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Entrevista central, lunes 2 de enero: Elbio Rosselli

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La transcripción de esta entrevista es un servicio de:
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Entrevista con el embajador Elbio Rosselli, representante permanente de Uruguay ante la Organización de las Naciones Unidas.

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Lunes 02.01.2017, hora 8.15

ROMINA ANDRIOLI (RA) —El 2016 fue un año plagado de crisis y conflictos en el mundo. Algunos lograron avances muy positivos, pero otros están, lamentablemente, muy lejos de llegar a una solución muy significativa. En medio de todos ellos, Uruguay ha tenido un lugar de primer nivel.

El cambio climático, la guerra en Siria, el éxodo de los refugiados en Europa, el terrorismo internacional, la guerrilla en Colombia. Todos esos asuntos y muchos otros han sido objeto de debate constante en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, organismo que nuestro país integra desde el año pasado y que en este 2017 también lo tendrá en sus discusiones.

Para averiguar cómo ha sido el primer año y cuáles son las expectativas para 2017, vamos a conversar con el embajador Elbio Rosselli, representante permanente de Uruguay ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

NICOLÁS BATALLA (NB) —El año pasado, más o menos en las mismas fechas, hablábamos con usted sobre el lugar que Uruguay estaba estrenando en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ya le hacíamos esta misma pregunta, que vale la pena repasar: ¿qué es el Consejo de Seguridad y qué función cumple en la estructura de Naciones Unidas?

ER —El Consejo de Seguridad es el órgano ejecutivo por excelencia en la estructura de Naciones Unidas. Está compuesto por cinco miembros permanentes, que son los cinco ganadores de la Segunda Guerra Mundial –hago la referencia, porque este es uno de los anacronismos que todavía sufre Naciones Unidas–, los cinco ganadores clásicos: China, EEUU, Rusia, Gran Bretaña y Francia. Luego tiene 10 miembros no permanentes, elegidos por la Asamblea General, que rotan por períodos de dos años. Cada año, a su vez, cambian cinco de los no permanentes. Este año ingresaron cinco nuevos miembros.

El Consejo de Seguridad tiene como tarea primordial velar por el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. La enunciación de sus objetivos demuestra también sus graves falencias al día de hoy.

RA —Desde ayer cinco nuevos miembros integran el Consejo de Seguridad, que son Bolivia, Etiopía, Italia, Kazajistán y Suecia. ¿Cambia algo el Consejo de Seguridad cuando se modifica su integración con la incorporación de nuevos países?

ER —Normalmente lo que cambia fundamentalmente son las voces distintas que se oyen, pero los temas del Consejo de Seguridad no son modificados por ninguno de los miembros. Los temas los impone la realidad internacional. La presencia de cada uno de nosotros en el Consejo no trae cambios importantes en cuanto a la temática a consideración del Consejo.

NB —Este año, además de esos cambios que reseñábamos, va a ser especial para la ONU en varios aspectos. En primer lugar, porque, después de una década al frente de Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon dejó su lugar como secretario general al portugués Antonio Guterres. ¿Qué expectativas tiene con respecto a la nueva administración?

ER —Hay grandes expectativas en cuanto a Guterres, fundamentalmente debido a su muy amplia experiencia tanto a nivel nacional –fue presidente de Portugal durante casi nueve años– como a nivel internacional –fue durante 10 años el alto representante de las Naciones Unidas para los refugiados–. Antonio Guterres tiene entonces una experiencia política muy rica en temas que hacen a la vida de un país vibrante como es Portugal, pero además en sectores de trabajo en las Naciones Unidas, como el tema de refugiados, en el que Guterres llevó a cabo una labor interna de administración y de aggiornamento de la organización que fue encomiada por la comunidad internacional.

NB —Usted hablaba al comienzo de esta nota de los anacronismos, por ejemplo a propósito de los miembros permanentes, EEUU, Rusia, Francia, China y Reino Unido, resultado de la Segunda Guerra Mundial. ¿Guterres tiene capacidad, puede liderar cambios de este tipo en el funcionamiento de la organización?

ER —Yo siempre recuerdo a todos mis interlocutores que los organismos internacionales en general, todos, la ONU en particular más aún, son tan efectivos como la voluntad colectiva de sus miembros lo permite. Ningún individuo es capaz de modificar las realidades de la política internacional ni la estructura de una organización. Sí puede incidir en acciones de liderazgo. El propio señor Ban Ki-moon tuvo un liderazgo muy importante no en temas de mantenimiento de la paz y seguridad internacional en su concepción habitual, sino por ejemplo en traer a las Naciones Unidas el tema de cambio climático y de haber liderado las negociaciones que llevaron al acuerdo de París de 2015. Una persona puede inyectarse con su personalidad en determinados temas, pero también va a depender de la voluntad colectiva de los miembros para poder avanzar.

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