EC —Durante la cumbre se conoció un estudio en el que se alerta de que las emisiones de gases con efecto invernadero han vuelto a aumentar en 2017, aumentar 2 % después de tres años en los que se habían mantenido relativamente estables. Esa no es una buena noticia.
IL —Para nada es una buena noticia. De hecho el año que viene, paralelo al cierre de la negociación, vamos a tener un diálogo para evaluar en dónde estamos y hacia dónde tenemos que ir. En ese sentido se va a publicar un informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático destinado específicamente a esta meta del 1,5 °C. La idea es evaluar cómo vienen las emisiones, cuál es el efecto de las promesas que hay hasta ahora y comparar eso con los impactos y los posibles perjuicios que vamos a tener en ese informe que seguramente será muy sorprendente.
EC —Vamos a lo que ocurrió en Bonn, Alemania. ¿Para qué sirvió esta nueva cumbre de Naciones Unidas?
IL —La Conferencia de las Partes se hace todos los fines de año. Es el órgano máximo de la Convención, en él se toman decisiones sobre la implementación de la Convención y en este caso sobre el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, sus instrumentos subsidiarios.
EC —En realidad ocurrían varias cumbres al mismo tiempo.
IL —Efectivamente, es la 23.ª Cumbre de la Convención, o sea la Conferencia de las Partes de la Convención; la Cumbre 1.2, como se denominó al Acuerdo de París –la primera había sido en Marrakech el año pasado–, y la 13.ª del Protocolo de Kioto.
EC —Yo decía que eran tres cumbres simultáneas porque cada una tiene integrantes diferentes. Hay intersección, pero cada una de ellas tiene países que otras no tienen.
IL —Efectivamente, los que participan en cada una de las cumbres son aquellos que son parte de ese instrumento. Todos los países son parte de la Convención, pero solo algunos son parte del Protocolo de Kioto, Estados Unidos es el principal ausente de ese protocolo, y del lado del Acuerdo de París, si bien en los días anteriores a la Conferencia se logró que Siria y Nicaragua firmaran, que eran los únicos dos países de la Convención que no eran firmantes del Acuerdo de París, no todos han cumplido su etapa de ratificación. Hoy únicamente hay 170 de los 195 países, y esos son los que toman la decisión en la CMA, la Conferencia del Acuerdo de París 1.2.
EC —En definitiva, ¿cuál era el objetivo ahora?
IL —La principal tarea era avanzar en la negociación de la implementación del Acuerdo. Esa negociación empezó el año pasado en Marrakech y debe culminar en la COP del año que viene.
EC —¿Qué es lo que se está discutiendo? ¿La reglamentación?
IL —Efectivamente, como si fuera un decreto de la ley. Ahí se ve cuál es el formato que deben tener las contribuciones, cómo es el formato de las contribuciones en los temas de adaptación, los mecanismos para la transparencia, es decir cómo después se rinden cuentas.
EC —Por un lado los países tienen que tomar medidas para contribuir a aliviar el calentamiento global, y por otro lado tienen que tomar medidas para adaptarse al cambio climático. Por ejemplo en un país como el nuestro la agricultura y la ganadería tienen un papel relevante en la economía. Estos países sufren el cambio climático y tienen que adaptarse. Otros países pueden tener que adaptarse porque les sube el nivel del mar en sus costas, ese es un segundo paquete de medidas.
IL —Es un segundo paquete de medidas que no es obligatorio, los países pueden proponer medidas de adaptación en sus contribuciones. Uruguay así lo hizo y seguramente lo seguirá haciendo. Como decías, el sector agropecuario y el sector costero son sectores muy sensibles y ahí se establecen una serie de medidas con el fin de reducir los riesgos.
EC —El tercer capítulo es el de las contribuciones en plata, en caso de que corresponda.
IL —En caso de que corresponda. Esa es una obligación para los países desarrollados, y los países en desarrollo que tengan interés pueden indicar en qué van a contribuir en términos de medios de implementación.
