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Entrevista central, lunes 17 de octubre: Graciela Bianchi

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EC —Durante el debate usted afirmó que el gobierno “no pudo mantener a los que supuestamente iban a cambiar el ADN de la educación”. ¿Aludía a…?

GB —Al sociólogo Filgueira y al maestro Mir.

EC —O sea, a quien fue subsecretario y a quien fue director de Educación en el MEC.

GB —Exacto. Y expresamente durante toda la campaña, incluso recorrían los comités de base, daban charlas de educación. Fueron los que hicieron el programa de educación del Frente. Eran los asesores directos del presidente Vázquez.

EC —¿Usted estaba de acuerdo con ese programa?

GB —Tengo muchos acuerdos con ellos, sí, con el sociólogo Filgueira, con el maestro Mir, con muchísima gente. Los técnicos estamos prácticamente en un 90 % de acuerdo.

Acá volvemos al tema político, que es lo que está trabando la educación. Es el FA el responsable, los sindicatos que perdieron su independencia de clase, los sectores sindicales que se convirtieron en oficialistas –hay sectores que no– y el presidente que reina pero no gobierna. El problema de Vázquez es ¿por qué dejó caer a sus asesores más inmediatos? Si el presidente Vázquez tuviera una autoridad firme, un liderazgo firme dentro de la fuerza de gobierno, no podría haber dejado caer a sus dos asesores más directos, a los que estaban construyendo el cambio del ADN. Todos lo entendimos así; nunca entendimos bien qué era el cambio del ADN, pero no importa, estábamos esperando que nos lo explicaran. Conocíamos a Filgueira y al maestro Mir, sobre todo al sociólogo Filgueira, lo conozco personalmente desde hace muchísimos años, a su papá, que fue un excelente intelectual, lamentablemente lo perdimos muy joven en el 2005. ¿Por qué los dejó caer? A Mir lo destituyó la ministra, pero el ministro cumple las órdenes de Vázquez; para eso están los ministros, son los fusibles, aunque acá parece que no salta ningún fusible. Y el sociólogo Filgueira, en una actitud que lo enaltece éticamente, renunció y nos dijo a todos “no va a haber cambios en la educación”. La gente lo lee en la prensa, ya no digamos que lo sigue en las conferencias.

EC —Pero si se mantienen los responsables políticos, la ministra designada por Vázquez para encabezar la reforma del ADN y el presidente de la ANEP, Wilson Netto, también nombrado al comienzo del período, ¿por qué iba a caer ese proyecto?

GB —Porque todos sabemos, porque se hizo público, no es una especulación –más allá de que él lo proclama después–, que Netto es el representante, el vocero, el aseguro del mantenimiento del statu quo para el MPP y todas las fuerzas radicales. El mantenimiento del statu quo es seguir haciendo la plancha como estamos haciendo ahora.

EC —Pero seguir haciendo la plancha puede ser un peligro en la medida en que Vázquez asumió una serie de compromisos en materia de educación cuando era candidato a presidente.

GB —Estamos totalmente de acuerdo. ¿Por qué se incumplió en educación…?

EC —“Nos comprometemos a la construcción de un sistema integrado para la educación básica de 3 a 14 años, primaria y educación media básica son condición de ciudadanía”, decía Vázquez cuando se presentó el capítulo educación en aquella serie de conferencias. Decía “ampliación del tiempo pedagógico, tiempo completo o extendido, contrahorario escolar y liceal, promoveremos un nuevo marco curricular que defina las seis competencias básicas que persigue el sistema…

GB —Ahí empezó el problema.

EC —… instrumentaremos un plan de excelencia en matemáticas, lectoescritura y expresión de los 3 a los 14 años. Promoveremos la construcción de verdaderas comunidades educativas. Y nos comprometemos a que antes de 2020 el 75 % de los jóvenes terminen enseñanza media y el 100 % de los jóvenes de hasta 17 años estén en el sistema educativo”.

