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Entrevista central, lunes 20 de junio: Ignacio Otegui

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EC —El Sunca ya anunció que va a abordar las negociaciones que empiezan en octubre buscando que no caigan los salarios en términos reales y tratando de darle continuidad al crecimiento de los ingresos por sobre la inflación. Daniel Diverio, secretario interino, advirtió durante el congreso que se van a dar “de bomba con los que se quieren quedar con nuestra plusvalía”. ¿Cómo observan este tipo de planteos?

IO —Ya lo hemos hablado reservadamente y públicamente con ellos, hemos dado nuestra posición y ellos han dado la de ellos. Nosotros no estamos planteando la caída de los salarios reales de nuestros trabajadores, lo que estamos diciendo con absoluta claridad es que no hay espacio para el incremento del salario real contra nada. Si usted toma una industria como la nuestra y analiza la productividad aparente del país y de la industria y ve que en el 93 la construcción era el sector que tenía mejor productividad, comparando la industria y la productividad general de la nación, y mira 2015 y la construcción cayó 12,5 % mientras los demás sectores todos mejoraron su productividad, quiere decir que tenemos un problema.

Ese problema se puede llamar de varias formas. Nosotros recién lo estamos analizando y hemos encargado al Centro de Estudios Económicos de la Construcción que nos analice específicamente la productividad sectorial, sobre todo en las obras de arquitectura, porque son las más fáciles de estudiar.

En alguna medida sabemos que crecieron los salarios, la construcción creció 32 %, por encima de la media del salario real del sector privado, por la alta exigencia y por la poca disponibilidad de mano de obra que había en el país. Un país con 5,5 % de desempleo es un país casi sin desempleo. La situación hoy es bien diferente, la desocupación está en 8,1 % y tengo 45.000 ocupados, 28.000 menos. Tengo un escenario diferente.

Ahora, si nos vamos a “dar de bomba” o no… voy a decir una cosa con absoluta claridad: yo nunca decreté una huelga ni un paro, los soporté y los sufrí, y nuestros clientes también. Si la lógica hoy del otro lado es que nos vamos a dar de bomba, yo era presidente de la Cámara en ese período tan extenso, en el año 93, con una huelga de 83 días, que no prohíjo, que no busco, que no promuevo, pero que no voy a rehuir.

 

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EC —El tema de la productividad apareció en la entrevista de la semana pasada con dirigentes del Sunca. Por ejemplo, Faustino Rodríguez decía: “No tenemos ninguna autocrítica para hacer. Hay un dato interesante sobre la ganancia de las empresas, porque te hablan de productividad, de que siempre están perdiendo dinero, de que el salario nuestro es muy alto, y ahí hay dos cuestiones para ver. En el año 99, cuando nosotros andábamos en procura de una ley que permitiera la reducción de la jornada laboral, el Parlamento, a través de la Facultad de Arquitectura y la Facultad de Ciencias Económicas, hizo un estudio de la productividad, y en los últimos 10 años los empresarios habían tenido una ganancia de alrededor del 40 % más, a través de nuevas tecnologías, de nuevas formas de trabajo. El resultado de esa productividad jamás se distribuye entre los trabajadores. Nosotros estamos dispuestos a discutir con los empresarios ese tema de productividad, pero que sea distribuida entre las partes, el beneficiario, en todo caso el empresario y los trabajadores”.

IO —De alguna forma hacíamos referencia a eso. Yo decía que la productividad en el inicio de la década de los 90 era el sector con mayor productividad y hoy somos de los sectores con menor productividad. Es un proceso que se ha dado y con mucha fuerza. Si caímos en una productividad aparente del 12,5 % en este período, es una cosa para preocuparnos. En forma paralela, del 2000 al 2015 las empresas constructoras invirtieron US$ 1.580 millones en nuevos equipos y nueva maquinaria. Hay una inversión cierta hecha por el sector construcción, que ha acompañado la inversión de todo el país, de más sectores de la economía, y que ha acompañado su propio crecimiento. ¿Cuál sería el resultado del análisis de la productividad aparente si no hubiéramos hecho esa inversión? Probablemente la productividad aparente habría caído mucho más.

Estas son cosas complejas, nosotros no tenemos inconveniente en hablar de esto, porque con el Sunca ya lo hemos hablado y lo hemos acordado. Somos el único sector que tenemos desde hace por lo menos una década mecanismos acordados de trabajo a producción. A veces el Sunca se ha opuesto a ellos, pero sí los ha firmado y de hecho en muchas obras se trabaja así, si hay una mayor productividad hay una mayor retribución al trabajador. En muchas obras eso se puede hacer, en otras no se puede hacer porque son más complejas. En todo caso tendremos que ingeniarnos para establecer mecanismos por los cuales se pueda medir caso a caso la productividad de una obra, de una cuadrilla, de un trabajador, para que ese pueda recibir un valor mayor por su trabajo. Lo que me niego es a decir que vamos a una productividad general que todo el mundo lleva y después nadie se preocupa de producir más. Lo colectivo en ese caso no corre; sí lo personal o por sectores de obra.

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EC —¿Cómo lee la señal que salió del congreso cuando Óscar Andrade, que últimamente venía ejerciendo como diputado elegido por el Partido Comunista, resuelve volver a la militancia gremial?

IO —Creo que es una cosa positiva. Es un hombre que tiene una fuerza determinada dentro del sector, conoce al sector, es un hombre respetado. Más allá de su vocación política y de que estuvo ejerciendo como diputado en lo que va de este segundo gobierno del doctor Tabaré Vázquez, si resuelve volver y quedarse al frente del Sunca –porque supongo que va a seguir ejerciendo como secretario general, se me ocurre que en las elecciones estas que tienen ahora nomás esa línea se va a consolidar, nada me hace suponer lo contrario–, es un hombre con el que se puede hablar, aunque no necesariamente nos vamos a poner de acuerdo. Pero creo que si no aprendimos de los daños que nos causamos a nosotros mismos, a nuestras empresas, a nuestros trabajadores, a sus familias y sobre todo a nuestros clientes en la huelga del 93, quiere decir que no aprendimos nada. Y si no aprendimos nada, merecemos pasar por lo mismo. Espero que no.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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