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Entrevista central, lunes 28 de setiembre: Luis Lacalle Pou

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Entrevista con el senador Luis Lacalle Pou (PN, Todos).

EN PERSPECTIVA
Lunes 28.09.2015, hora 8.20

(Audio Eduardo Bonomi)

“El senador no tiene ni idea de lo que está pasando, porque está asesorado por los policías desconformes con lo que se ha hecho, que estaban conformes con la policía anterior, que tenía elementos que no funcionaban –esos sí que perdían por goleada–, y no entiende lo que está pasando.”

(Fin audio)

EMILIANO COTELO (EC) —Escuchábamos al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, cuando respondía, la semana pasada, aquí, en En Perspectiva, a declaraciones formuladas a mediados de este mes por el senador nacionalista Luis Lacalle Pou. El ex candidato presidencial blanco había dicho que Bonomi debía dejar el cargo porque estaba “perdiendo por goleada contra la inseguridad”.

No es ese el único frente que Lacalle Pou tiene abierto con el gobierno. Cuando desde el Frente Amplio (FA) se rechazó la continuidad de Uruguay en las negociaciones del TISA y se cuestionó la declaración de servicios esenciales en la educación pública, el líder de Todos aseguró que el presidente Tabaré Vázquez estaba en una situación de “debilidad política”.

¿Se terminó el período de gracia de este tercer gobierno del FA? De estos y otros temas vamos a conversar con el senador Luis Lacalle Pou.

Hace un par de semanas, durante una visita a la ExpoPrado, usted dijo: “Vendría muy bien al país un aire fresco, un cambio de mando. Yo creo que le vendría muy bien al país que Bonomi y Jorge Vázquez no estuvieran más en el Ministerio del Interior” y agregó “ellos han fracasado al frente del Ministerio. Y así como equipo que gana no se cambia, equipo que pierde se cambia, y el que pierde por goleada, más”. ¿Por qué hizo ese planteo ahora, en estas fechas, en ese momento?

LUIS LACALLE POU (LLP) —Se me preguntó al respecto, y yo contesté, con la aclaración de que no estaba pidiendo la renuncia. Porque por lo general trato de no pedir lo que sé que no va a suceder, hemos visto que a raíz de muchos fracasos que ha tenido este gobierno con respecto a la seguridad pública, están como abulonados a sus cargos y en ese sentido no es un pedido de renuncia, sí una visión que estoy seguro de que es compartida por una gran cantidad de uruguayos, de que hay un fracaso en lo que hace a las políticas de seguridad pública, por lo menos a los resultados, que es por lo que se debe medir a los gobernantes, y que le vendría muy bien un refresque al país del binomio Bonomi-Vázquez al frente del ministerio.

No me extraña la reacción del ministro Bonomi. Pero es una reacción ya, un patrón de muchos gobernantes que descalifican al emisor de un comentario, en este caso a mí.

EC —Me gustaría ir por partes en ese sentido. En aquellas declaraciones usted señaló que existiría un entramado de compromisos políticos que estaría atornillando a Bonomi y a Jorge Vázquez en sus cargos. Sin embargo si uno hace memoria, se encuentra con que Tabaré Vázquez anunció durante la campaña electoral que Bonomi iba a seguir y triunfó después en las urnas. Entonces se puede sostener que hay una mayoría de la población que convalidó esa permanencia del equipo en el MI…

LLP —Yo no sería tan lineal en el razonamiento, porque en realidad deberíamos atar que hay conformidad con las políticas de seguridad pública, y en estos días han aparecido notorios índices de disconformidad muy fuerte con respecto a lo que sienten la mayoría de los uruguayos. Aquello que en su momento se trató de decirnos que era una sensación térmica o que había una visión miope o parcial de este tema, la mayoría de los uruguayos se sienten más inseguros, tienen más temor, muchos han cambiado sus costumbres diarias. Y no sé, no me consta que se pueda ser tan lineal el razonamiento electoral con respecto a una política de seguridad.

