido la suerte de haber nacido en una sociedad donde me era posible lograr mis sueños, pero eso no pasa en todos los lugares del mundo.

EC —¿Podría mencionar un plan para mejorar la igualdad de género?

HC —Un plan: mantener a las chicas estudiando. Es fundamental, porque si no puede terminar la educación porque la familia determina que la chica se tiene que casar temprano, eso determina una vida de pobreza. Lo que sabemos es que por cada año adicional de educación que tiene una chica, mayores son las probabilidades de que sus propios hijos sean saludables y que lleguen a un alto nivel de educación. También ella va a poder ser más independiente económicamente y tomar sus propias elecciones. La educación de las chicas es el punto de inicio.

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