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Entrevista central, lunes 2 de mayo: Fernando Pereira, Marcelo Abdala

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EC —Estamos hablando sobre todo de medidas destinadas a implementarse, si son atendidas, en un contexto delicado como el de desaceleración de la economía. Por ejemplo, ustedes insistieron en el reclamo al Poder Ejecutivo para que modifique las pautas salariales fijadas para la negociación colectiva. ¿Qué piden, exactamente?

FP —Los criterios con que se ha manejado el Poder Ejecutivo en los consejos de salarios –que tienen el sentido de orientar la negociación y a la hora de definir, si no hay convenio, son tres posiciones, tres votos de siete posibles– han optado por ajustes de carácter nominal de una cifra ubicada en cierta medida a priori por el Poder Ejecutivo. Es una cifra desconectada de la inflación, con un mecanismo de indexación que estrictamente es la posibilidad de cotejar, corregir ese ajuste con la inflación en un período de dos años, que en algunos convenios durante el año pasado se llevó a un año y medio. Pero por la divergencia que existe entre esa prospectiva que se hace en el ajuste nominal desindexado y la inflación real, los actuales criterios no dan garantías, no de crecimiento del salario real, no dan garantías de mantenimiento en todo el período del poder de compra del salario real.

Por esa razón, nuestro PIT-CNT ha planteado que exista algún tipo de conexión entre el ajuste y la inflación, y que a su vez se pueda desarrollar una corrección más periódica del ajuste con la inflación que realmente ocurre. Hemos propuesto correctivos anuales, como forma de evitar que en el transcurso de los convenios colectivos o de las resoluciones de los consejos de salarios el salario real se deteriore y solamente empate en el momento del correctivo.

EC —Del gobierno no han tenido respuesta. Mejor dicho, han tenido respuesta negativa, porque hicieron hasta una reunión a efectos de discutir ese tema con el propio presidente de la República y contestó que no.

FP —Hasta ahora las variaciones que ha habido en los criterios han sido las siguientes. En primer lugar, que el correctivo que estaba previsto para un período de dos años se trajo al año y medio, y en segundo lugar, para las negociaciones que están culminando ahora o han culminado y se dieron en el transcurso del año 2016, los ajustes que manejó el Poder Ejecutivo fueron los que propuso para el año 2015, que estaban un poquitito, un punto, un punto y medio, por encima de lo que está previsto para el 2016.

Pero en este punto tenemos una divergencia grande con el Poder Ejecutivo. Sabemos que los criterios del Poder Ejecutivo no son el resultado de la negociación –la negociación siempre es más rica y más compleja que la posición de cada una de las tres partes que estamos ahí–, pero el problema es que estos criterios han originado una táctica patronal. Como estos criterios tan restrictivos que plantea el Poder Ejecutivo, yo sector patronal no negocio, no agrego propuestas, contrapropuestas, alternativas, me recuesto a una perspectiva no de convenio colectivo sino de votación. Al final el Poder Ejecutivo presenta propuestas en función de sus criterios, las patronales en general las votan a favor y los trabajadores quedamos perjudicados en esa situación.

EC —Detrás de esa postura del Poder Ejecutivo están un par de factores. Uno es la inflación, que está alta, en el orden del 10 % y no afloja, y se quiere evitar la retroalimentación salario-inflación…

FP —Ahí tenemos una diferencia profunda con el Ejecutivo.

EC —El otro motivo es la situación de la economía y de muchas empresas, que, si se insiste con criterios como este desde el punto de vista del salario, pueden terminar llegando a la decisión de ajustar pero por la vía de la cantidad de puestos de trabajo.

MA —Nosotros hemos polemizado con los dos criterios. Sobre la cuestión de la inflación, hemos polemizado con el hecho de que se mire siempre para el lado del salario y no se mire para el lado de la rentabilidad o la ganancia que algunos sectores capitalistas absorben. En eso ha habido en cierta medida una autocrítica del Poder Ejecutivo cuando empezó a decir, igual que venía diciendo el PIT-CNT desde hace bastante tiempo, que hay sectores que ocupando una posición dominante tienen bastante que ver con la inflación.

EC —Hubo dichos en ese sentido, no hubo medidas.

MA —No hubo medidas. Nosotros planteamos que debe haber medidas. Porque el problema de controlar la inflación a través del salario es que se adelantan las consecuencias negativas de la inflación. Si algo malo tiene la inflación –en esto estamos todos de acuerdo– es que depreda, deteriora los ingresos fijos de la población. Si para controlar una inflación que tiene de malo que depreda los ingresos fijos vos achicás el salario, estás adelantando sus consecuencias. No hay forma. Entonces nosotros discrepamos con que el factor explicativo central de la inflación sea el aumento de la demanda interna o del salario.

El otro elemento que también es sumamente importante aclarar es que los trabajadores cuando nos paramos en defensa del salario real evidentemente luchamos con ahínco por las conquistas, pero somos sumamente cuidadosos y analistas de la situación. Una dirección de trabajo central nuestra es promover los puestos de trabajo de calidad, que el empleo no se pierda, y otra es que el trabajo se pueda desarrollar con el mayor nivel de remuneración posible. Los trabajadores siempre vamos a tener un equilibrio en estas dos cuestiones y en tratar de mirarlas armónicamente, porque no tiene gracia arrancar terrible aumento de salario si a los tres días no hay quien lo cobre.

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