EC —Pero lo cierto es que el anuncio de que iban a continuar Bonomi y Jorge Vázquez en el MI no fue obstáculo para que Tabaré Vázquez ganara.

LLP —No, por supuesto. No se trata de eso lo que estamos diciendo, no estamos mirando un proceso electoral, estamos mirando el comienzo de un gobierno.

EC —¿Y cuál es ese entramado de compromisos políticos que para usted hay entonces?

LLP —No me cabe la menor duda de que hay repartición del poder desde el primer gobierno del FA hasta ahora. Legítimo, por supuesto. Será conveniente o no, pero es legítima y hace que Eduardo Bonomi siga al frente del ministerio, y el hermano del presidente de la República siga siendo su compañero en la subsecretaría. Yo no tengo nada que decir de las personas, no me ocupo de hablar de las personas, porque me parece la primera forma de entrar mal a un debate, que es descalificar a quien emite un mensaje. Tratemos de manejarnos con argumentos.

Ayer de noche justo estaba agarrando unos libros acá y me encontraba con El hombre mediocre, de José Ingenieros, y muchas de las cosas que lamentablemente vemos en la descalificación tratan de la mediocridad en la cual se pretende ingresar. Si discutimos argumentos, si discutimos resultados, me parece que es el mejor camino, aunque no nos pongamos de acuerdo, pero descalificar no me parece lógico.

EC —Enseguida vamos a ir a la parte en la que Bonomi descalifica a quien estaba pidiendo que…

LLP —Como lo escuché recién en la radio, por eso se me ocurrió opinar de este tema.

EC —Pero antes le propongo escuchar cómo Bonomi explica su permanencia en el cargo –es el ministro del Interior que ha estado más tiempo en esa posición–, y por qué todavía no se han dado los resultados esperados, por qué sigue desde el comienzo de la administración Mujica.

(Audio Eduardo Bonomi)

Entendíamos que había unos hechos delictivos crecientes, una nueva forma de criminalidad que estaba influenciada por lo que pasaba en el exterior, que nuestra policía no estaba para nada preparada para enfrentarla y para enfrentar lo que se venía y que había que proceder a una transformación profunda de la policía que implicaba organización distinta, armamento, tecnología, vehículos, desplazamiento en el territorio, despliegue de las comisarías, combate a la corrupción. Y se produjo un proceso largo que nos llevó prácticamente todo el primer gobierno. Cuando el presidente Tabaré Vázquez me confirma en el cargo, lo entendimos como algo natural porque había que seguir ese proceso, ya empezando a reclamar resultados y no solo cambios internos que eran absolutamente imprescindibles pero que se realizaban para obtener resultados y ese es el proceso en el que estamos ahora.

(Fin audio)

EC —¿Qué dice a propósito de esa explicación?

LLP —Primero, que vamos rumbo al undécimo año de gobierno del FA, uno no puede separar en quinquenios o en este año, hay una continuidad en la política, entre otras cosas porque Vázquez-Mujica-Vázquez, se repiten muchos de los personajes del elenco de gobierno, han tenido mayoría absoluta en los últimos tres períodos y creo que el fracaso desde el principio. Yo me estaba acordando ayer, las primeras medidas en seguridad del FA fueron la liberación injusta de presos, porque había una valoración objetiva de quiénes merecían ser liberados o no, y la derogación del famoso decreto 690, que permitía solicitar la cédula en la vía pública. Desde ahí a la fecha, con distintos logros o fracasos, según de qué lado se mire, la política de seguridad del gobierno no ha sido buena. Tanto es así que cuando vamos a los registros… porque me parece que debemos ir a los números objetivos– ha ido en aumento todos los delitos, sobre todo los más violentos, pero si vemos la cantidad de hurtos, la cantidad de rapiñas, la violencia con la cual se está actuando en la forma delictiva, si vemos la cantidad de delitos y se nos trata de decir que en realidad es un tema mundial. Es la primera forma de irresponsabilidad decir “es un tema de la cultura”, es un tema mundial y por ende Uruguay está inmerso en eso. Tampoco es así.

