EnPerspectiva.uy

Entrevista central, lunes 20 de febrero: Fernanda Nozar

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —¿Qué proporción llegó a haber?

FN —Llegó a haber casi 30 % hace cinco años y se ha mantenido con un descenso de un punto, un punto y algo, hasta el momento actual.

EC —¿Hasta qué piso de edades llegan, madres de qué edades?

FN —Llegamos a madres de 12, 13 años, que son excepciones pero hay.

***

EC —La semana pasada se inauguraron cuatro nuevas “salas de nacer”. Pregunta un oyente: “¿Qué es eso de ‘salas de nacer’? ¿Cuál es la diferencia con las conocidas salas de parto?”.

FN —Podríamos hablar fríamente de una diferencia edilicia o tecnológica, que la hay, porque nos brinda un ambiente privado, con toda la tecnología, con equipamiento para la posición durante el trabajo de parto, para la analgesia, que lo separa de cómo era antes y de cómo es en algunos lugares todavía, con el traslado de la madre durante el período expulsivo –que es una de las partes finales previa al nacimiento–, el período de los pujos, a un block de parto, a una sala de partos, que es diferente del lugar donde transitó el trabajo de parto. Eso ya es agresivo, trasladarse a otro lugar físico.

Tenemos que conceptualizar las salas de nacer de la mano de otros conceptos. Van de la mano de la humanización del nacimiento, o de la unión de la seguridad que nos brinda la asistencia institucionalizada con el no abandono del concepto de que el nacimiento es un proceso natural en la vida de la mujer. Aunar esas cosas no es fácil cuando uno ingresa a un hospital o a cualquier mutualista, porque entramos a un ambiente que es extraño, porque nos separamos de nuestros circuitos o círculos de contención, de nuestra familia, y porque además nos encontramos con gente que nunca hemos encontrado y hablando en términos que no conocemos. Las salas de nacer necesariamente se tienen que acompañar de eso, además brindamos la posibilidad de estar acompañadas durante el proceso del trabajo de parto y nacimiento, el nacimiento se da en el mismo lugar físico y en la posición que la madre quiera adoptar, y la recepción y asistencia del recién nacido también en el mismo lugar, junto con la madre, promoviendo el apego inmediato posnatal.

EC —Usted dijo al pasar que la madre elige la posición en la que tiene a su hijo…

FN —Sí. Durante muchos años los médicos o quienes asisten los nacimientos hemos elegido la mejor posición. La posición clásica que se define, la posición ginecológica, de la madre decúbito dorsal, acostada con las piernas en pierneras, le brinda comodidad al médico. Todas las medidas médicas que han impactado en la comodidad asistencial han durado cientos de años. Esa posición se denomina “posición de emperatriz”, porque era la posición que podían adoptar las emperatrices en el momento de la asistencia del nacimiento por los más expertos. Pero no es la posición fisiológica para el nacimiento. Es más fisiológico el parto en vertical o en cuclillas; si la madre define que le queda más cómoda la posición acostada, con las piernas semiflexionadas, perfecto, pero que sea ella quien defina, porque es como va a ser más efectivo el proceso del parto.

Comentarios