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Entrevista central, lunes 21 de agosto: Andrés Tolosa

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EC —Usted recién ubicaba los antecedentes de esta inversión en el año 2011, el comienzo de las conversaciones para un cable con conexión directa en el año 2011. Pero en realidad Uruguay tuvo ofrecimientos antes, esa posibilidad de conectarse a otros cables submarinos que están enterrados frente a nuestra costa existió antes; pienso, concretamente, en un ofrecimiento gratuito que realizó Global Crossing en el año 2000, que Antel rechazó; el argumento principal era que la demanda local estaba satisfecha. Lo recuerdo en especial porque Carlos Maggi cada tanto traía aquel hecho a la mesa con mucho malhumor, con mucho fastidio. ¿Qué dice sobre esa otra historia?

AT —Yo no estaba en ese entonces en lugares de responsabilidad, de decisión, pero el recuerdo que tengo de la interna de Antel es que no era gratuito, la información de que dispongo es que no era gratuito, y hubo informes internos en Antel que dieron que no era conveniente en ese entonces la relación precio-disponibilidad que se ofrecía con ese cable. Estamos hablando de comienzos del 2000, algo así, fines de la década del 90. Internet no era lo que es hoy.

EC —Pero cables submarinos frente a la costa de nuestro país hay, desde hace años.

AT —Sí, ese cable iba directo a Argentina, de hecho es uno de los cables por los que hoy tiene salida Argentina, el cable de Global Crossing. Global Crossing ya no existe como empresa, se transformó. Hubo un ofrecimiento de conexión a ese cable desde Uruguay, de engancharse a ese cable. Pero esos informes tenían un determinado análisis de costos y también de perspectiva. Las perspectivas del mundo de internet hoy no son las mismas que las de aquel entonces.

EC —La alternativa por la que se opta ahora es un cable submarino propio, que va hasta el nodo principal de internet en Boca Ratón, Florida, Estados Unidos. Ese cable tiene dos partes, viene de Boca Ratón hasta Recife, en Brasil…

AT —Hasta Fortaleza.

EC —… y sigue hasta Santos, ahí son 10.000 km. Y el segundo segmento es Santos-Punta del Este son 2.000 km. Son 10.000 km el primero y 2.000 km el segundo. ¿Cómo es el diseño?

AT —Son dos tramos de cable. En el cable del sur, desde Santos hasta Maldonado, Punta del Este, tenemos dos pares de fibras ópticas exclusivas para Antel, somos socios con la empresa Google en ese caso, tenemos un consorcio con Google. Google tiene otros pares de fibras propios. A su vez, en el tramo norte, en el que somos cuatro empresas en total –además de Google hay una empresa brasileña, Algar, y una empresa de Angola, Angola Cables–, tenemos un par de fibras ópticas. Y la particularidad del proyecto es que nuestras fibras, que van desde Maldonado hasta Santos, pueden conectarse directamente sin tener bajada en Brasil –por eso hablamos de que la conexión es directa–, pasan directo a Estados Unidos.

EC —El contacto con Brasil es tocar y seguir.

AT —Es tener la posibilidad de tener conexiones con Brasil incluso para capacidad nuestra de Brasil a Estados Unidos.

EC —Pero no se entra en Brasil en principio con ese cable.

AT —No, son derivaciones del cable, tanto en Santos como en Fortaleza.

EC —Usted decía el viernes, cuando se presentaba la llegada de ese cable a Uruguay, que de esa manera nuestro país pasa a tener “independencia absoluta en el mundo de internet”. ¿Por qué? ¿Cómo es esto de la soberanía?

AT —Justamente, es no depender de otros proveedores de capacidad internacional para conectarnos al anillo principal de internet, que está en Estados Unidos. Poder, a través de esa capacidad, conectarnos directamente desde Uruguay al anillo en Estados Unidos. Esa es la independencia y la soberanía, a eso nos referimos, a tener la capacidad necesaria para que en los próximos años el crecimiento de internet, que ya sabemos que es vertiginoso, no tenga limitaciones ni de capacidad ni de precios, esa es la clave.

EC —¿Por qué se decidió participar en una conexión con Estados Unidos y no, por ejemplo, con Europa?

AT —Porque el tráfico principal de internet hoy está en Estados Unidos, el grueso del tráfico.

EC —Porque también hay cables que salen de Europa, llegan a Brasil y de ahí van al resto del continente.

AT —En realidad todavía no hay ningún cable. Hay un proyecto.

EC —En 2018 se va a inaugurar el Ella Link, un cable que sale de Lisboa, llega a Fortaleza y une varios puntos de Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile.

AT —Todavía no está iniciado, está el proyecto pero no hay fecha concreta, están buscando financiación. Es la información de que dispongo.

EC —Ese proyecto se lanzó después de todo el escándalo de espionaje de la CIA y la NSA en Estados Unidos, para tener una alternativa que no pasara por Estados Unidos, donde operan esos servicios que eventualmente pueden interferir, intervenir en el tráfico. ¿Cómo considera esta otra visión?

AT —Es una perspectiva diferente. Esa fue la información que se dio, era otra situación también de Brasil, hoy la situación de Brasil es diferente, y en realidad el mundo de internet está todo interconectado, los servidores están en todo el mundo, es una conexión global. Me parece que son más temas filosóficos o de discurso que otra cosa, en la realidad el mundo está hoy todo conectado, los servidores de todo el mundo tienen temas de seguridad, también en Europa hoy la seguridad está muy fuerte y creo que cada vez va a ser más fortalecida.

EC —Usted dice que los riesgos de interferencia, de que la información termine en manos de servicios, etcétera, en todo caso existen en cualquier lado del mundo. ¿No hay diferencias?

AT —No, no.

EC —Porque una lectura que se ha hecho en estos días es que lo que estamos haciendo es aumentar nuestra dependencia de Estados Unidos y de Google en particular.

AT —No, con Google somos socios, hay contrato de un consorcio y cada par de fibras ópticas es independiente en el cable, por eso vamos a tener un par de fibras que van directo y no dependemos de Google ni de ninguna otra empresa en ese caso. Somos socios en un consorcio.

EC —La relación con Google en este cable que va de Montevideo a Santos consiste en que entre las dos empresas, Antel y Google, bancan la inversión.

AT —Exacto, compartimos la inversión. Luego vamos a tener un mantenimiento conjunto del cable –el mantenimiento del equipamiento es independiente de cada uno–, porque hay que compartir los costos de mantenimiento de los barcos, etcétera, de [la reparación de] las posibles fallas. Hay un ahorro de costos y en conjunto siempre es más conveniente.

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