EC —Él da una explicación un poco más amplia a propósito de por qué no debería medirse en función por ejemplo la evolución en la cantidad de rapiñas. Dice: “el detonante de los problemas de inseguridad es la crisis, que produce elementos graves que tienen que ver con la economía, con la sociedad, con la pérdida de los valores del trabajo. Pero luego el país se recuperó, y lo que está comprobado en el mundo es que la recuperación económica, recuperación de empleo, aumento de salario, disminución del desempleo, etcétera– no van acompañados con que aquellos que perdieron los hábitos de trabajo y crearon nuevas fidelidades –por ejemplo nuevos compromisos con delincuentes y una subcultura marginal– se recuperen al mismo tiempo. Es mucho más lento. Por el contrario, utilizan justamente que hay dinero en la calle, que hay comercios con mayor cantidad de dinero para tener más blancos para robar”. Y lo otro que agrega es que hay un factor exterior, que esta situación está influenciada por el exterior. “Cuando hablan de economía, cuando hacen análisis de lo que pasa en el país, de coyuntura, se incluye a Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Colombia. ¿Por qué cuando hablan de delitos no, si lo que está pasando acá es influenciado por esos países también en lo delictivo?”.

LLP —Primero, es una forma de entregarse, pasa en el mundo, va a pasar acá. Es una forma de entregarse, aparte de buscar siempre un factor exógeno a las responsabilidades personales. Siempre.

Segundo, no es así, porque Uruguay tuvo otros registros dentro de América y dentro del mundo se parecía mucho más a los registros europeos en algunas tasas delictivas y no tanto a las de América. Obviamente estamos lejos de El Salvador, pero en lo que hace a Chile, Cuba, Argentina, tenemos tasas en algunos registros delictivos mucho mayores, y no se puede decir que es por falta de aparato policial, por ejemplo, porque alcanza con ver cuántos agentes hay por habitantes y estamos por encima de países como Colombia, por ejemplo, y no sé si no estamos arriba de México. Estamos con un presupuesto en seguridad importantísimo, hay q8e reconocerlo, se cuadriplicó el presupuesto. Los elementos de armamento policial lo mismo, los efectivos policiales. El salario policial ha tenido una mejora. O sea que las herramientas están…

EC —Ahí Bonomi dice que efectivamente ha habido durante estos últimos años un aumento en el presupuesto, la policía está mejor pertrechada, hemos reorganizado, hemos combatido la corrupción, etcétera…

LLP —¿Eso quién lo dice?

EC —Lo señala Bonomi.

LLP —Ah, ta.

EC —Entonces termina diciendo ahora sí estamos en condiciones de ofrecer resultados, ahora sí se supone que va a venir la mejora, porque hemos implementado los cambios que había que implementar”.

LLP —No es serio decir que hacen falta 11 años para recién ahora empezar a obtener resultados. Y me permito discrepar con que se estén obteniendo resultados. Porque los índices parciales a mitad de año ya eran peores que los del año pasado. No parece lógico ni serio una persona que hace más de cinco años que está en el ministerio, de un partido político que hace casi 11 años que está en el gobierno; si fuera otra persona diría que está tomando el pelo, no creo que un ministro de Estado le tome el pelo a la población. O no debería. Hay que hacerse responsable, y como todos los dirigentes políticos, y sobre todo los del Poder Ejecutivo, son nombramientos que hace el presidente de la República y en este caso con un sustento de mayorías parlamentarias, está bien, me parece a mí que todos somos fusibles, y en este caso puntual con las herramientas que hace bien en destacar el ministro del Interior, los resultados obtenidos son malos. La primera forma es decir “soy irresponsable, es el mundo”, la segunda es denominar delitos por otro nombre, el famoso “ajuste de cuentas”, que parece que ahora parece que es un homicidio clase B, y echarle responsabilidades todo lo que sea exógeno a mi mandato. No me parece lógico decir que recién ahora se pueden lograr resultados. Y lamentablemente ni siquiera es cierto, porque alcanza con ver los últimos episodios y los últimos elementos de juicio que tenemos en lo que hace a porcentajes, que estamos lejos de lo que el presidente de la República se comprometió en la campaña electoral, que es por ejemplo bajar las rapiñas en un 30 %.

