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Entrevista central, lunes 20 de junio: Ignacio Otegui

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EC —En el congreso del Sunca, que tuvo lugar hace pocos días y sobre el cual entrevistamos a Faustino Rodríguez y a Mario da Silva, dos de sus dirigentes, se reclamó pisar el acelerador en materia de inversión pública en infraestructura y en vivienda para que de esa manera haya una locomotora tirando del país. ¿Qué dice de planteos como este?

IO —Venimos advirtiendo de que si la inversión en infraestructura no se hace de forma rápida y eficaz va a terminar estrangulando las posibilidades de crecimiento de otros sectores de la economía, por encarecimiento. Está claro que hay intención de hacer esa inversión, pero a veces los mecanismos –como en el caso de las PPP– son más lentos de lo que se desearía. Por último, está la inversión directa que hace el gobierno en infraestructura apalancada con recursos propios o con recursos de organismos internacionales de crédito o bancos. De alguna forma, está todo arriba de la mesa.

EC —Está arriba de la mesa. Falta que se avance, sobre todo que existan los instrumentos concretos que permitan sacar una parte importante de ese déficit de infraestructura que tiene el Uruguay.

IO —Estamos de acuerdo.

EC —Hoy leía en El Observador: “Un estudio preliminar realizado por el Congreso de Intendentes estima que serán necesarios unos US$ 100 millones para trabajar sobre los principales tramos de caminería rural de todo el país. El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, presidente del Congreso, dijo que la estimación inicial implicaría trabajar sobre más de 1.000 kilómetros de caminos en todo el territorio nacional”. Y agrega que se procuraría que fueran caminos de mejor calidad que los que se han construido hasta ahora y se está buscando el financiamiento.

IO —Me imagino que Botana se refiere a los caminos profundos de la red vial rural. Y se me ocurre que es también parte del resultado de las inundaciones y todos los daños que recibió la infraestructura vial departamental. Pone arriba de la mesa un tema que es importante, hay que mejorar la aplicación de nuevas tecnologías para tener caminos de mejor calidad, de eso no tenemos ninguna duda.

EC —Sí, destaca que “el estado de la caminería rural hace que las vías se estropeen con cada lluvia. Actualmente están destinándose US$ 15.000 para mantener un kilómetro de camino rural, y esa inversión dura en promedio cinco meses. El objetivo es invertir US$ 75.000 por ese kilómetro, pero que la durabilidad sea de 15 años”.

IO —Más allá de lo que termine durando o no, porque las inclemencias del tiempo siempre juegan y las cargas cambian, la cantidad de toneladas transportadas y la forma de transportar esas toneladas de 2000, 2010 y 2015 son diferentes y van a seguir modificándose. Un país que aspira a tener una producción mayor y una mejor utilización de sus recursos, incluyendo los naturales, es un país que también transforma la logística de transporte, almacenamiento, en fin, todo eso que conocemos.

En alguna medida ahí hay un debe, que es la aplicación de mejores tecnologías y mejores productos a los efectos de tener una caminería de mejor calidad y más durable, que creo que es lo que le interesa a todo el mundo. De eso se es consciente hoy, hoy hay una percepción y una receptividad mayor de los que toman decisiones técnicas tanto a nivel del gobierno central, Ministerio Transporte y Obras Públicas, como de los gobiernos departamentales de probar nuevas tecnologías, de lo cual nos congratulamos y los felicitamos, porque es parte de la inversión bien hecha, que es aquella que dura. En definitiva ahí hay todo un tránsito.

EC —Mi pregunta iba por el lado de inversiones en construcción, por ejemplo en infraestructura, que produzcan un efecto más o menos rápido, porque se está pensando en la construcción como locomotora, como arrastre para que la economía se reactive.

IO —Eso puede dar resultado en un término de tiempo breve. La construcción trabaja para terceros y va a acompañar el crecimiento del país. En un momento de dificultades de empleo –estamos con 8,1 % de desempleo, tuvimos momentos peores– y de dificultades de generación de inversión, es razonable que se pretenda que la industria tenga un rol determinado, está bien. El tema es cuáles son esas inversiones, cómo se financian y en qué momento se lanzan. No es un tema menor, no es cuestión de actuar a tontas y locas. En todo caso, la industria tiene un rol, lo va a jugar, pero en sí misma es sustentable si la economía del país es sustentable. Entonces inversión en infraestructura para mejorar las condiciones de competitividad de otros sectores de la economía y la producción me parece razonable; veamos el cómo y en qué momento.

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