GB —La primera noticia que tuvimos a los pocos días de haber asumido el gobierno es que la propia señora ministra de Educación dijo que no se iban a poder alcanzar la metas. Lo dijo públicamente; yo también utilicé prensa. Después, cuando se hizo la presentación en el IMPO sobre el cambio del ADN el año pasado, bien a comienzo de la administración, vimos que Netto se levantó y se quejó con la ministra –no sé lo que le dijo, después se supo que le dijo que se retiraría– cuando el sociólogo Filgueira –que pudo hablar menos de cinco minutos, porque paró la alocución– empezó a hablar del marco curricular común. Que ahora es marco curricular nacional; lo pueden llamar como quieran, no hay problema, hay muchos nombres para las mismas cosas. Es una buena manera de hablar mucho y no hacer nada. Filgueira sí sabía hacerlo, el maestro Mir también, y otros muchos.

Ahora el Codicen está hablando de marco curricular común. Lo impulsaron los representantes sociales, tanto la inspectora Ivaldi, que fue elegida por los sindicatos, que viene de primaria, como el doctor Robert Silva, que tiene una muy buena formación técnica y fue un actor importantísimo en la reforma de Rama. Ellos han impulsado desde el Codicen. El problema es cómo se aterriza eso. Tenemos que tener una gestión y un relacionamiento institucional correctos, que no existen. Han roto el tejido institucional.

EC —De acuerdo a la interpretación que usted hace –de que la presencia de Netto al frente del Codicen procura garantizar el statu quo–, Vázquez está comprometiéndose a sí mismo, está exponiéndose a que lo que sostuvo, lo que prometió, no llegue a conseguirse. ¿O puede conseguirse manteniendo el statu quo? No entiendo.

GB —Hay que preguntárselo a Vázquez. Pero es muy difícil que Vázquez debata, es muy difícil que Vázquez conteste, tiene un estilo monárquico de gestión. Y sobre todo no se dio cuenta de que este no es el gobierno del 2005, en el que todos estábamos muy entusiasmados con los cambios, los que habíamos luchado dentro del FA muchos años, y la situación económica era floreciente. Yo no sé si Vázquez quería ser presidente por segunda vez, puedo presumir que no.

El tema es que él no está tomando el comando como corresponde de la presidencia. Está permanentemente haciendo equilibrio entre las fuerzas radicales y las fuerzas moderadas que se preocupan de la economía, se quedaron con el Ministerio de Turismo, con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Es así el reparto: Educación, Salud y seguridad lo tienen los sectores radicales, y Vázquez cuando aceptó la candidatura a la presidencia sabía que esa era la realidad.

Lo que le pediría a Vázquez, viendo el desastre que tenemos –y si les molesta la palabra les molestará; el doctor Caetano dice “tragedia” en la educación–, es que gobierne con la gente, con la ciudadanía, con las mayorías sociales que hoy día están instaladas. Las preocupaciones de la sociedad hoy son la seguridad y el empleo, la educación sigue siendo una preocupación, a pesar de que bajó un poquito porque la seguridad encabeza. ¿Por qué se aferra a Bonomi? Es cierto que le prometió a la ciudadanía que Bonomi iba a seguir como ministro, pero la política es dinámica. Le haría muy bien al gobierno airear los actores institucionales. Yo no pido la renuncia de nadie porque sé que no se va a producir, no lo veo a Vázquez reaccionando con la ciudadanía. Pero eso hay que preguntárselo a Vázquez, yo como oposición le digo: señor presidente, acá estamos, le faltan tres años, se nos están quedando los chicos más pobres, más vulnerables, porque los funcionarios –los funcionarios frenteamplistas ahora, a quienes les encantan los sueldos y todos los privilegios que tienen, que me parece bien si ejercieran bien las profesiones y los cargos y además que fueran fieles a los principios fundacionales del Frente– mandan a sus hijos y a sus nietos a la educación privada.

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