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Entrevista central, lunes 16 de mayo: Helen Clark

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EC —Hablemos algo más a propósito de la reforma de la ONU: ¿Usted está abierta a una reforma que le abra el camino a nuevos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, por ejemplo, Alemania?

HC —Bueno, es una pregunta que se hizo en las audiencias [de la Asamblea General]. Eso es algo en lo que el secretario general no incide para nada, lo que yo opine no vale más que lo de otro, son los Estados miembro los que tienen que concentrarse en eso. Si a mí me preguntan si el Consejo de Seguridad tiene hoy la configuración correcta, mi respuesta es que no. En 1945 en la Carta de la ONU se estableció que estarían estos cinco miembros, que aparte de China incluye a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Eso fue antes de que yo naciera, ahora tenemos una realidad geopolítica y geoeconómica diferente que se tiene que reflejar en el Consejo de Seguridad. Esto se ha discutido durante muchos años sin una resolución.

EC —¿Cree que veremos alguna vez un Consejo de Seguridad con otros miembros permanentes?

HC —No sé, ha sido tan duro… La última vez realmente se llegó a un momento muy acalorado de la discusión, los Estados miembro no pudieron cubrir las brechas. Creo que tal vez otro secretario general tenga que encarar el tema mostrando cuáles son las opciones pero, en última instancia, son los Estados miembro los que tienen la palabra. La configuración del Consejo de Seguridad también está sujeta a veto de cualquiera de los cinco permanentes actuales, o sea que no va a ser fácil avanzar.

EC —¿Dónde está, en este momento, el proceso de reforma de la ONU? ¿Se está adelantando realmente?

HC —En el Consejo de Seguridad hay una serie de temas que se están considerando. Por ejemplo, Francia ha planteado una buena propuesta, en mi opinión, que es que debería haber una restricción voluntaria al uso del veto, por ejemplo, en casos de genocidio o de atrocidades muy graves contra los pueblos. Creo que esto es bueno, hay algunos países que abogan por lo que llaman “solución intermedia”, que haría que algunas de las principales potencias emergentes tengan lugares más permanentes en el Consejo de Seguridad, pero entonces habría que agrandarlo. Yo hablo desde la perspectiva de un país pequeño, como Nueva Zelandia y Uruguay: si hay países más grandes que tienen que estar más continuamente, entonces no sería bueno acallar la voz de los países pequeños, es muy importante que todo el mundo tenga una posibilidad.
En cuanto a los otros temas de la reforma de la ONU, Uruguay ha hecho propuestas de reforma en el sistema de desarrollo, especialmente en el de Unidos en Acción, trabajando con los gobiernos, y eso es algo con lo que seguimos trabajando.

EC —¿Cuán burocrática es hoy la ONU?

HC —Cuando yo ingresé al PNUD lo que más me preocupaba era si sería imposible cambiar una organización burocrática y bastante anticuada. Descubrí que era posible bajar los costos administrativos y dejar que entre gente más joven, tener menos gente a nivel central y más en los países. Miro la secretaría y veo que es muy burocrática, pero creo -según mi experiencia en el PNUD- que efectivamente hay muchas cosas que uno puede hacer para que la ONU sea más moderna.

EC —Tengo dos o tres preguntas más, por ejemplo: ¿usted está siguiendo la crisis política brasileña y el proceso de impeachment que acaba de obligar a la presidenta Dilma Rousseff a dejar su cargo?

HC —Sí, lo seguí. Sigo al continente muy de cerca y tengo que decir que durante toda mi vida, y que conste, he tenido interés en América Latina. Cuando era una joven activista política América Latina estaba pasando por una etapa muy importante, con muchas dictaduras, incluyendo la de este país. Chile es el país que tiene una relación más antigua con Nueva Zelandia, fue la primera embajada que abrimos [en la región], y el golpe de Estado en Chile afectó muy profundamente a mi país. Recibimos refugiados y los sindicatos prohibieron el comercio con Chile durante muchísimos años. Por lo tanto, tengo mucho interés en el país, he visitado a estos países docenas de veces, de forma particular, como primera ministra y como administradora del PNUD. Conozco mucho la región.

EC —Entonces, ¿qué piensa de la crisis política brasileña? ¿Considera que lo que acaba de ocurrir es un golpe de Estado, como Rousseff ha dicho tantas veces?

HC —Como funcionaria internacional no puedo dar mi opinión. Tengo mis opiniones privadas y quisiera apoyar a las mujeres líderes, en principio. Conozco todos los antecedentes de la presidenta Rousseff, ha sido una luchadora toda su vida y va a seguir luchando por lo que ella cree. Como mujer la admiro.

EC —¿Y cómo observa lo que ocurre en Venezuela? La ONU pudo haber tenido un papel más activo, un involucramiento en esta crisis tan grave, que es económica pero también humanitaria, porque hay escases de alimentos y medicinas en este momento…

HC —No creo que la ONU haya visto un punto de entrada para Venezuela. Obviamente tenemos un representante y varios programas funcionando allí, pero pienso que la resolución de Venezuela está en manos de los venezolanos. Ellos tienen sus elecciones, las han tenido…

EC —¿Este no es un caso donde la ONU debió haber intervenido para prevenir?

HC —Creo que los venezolanos tienen la capacidad para resolverlo.

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