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Entrevista central, lunes 28 de agosto: Constanza Moreira

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EC —Porque hay gente que lo leyó, está claro que hay gente que lo leyó.

CM —Sí, puede ser. Yo no, ni lejos de haberlo leído. Hubo una serie de conciliábulos, nosotros no participamos en ninguno de ellos. Por supuesto que se anticipa que el fallo del TCP es negativo, es obvio, porque es más simple decir “está todo bien” y es mucho más difícil decir “están estas cosas mal”. Hay una discusión grande sobre si el fallo se va a conocer con antelación, si se va a abrir allí mismo en el plenario. Nosotros mismos dentro de CG tenemos una intensa discusión sobre esto, porque muchos dicen que el fallo debe conocerse con antelación, porque si no es imposible tomar posición. Un fallo que aparentemente tiene muchos considerandos y luego una resolución. Para conocer la resolución uno no puede leerla sola, tiene que leer los considerandos, qué sé yo.

EC —Usted no leyó el fallo, pero tiene “cuentos” de cómo es, que tiene muchos considerandos, por ejemplo.

CM —Que tiene muchos considerandos y que tiene una resolución, sí, obviamente. La discusión está sobre cuán abierta tiene que ser esta discusión para los militantes.

EC —Hoy la Mesa Política del FA va a tratar ese punto. Hay un planteo de la Vertiente Artiguista que reclama que se abra, que se difunda; incluso hay quienes recuerdan los estatutos y dicen que eso está previsto.

CM —Sí, 15 días antes.

EC —Que 15 días antes tiene que conocerse.

CM —Debe ser entregado. Hasta la una de la tarde, cuando se celebra la Mesa Política, se está discutiendo a través de medios electrónicos, están participando las departamentales. Mucha gente quiere que el fallo se abra, en el sentido de que la gente lo conozca para tomar posición en el Plenario. Otros creen que abrirlo es volver a exponer la situación y generar todo este clima que tanto le complica la vida al Frente. Veamos finalmente lo que se termina resolviendo. Creo que hay razones para una cosa y hay razones para la otra, por eso la decisión es difícil.

EC —El viernes en su recorrida Sendic hizo varias definiciones importantes. Por ejemplo, dijo: “Muchos de nosotros que hemos ocupado cargos de gobierno hemos cometido errores, pero –citando a Tabaré Vázquez– podemos haber metido la pata pero no la mano en la lata”.

CM —[ Se ríe.] Los viejos titulares de Brecha de hace no sé cuántos años. Había uno que decía “Metió la pata” y otro “Pero no la mano en la lata”. Quedó esa frase. Creo que el Frente tiene que tener un sistema de evaluación y propuesta de sus cargos políticos bastante más racional que lo que tiene.

EC —¿A qué se refiere?

CM —No tenemos un sistema más o menos colectivo de evaluación del desempeño de los cargos políticos. La gente entra a las funciones, sale de las funciones, ¿lo hizo bien?, ¿lo hizo mal? ¿Dónde está la evaluación de eso?

EC —No hay rendición de cuentas.

CM —No hay rendición de cuentas de los cargos políticos, que, como somos un gobierno nacional con unos cuantos gobiernos departamentales, son muchos. Creo además que Uruguay tiene un exceso de cargos políticos, para mí el país debería ir reduciendo sus cargos políticos. Por decir algo, un director de un hospital público no puede ser un cargo de confianza, tendría que ser un sistema concursable, puede ser un interinato; en fin, hay muchas cosas en la Administración Pública para hacer eso. Creo que Uruguay tiene un exceso de cargos políticos, que los cargos políticos han sido usados en el pasado como sistema de recompensa de una clase política, todo lo que se llamó el sistema de compromisos entre blancos y colorados fue este acuerdo con cargos políticos metidos dentro del Estado. El Frente hereda este tema de los cargos político y no termina…

EC —¿Leyó la columna de López D’Alessandro este fin de semana en La Diaria?

