EC —Usted reclamó que se forme un equipo de técnicos de todos los partidos para que trabaje en una agenda común en materia de educación. Dijo hace un rato que a nivel de los técnicos hay muchas coincidencias, sean del partido que sean.
GB —Prácticamente total.
EC —¿Por dónde van esas coincidencias? Para usted, ¿por dónde van los cambios –vamos a no hablar de reforma– necesarios, imprescindibles?
GB —En la campaña del 2014 les entregamos un documento con siete líneas estratégicas a los presidenciables. Tabaré no estaba, pero estaban sus representantes. Hay medidas que son muy urgentes. Hay que destrabar este statu quo en que algunos sectores sindicales también están bloqueando los cambios.
Los problemas los tenemos desde primaria, lo ha dicho la FUM (Federación Uruguaya de Magisterio) también, tenemos que tomar rápidamente los programas de primaria. Tenemos que volver a lo básico, los chicos tienen que aprender a leer y a escribir, a razonar, no puede ser que hayamos perdido posiciones en América Latina, y en el mundo ni que hablar, en lectoescritura. Ahora van a venir los resultados de las pruebas PISA, y realmente los chicos no saben leer y escribir y entender un texto básico de idioma español. O sea, hay que priorizar lengua, matemáticas y ciencias; no por casualidad eso se está midiendo especialmente nacional e internacionalmente.
Tenemos que tener un mejor relacionamiento en forma rápida desde el punto de vista institucional con una coordinación entre todos los sistemas. El Codicen no tiene que ser un campo de batalla, tiene que ser un organismo coordinador de una autonomía de los desconcentrados que no es autarquía, pero tenemos que ponernos de acuerdo en qué priorizamos. Creo que hay que priorizar las áreas que acabo de establecer. En media, tanto en la UTU como en secundaria, hay que resolver rápidamente problemas básicos que podemos resolver, como el acto de elección de horas docentes, que es totalmente desorganizado. Hace 30 años elegíamos cada cinco años, ahora se elige por un año, es casi una cuestión de Estado con los sindicatos.
EC —No es tan fácil resolverlo, por lo visto.
GB —Es más fácil de lo que la gente piensa.
EC —La pulseada con los sindicatos al respecto ha sido muy fuerte.
GB —Sí, y va a seguir siendo fuerte. Pero ¿por qué no escuchamos a los docentes, sindicalizados o no? Los docentes, que existen, por favor, los maestros, los profesores, están desesperados por elegir por más de un año, pero les tenemos que dar estabilidad laboral. Yo estoy de acuerdo con los sindicatos en ese caso, no los justifico en las medidas de lucha, pero estoy de acuerdo. Si hay cuatro planes diferentes en los diurnos y cuatro en los nocturnos para extraedad, yo no puedo elegir por más de un año porque no sé si el año que viene voy a tener el mismo plan. Por ejemplo, yo hice una crítica cerrada al plan 2016 en mi segunda intervención y ya salió que lo van a bajar. ¿Por mi intervención? Creo que algo colaboré; digo porque la gente se pregunta para qué sirven las interpelaciones.
La otra cosa fundamental que no quiero perder de vista, en la que tenemos que poner mano rápidamente porque estamos gastando muchísimo dinero, es formación docente. Pero no solamente la formación de los docentes en su formación académica, que obviamente es fundamental, sino la profesionalización docente.
EC —¿No alcanza con la Universidad de la Educación que se está impulsando?
GB —La Universidad de la Educación está bien, pero no con el mismo gobierno que tiene la Universidad de la República (Udelar), porque el gobierno corporativo de la Udelar la ha detenido, estamos en el lugar 900 en el ranking.
EC —De todos modos usted dice que no alcanza con ese paso.
GB —No, tiene que ser una profesionalización permanente. Por eso queremos el profesor cargo, queremos la estabilidad de los docentes en las instituciones educativas, porque parte tiene que ser docencia directa, parte tutorías que necesitamos tanto para compensar a los chicos que vienen con un rezago brutal de primaria y del ciclo básico. Y necesitamos rápidamente retener a los profesores, y parte de las horas profesionalización.
El problema grave que tenemos ahora es que la matrícula ha aumentado, pero no retenemos a los profesores y a los maestros. El año pasado se recibieron 672 maestros; del nivel más vale no hablo. Tenemos menos de 50 % de profesores titulados, porque no es obligatorio tener el título para dar clase. En YouTube hay un programa que pide por favor a los universitarios que se reciclen en dos años para colaborar y dar clase en la media. Estamos volviendo a décadas que ni nos acordamos.
Esos sos lineamientos fundamentales. Y de mediano y largo plazo, ponerse a trabajar en una reforma educativa de una buena vez. No hay reforma educativa en el cambio de ADN.
EC —¿Es realista? ¿Puede darse un intercambio, una mesa de diálogo con técnicos de todos los partidos?
GB —Sí, pero necesitamos que se destrabe políticamente, que el FA deje de usar la educación como un campo de batalla.
EC —Estoy de acuerdo con usted, sería muy conveniente, muy bueno, pero ¿hay algo, hay algún puente tendido que pueda facilitar las cosas en esa dirección?
GB —La oposición ha tendido muchos puentes, nos hemos olvidado de los agravios, de los ataques, de las descalificaciones, no nos importa. Hemos tendido puentes, seguimos, le estamos diciendo al presidente que le quedan más de tres años, que cuente con nosotros.
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Transcripción: María Lila Ltaif
