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Entrevista central, lunes 20 de noviembre: Ignacio Lorenzo

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EC —Eso queda a la espera de.

IL —A la espera el año que viene de una decisión del Acuerdo que lo confirme. Es otra ventana más a la que Uruguay tiene acceso.

EC —Veo en algunos de los mensajes que llegan de la audiencia una especie de distancia, porque la jerga esta es tan compleja, los plazos, los procesos de negociación…

Pero vamos al documento que presentó Uruguay, sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional (CND) a la luz de lo acordado en París. Es un documento en el que se presentan los objetivos de Uruguay para mitigar el cambio climático hacia el 2025 comparando las emisiones de ese año con el año base, que es 1990. ¿Cuáles son los objetivos?

IL —Uruguay presentó este documento a la Convención hace más o menos una semana, en un registro en que cada país tiene identificados sus compromisos, y además hicimos una conferencia el miércoles pasado presidida por la ministra y con la presencia del secretario nacional de Ambiente, Agua y Cambio Climático.

El documento establece tres objetivos centrales para mitigación. El primero es que la relación entre emisiones y PBI del año 1990 se mejore en más o menos un 50 % de reducción al 2025. El segundo conjunto de metas tiene que ver con la producción de carne, que es nuestra principal fuente de emisiones…

EC —El rpimero es un objetivo general del país.

IL —Es un objetivo global relativo a emisiones, no a captura; en captura tenemos un tercer conjunto en lo forestal.

EC —Y después se va en particular a la producción de carne.

IL —En particular a la producción de carne. Ahí se identifica una reducción de un 30 % de las emisiones por kilogramo de carne producida desde 1990 y hacia 2025. Y el tercer conjunto de metas tiene que ver con el carbono que Uruguay ya tiene capturado en su bosque nativo, en sus plantaciones forestales comerciales y en sus suelos.

EC —¿Qué es eso de la captura de carbono?

IL —Cuando se amplía el área forestal el carbono que estaba en la atmósfera fue capturado por los árboles. Pensemos en lo que ha sido el desarrollo forestal desde los años 80 hasta ahora y en el carbono que está hoy en los suelos, que no se ha liberado a la atmósfera. Eso implica un cuidado especial en las prácticas agrícolas y en las prácticas relativas a la ganadería en términos de los pastizales. Todo esto busca que el carbono que Uruguay ya logró capturar no se emita a la atmósfera nuevamente e incluso que en la parte forestal comercial se amplíe la captura hacia el futuro.

EC —Por lo que veía, hay metas incondicionales y por otro lado metas condicionadas a la ayuda externa.

IL —Esto es así para la gran mayoría de los países en desarrollo, así lo prevé el Acuerdo. Se establece que debe haber apoyo de los países desarrollados a los países en desarrollo en términos de financiamiento, tecnología y generación de capacidades. Estos tres conjuntos de apoyos –el Acuerdo mismo lo dice– van a permitir que los países en desarrollo tengan más ambición en sus compromisos. Esta tipología de condicional e incondicional la vamos a ver en un altísimo número de países en desarrollo que establecen metas más ambiciosas de recibir apoyo internacional según lo establece el Acuerdo.

EC —Usted dijo en síntesis que el compromiso que asume Uruguay es una reducción del orden del 50 %.

IL —De la intensidad de emisiones de gas con efecto invernadero respecto al PBI.

EC —Por ejemplo, para el dióxido de carbono se propone una baja del 24 %, para las de óxido nitroso 48 % y para las de metano 57 %.

IL —Efectivamente. Decía alrededor de 50 % porque recordemos que los principales gases de Uruguay son el metano y el óxido nitroso, entonces ahí de alguna manera se complementan, llegando más o menos a un 50 % entre los tres principales.

EC —Ahora tenemos que entender un poco mejor qué implican estos compromisos. Consultábamos ayer al sociólogo Gerardo Honty, investigador principal en energía y sustentabilidad del Claes (Centro Latinoamericano de Ecología Social), y él hacía algunas críticas. Una de ellas es que Uruguay presentó sus compromisos en términos relativos y no absolutos, no presentó metas cuantitativas de reducción de emisiones, lo que propuso es reducir la cantidad de gases emitidos con relación al PBI. Condiciona la reducción de sus emisiones en función de lo que crezca o baje la economía, y esto en los hechos implica que en este período que se está considerando la emisión absoluta va a aumentar en algunos de los componentes. ¿Cómo es esto?

IL —Primero, esto está dentro del Acuerdo. El Acuerdo establece que los países desarrollados deben liderar los procesos de reducción absoluta y de toda la economía y que los países en desarrollo tenemos un tiempo más para aumentar nuestras emisiones para después bajarlas de manera intensa. No obstante eso, y Uruguay se acoge a esa lógica en sus compromisos globales iniciales, esos son solo los relativos a las emisiones. Cuando metemos en la balanza en el caso de Uruguay las capturas en el tema forestal, los números nos dan –están representados en el documento que presentamos– que van a bajar de manera absoluta entre las emisiones del presente a las de 2025.

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