CM —Sí, la leí. La declaración de CG habla de eso.

EC —Él sostiene que el FA al llegar al poder asumió, convalidó, dio continuidad a prácticas de funcionamiento del Estado que venían de décadas de gobiernos colorados. Critica al Partido Colorado (PC), pero critica al FA por haber continuado por esa senda.

CM —Porque el Partido Nacional (PN) prácticamente no fue gobierno a lo largo del siglo XX. Está tratando de serlo, pero no es que haya tenido una larga trayectoria en esto. El sistema de reparto de cargos en el Estado aseguró la gobernabilidad de este país durante el siglo XX. Recuerden que ni siquiera teníamos presidente, teníamos un Consejo de Administración, un colegiado. El Uruguay se genera sobre la base de ese acuerdo entre el PN y el PC que con el tiempo se va desvirtuando y es nada más que un acuerdo que no tiene programa, no tiene objetivo, no tiene proyecto país, es simplemente un acuerdo de reparto del poder.

Cuando el FA llega al gobierno es una realidad distinta, porque es la primera vez en muchos años que se tiene un gobierno de un partido solo. Es cierto que con Mujica se vuelve a ensayar esto de que los blancos y los colorados estén en el gobierno, y con el segundo Tabaré esto se hace en forma más amortiguada. Pero me refiero a que el FA, que todavía tiene la dignidad como partido de tratar de resolver los problemas internos, creo que parte de lo que pasa con Sendic expresa esta sabiduría del FA de decir “antes de que nos resuelvan otros las situaciones difíciles, vamos a darnos la discusión y ver qué hacemos”. No sé con cuánta sabiduría al final el Frente va a lograr hacer una síntesis de opiniones tan diversas como las que hay sobre el caso Sendic, pero creo que –y es lo que dice la declaración de CG y también está en la columna de D’Alessandro– tenemos que tener esta discusión sobre los cargos políticos, cuántos necesitamos, quiénes tienen que ser, con qué currículos, que los cargos políticos dejen de ser un reparto sectorial.

Esto no tiene nada que ver con Sendic, porque Sendic es un vicepresidente que efectivamente fue elegido por el Plenario, por eso la situación de él vuelve al Plenario.

EC —Sí, lo que se está discutiendo es su gestión como integrante e incluso presidente del directorio de Ancap.

CM —Exactamente. Creo que como FA tenemos que tener una evaluación ex ante y una evaluación ex post. Yo ya lo planteé sin ningún éxito en el Secretariado en el año 2014, dije “¿cómo se va a armar este nuevo gobierno?”, y dijeron “eso lo va a armar Tabaré”. El FA se deslindó de tener una participación efectiva en el armado del gobierno, dejó que los gobernantes eligieran discrecionalmente. Eso me parece mal. Pero el tema es la evaluación ex post. ¿Qué sabemos de la evaluación? Porque ahora está el caso Sendic, pero si no tenemos un sistema de evaluación del desempeño, de la actuación de esos cargos que son de responsabilidad política, va a pasar que o actúa la justicia –muchas veces si hay una demanda actúa la justicia, judicializamos la evaluación de desempeño– o simplemente los compañeros pasan en el medio de evaluaciones más o menos subjetivas sobre si trabajaron bien, si trabajaron mal. No tenemos ese mecanismo.

Y lo que dice D’Alessandro es un principio obvio de partidos que acceden al gobierno y están mucho tiempo en el gobierno, se desarrolla una burocracia política. Que es una burocracia de gestores, yo siempre digo que el mejor indicador para saber si alguien se va a mantener en un cargo político es saber si lo tuvo antes. Porque las personas a veces entran a los cargos políticos, no saben mucho de la materia, pero luego se transforman en expertas en esa materia, entonces continúan en el ejercicio de esas funciones. El FA se debe esta discusión sobre el desempeño de sus cargos políticos.

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