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Entrevista central, lunes 20 de febrero: Fernanda Nozar

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EC —Le pediría un poco más de precisión con respecto a quiénes se asisten en este hospital. Algo dijo al pasar, estamos hablando de usuarias de ASSE básicamente.

FN —Básicamente usuarias de ASSE.

EC —¿De dónde provienen? ¿Por qué van al Hospital de la Mujer del Centro Hospitalario Pereira Rossell? ¿Por qué no al hospital de su ciudad, de su pueblo?

FN —Fundamentalmente provienen del área metropolitana. Tenemos un promedio de 33 %-34 % de mujeres embarazadas que son derivadas desde el interior del país.

EC —¿Por qué son derivadas desde el interior?

FN —La mayoría de las veces porque requieren asistencia materna especializada o se presume la necesidad de asistencia neonatal especializada.

EC —¿Entonces todos los casos presentan a priori algún tipo de complejidad?

FN —Todos no, pero hay un gran porcentaje de patología en el hospital.

EC —Veía que del total de mujeres cuyos partos fueron asistidos en el Hospital de la Mujer, el 26 % fueron de adolescentes. ¿Esta es una proporción habitual en otros centros de salud públicos o privados?

FN —Del embarazo adolescente se está hablando mucho… Yo no estoy muy de acuerdo en plantear el embarazo adolescente como un problema desde el arranque. Es un problema en determinados contextos. Muchas veces el embarazo en la etapa de la adolescencia de la mujer es un proyecto. Entonces cuando empezamos con un concepto negativo en la evaluación quizás no impactamos lo adecuado.

El embarazo en mujeres adolescentes en el hospital en particular o los nacimientos en madres adolescentes son muy elevados comparados con el promedio nacional. En Uruguay tenemos entre 16 % y 17 % de nacimientos en mujeres adolescentes. En particular cuando estratificamos esos nacimientos en mujeres adolescentes, el grueso está dentro del sistema sanitario de ASSE y el Pereira Rossell es quien tiene el mayor número de nacimientos en mujeres adolescentes. Sigue siendo elevadísimo, un cuarto de nuestros nacimientos son en mujeres menores de 20 años.

Uno tiene que hacer el análisis de esos nacimientos, si fueron proyectados o no, si están formando parte del proyecto de vida de esas mujeres adolescentes, y allí sí empezar a trabajar. Hace dos años que estamos trabajando en analizar si se trata del primer nacimiento en esa mujer adolescente o si tiene antecedentes de embarazos no programados o no deseados. Porque eso sí es imperdonable, seguir recibiendo mujeres que han parido en el hospital y han tenido embarazos no buscados. Para eso tenemos un programa de impacto, que lleva un año de transición, del abordaje posnacimiento. Porque muchas veces el hospital se queda corto en la valoración previa, ya llegan con el embarazo a término. En el posnatal hay un equipo interdisciplinario de abordaje que trabaja no solo en el proceso de la maternidad y paternidad actual, sino en el proceso de proyección futura, tratando de facilitarles las conexiones, y sobre todo tenemos un plan de impacto de anticoncepción posnacimiento en la población de mujeres adolescentes. Sigue siendo alto, pero me quedo contenta de analizar cómo han evolucionado las cifras. Cuando los descensos son de un punto, de dos puntos de porcentaje, pueden ser casuales, pero se han mantenido en los últimos años, lo que puede significar que las medidas de impacto están resolviendo.

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