EnPerspectiva.uy

Entrevista central, lunes 25 de abril: Antonio Pascale

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Así es que surgen variantes como esta Superman, de la que se hablado tanto en los últimos días.

AP —Exactamente. El tema es que cuando se compara, el éxtasis tiene como efecto buscado en el usuario, en el consumidor, una sensación de empatía, de relación con el otro…

EC —… de euforia, se habla de euforia.

AP —Sí, euforia como una sensación agradable, no tanto como un efecto psicoestimulante; porque la cocaína también da euforia, pero de otra forma. Esto tiene que ver con el realce de determinados sentidos, de la visión, de la audición, una hipersensibilidad auditiva, que explica el escenario de consumo de estas sustancias. Particularmente, ese contexto son las fiestas de música electrónica.

EC —¿Cómo se relaciona esa droga con ese ámbito?

AP —Tiene que ver con esto del efecto buscado, el vínculo con la música, con los sentidos, con la visión, tiene que ver con lo que busca el usuario en ese contexto.

EC —¿Por qué el vínculo no es con fiestas de música de otro tipo?

AP —Porque, más allá de que hay una tradición, probablemente no se logre ese efecto buscado en ese contexto. Esa música muchas veces estereotipada con la mezcla de luces lleva a unos efectos psicoactivos buscados que no tienen otros contextos.

EC —Preguntaba qué diferencias tienen estas drogas de síntesis con otras, usted mencionó al pasar la cocaína, y se podría agregar la pasta base, que es una cocaína “berreta”.

AP —Es un producto intermediario, anterior, es una cocaína fumable; tiene el mismo efecto, pero se produce mucho más rápidamente y su potencial adictivo es mayor.

EC —Entonces, ¿de qué manera se diferencian las drogas de síntesis de las otras?

AP —Por un lado, por ese efecto buscado, que en las otras drogas es mucho más estimulante y en las de síntesis no. Por otro lado por su mecanismo de acción; la cocaína y la pasta base estimulan el sistema nervioso vegetativo a través del sistema nervioso simpático, incrementan notablemente la dosis de dopamina, que es el neurotrasmisor del placer, y también la adrenalina y la noradrenalina, mientras que el éxtasis, por ejemplo, tiene un perfil mucho más adrenérgico pero serotoninérgico, actúa sobre otro trasmisor, que es la serotonina.

EC —En términos prácticos, ¿en qué se traduce esa diferencia?

AP —Probablemente, por un lado en el efecto buscado, y por otro en la incidencia de complicaciones. El espectro de complicaciones de las drogas de síntesis es diferente del de la cocaína.

EC —¿Qué pasa con la dependencia? ¿Unas generan dependencia y otras no?

AP —La dependencia es un fenómeno muy complejo en el que no solo interviene lo neurobiológico. Pero si partimos de la pauta neurobiológica, la cocaína y la pasta base de cocaína actúan mucho más sobre el sistema dopaminérgico, y la dopamina es uno de los neurotrasmisores que están involucrados en el trastorno adictivo. En cambio en el caso del éxtasis o la MDMA, la acción dopaminérgica es menor; si bien en estudios experimentales se ha visto dependencia psíquica, el grado de adicción a estas sustancias es menor.

Comentarios