EnPerspectiva.uy

Entrevista central, lunes 2 de mayo: Fernando Pereira, Marcelo Abdala

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Sí, pero paralelamente en las empresas públicas ha habido recortes. El caso más notorio es el de Ancap, Ancap no va a invertir lo que venía invirtiendo en los últimos años, que es motivo de otra polémica a su vez.

FP —Es verdad, pero también estamos frente a la mayor inversión de los últimos 11 años en materia de vivienda.

EC —La pregunta es si ustedes están satisfechos con lo que el gobierno ha anunciado como política de inversiones del Estado o están reclamando más.

FP —Hay que separar. Las razones por las que Uruguay no tiene recursos excedentes son razones sociales que intentaron generar condiciones para una sociedad más integrada. Algunos políticos parecen darse cuenta hoy de que tenemos problemas de desintegración social. Los tenemos desde hace varias décadas, hace varias décadas que empezó el deterioro y hace varias décadas que tenemos este problema: miles de viviendas en Montevideo en la zona donde tienen servicios tapiadas por bloques y miles de uruguayos viviendo en asentamientos que se inundan, en casas hechas de costanera, que se prenden fuego, que tienen instalaciones eléctricas en mal estado. La inversión social tiene que ser la misma.

Pero no es estar conformes. Somos conscientes de que Uruguay si quiere salir de esta situación de desaceleración tiene que hacer inversión pública, y de hecho ayer en el acto la promovimos. Y de hecho hay discusiones que se dan por titulares, como la discusión sobre la situación de Ancap. A cualquiera que hoy se anime a decir "Ancap es una empresa fundamental para el Uruguay" lo tildan de apoyo a tal persona o tal situación o tal otra, cuando en realidad Ancap es fundamental para el desarrollo nacional.

EC —¿Ustedes no tienen críticas para hacer a propósito de la forma como Ancap se gestionó durante los últimos años?

MA —Quisiera detenerme en un aspecto anterior, antes de entrar en eso, que es bien importante. Durante el año pasado, al principio de la gestión de gobierno, se anunció una inversión pública del entrono de US$ 3.000 millones. Y en los meses de agosto-setiembre esa inversión pública creció a un anuncio de alrededor de US$ 8.500 millones, sin contar la participación privada en la inversión global.

Sostenemos que ese es un cambio positivo y no nos sentimos indiferentes, el planteo de la Central, su movilización va en el sentido de ese cambio de carácter positivo. El punto hoy es de qué manera esa inversión, por la vía del sistema de compras públicas, por la vía de afinar la gestión de las empresas públicas, sus posibilidades de dinamismo, a su vez tiene mayores efectos multiplicadores desde el punto de vista de los puestos de trabajo. Esa es una discusión que queremos dar.

EC —O sea, cómo realizar esa inversión ya anunciada.

MA —La misma o mayor desde un punto de vista cualitativo. Obviamente vamos a plantear estudiar, escudriñar de qué manera las empresas públicas particularmente conquistan mayor margen de acción para una inversión necesaria, no es invertir por invertir. Pero a su vez cualitativamente, no solo en términos cantidad, de qué manera se organiza socialmente y se desarrolla esa inversión para generar la mayor cantidad de puestos de trabajo sustentables. Un sistema de compras del Estado para armar redes de proveedores nacionales en estos momentos puede cumplir un rol bastante importante.

EC —Quedaba planteada la pregunta a propósito de por qué el PIT-CNT, que es muy crítico cuando tiene que serlo, no lo ha sido con respecto a algunos de los hechos que se han estado debatiendo en los últimos meses, como el caso de Ancap. Por ejemplo, ¿eso algo lógico el gasto de US$ 10 millones anuales de publicidad de Ancap? Eso no tiene nada que ver con compensar déficit de tipo social que hubiese heredado el Frente Amplio de gobiernos anteriores, ¿no?

FP —No. Y es criticable. Lo que pasa es que cuando nosotros criticamos a veces sale bien, a veces lo publican, a veces no. Nos ha pasado hacer entrevistas de dos horas y que publiquen dos párrafos. Esto es parte de nuestro trabajo, lo entendemos, pero nosotros nos reunimos en más de una oportunidad con la Federación Ancap y en estos casos fuimos claros, nítidos: es criticable.

Ahora, ¿es defendible la empresa pública o no? Este es el tema de fondo. Porque si hubo una mala gestión o hubo aspectos de la gestión que fueron desacertados, eso no hace matar a la empresa. Sigue siendo la empresa industrial más importante de los uruguayos. ¿Cómo se le da a esa empresa mayor vitalidad? Lo está discutiendo el gobierno y el movimiento sindical va a tratar de aportar.

Pero lo peor que hacemos es poner en el debate pública a una empresa en dificultades, con lo cual ayudamos a hundirla. Lo vi con Pluna, viví cómo fuimos generando una situación de discusión pública de tal volumen que lo mejor era cerrar Pluna. Cuando cerró Pluna todos nos dimos cuenta de que estábamos perdiendo una parte de nuestra autonomía de llegada de turistas al Uruguay. Pero nuestro cálculo era únicamente si Pluna ganaba o perdía, no cuánto ganaba el Uruguay cuando venían miles de turistas porque los vuelos regionales de Pluna se habían transformado en una llegada imprescindible.

Entonces no es que no tengamos posición con respecto a algunas cosas, pero preferiríamos que el sistema político no las discutiera de la manera que las discute, porque contribuye a generar la peor situación para cualquier empresa. ¿Por qué no pasa esto en el sector privado? Por ejemplo, Fripur, ¿por qué Fripur no se discute en la opinión pública hasta que cierra? Porque todo el mundo trata de que la empresa siga abierta. Y como este podríamos nombrar 50 ejemplos.

¿Es verdad que la eficiencia está en lo privado y la ineficiencia en lo público? ¡No! En Uruguay vimos fundirse a Onda, que tenía servicios de transporte interdepartamental a todo el país, y sin embargo la vimos fundirse. La vimos discutir públicamente. Y si seguimos nombrando, Metzen & Sena, ¿qué pasó? ¿Cuál fue el proceso que llevó a que una empresa de ese volumen desapareciera? Entonces, no es eficiencia privada, falta de eficiencia pública. Si hay problemas en lo público hay que discutirlos, hay que mejorar, hay que hacer los cambios necesarios e impulsar.

Si no hubiera empresas públicas en el Uruguay tendríamos dificultades muy superiores a las que tenemos hoy. Por ejemplo, ¿sería posible que la fibra óptica llegara a los hogares más débiles, que ingresaran a internet los sectores de mayor dificultad y que Uruguay sea el país con menor brecha digital de América Latina? ¿Sería posible que la energía eléctrica llegara a todas las escuelas rurales del país? Porque eso cuesta mucho dinero, llegar a una escuela que está en medio del campo.

Todas estas cuestiones las deberíamos anotar en los haberes de las empresas públicas. Si no, podemos llegar a la conclusión de que lo mejor que nos puede pasar es lo que pasó en Argentina, que la energía quede en manos de los privados. Y ahí vemos los cortes de luz, la falta de inversión, la falta de cambio de la matriz energética, el problema enorme que está teniendo Argentina. De hecho, los argentinos hicieron una de las movilizaciones más grandes que hemos visto a poquitos días de asumir Macri, porque vino a hacer lo que había dicho que iba a hacer.

Comentarios