EC —En el rubro rapiñas él señala que en el último año lo que está habiendo es un aumento pero leve, mucho menor que en los años anteriores, con lo cual está confiado en que se va a poder cumplir con el anuncio que se hizo en campaña electoral…

LLP —¡Ojalá! No creo, pero ojalá.

EC —… pero además indica que ese es un ejemplo de lo dinámico que es el problema de la delincuencia, porque ahora son un poquito de rapiñas, ha subido algo la cantidad de rapiñas, pero son por mucho menos dinero. Los grandes robos han disminuido, los grandes robos han disminuido, lo que está ocurriendo es una tendencia a que el delincuente robo en su propia zona de residencia, y roba por $ 50, $ 100, por $  150 por ejemplo para dosis de droga.

LLP —¿Y eso qué se supone que debe generar? ¿Más tranquilidad? No entiendo esa argumentación. Esa argumentación es mucho más propia de un observatorio que de quien debe encargarse de la seguridad pública, que pasa justificando. No se puede seguir justificando cuando tuvimos más de 20.000 rapiñas en un entorno –y vayamos al entorno, que históricamente ha sido utilizado, ahora resulta que tampoco sirve– en que se asignaba una determinación muy importante al estado económico, social y cultural del país. Gracias a Dios el Uruguay mejoró en estos últimos años, y el delito creció exponencialmente, o sea que trae por tierra aquel argumento de que “víctimas de la pobreza, víctimas de la exclusión”… ¿Es así o no? ¿Hay más exclusión o hay menos exclusión? Pongámonos de acuerdo. ¿Eso genera o no genera más delitos? Los números fríos hablan, pasamos de 9.000 y pocas rapiñas en 2005 a 20.000 rapiñas en 2014, y vamos 10.500 en el primer semestre de este año. Dentro de las denunciadas, porque ahí hay otro fenómeno importante, que creo que es Latinbarómetro, quién es que se dedica a estos temas, cuando habla de la cantidad de denuncias por delito. Se calcula que hay más de un 50 % de delitos que no son denunciados. Porque, entre otras cosas, porque se descree o no se confía en que a denuncia de ese delito genere una respuesta efectiva y eficiente de quien lo debe hacer, en este caso el MI a través del brazo ejecutor, que es la policía.

EC —Vayamos ahora sí a lo que yo recordaba al comienzo de la entrevista, lo que señalaba Bonomi sobre sus críticas. Bonomi dice que usted no tiene ni idea de lo que está pasando porque “está asesorado por los policías desconformes con los cambios que se han hecho y que sí estaban conformes con la policía anterior, que esos sí que perdían por goleada”.

LLP —No sé si sabe Bonomi quién me asesora. Pero entre otras personas que me asesoran en seguridad fue votado por unanimidad por el Parlamento dos veces, que es Álvaro Garcé. Robert Parrado, Julio Viana, Eduardo Lombardi… podría decir nombres y nombres y nombres de nuestro equipo de asesores. Carlos Moreira. Es descalificar. A mí nunca se me ocurrió descalificar a Bonomi, y sobran argumentos, sobran argumentos, y no quiero ir al pasado ya lejano, de que no puede dirigir a la policía por razones obvias. No se me ocurre, porque no creo que sea así. Lo tengo que evaluar por cómo ha sido como gobernante. O no se me ocurre decir que la seguridad en el fútbol está fuertemente influida por presencia de dirigentes políticos vinculados con el FA. Lo podría decir, pero no se me ocurre. Yo voy a los registros y a los números objetivos. No se trata de decir si Bonomi es buena o mala persona, no me corresponde a mí. Lo que me corresponde decir es que la gestión de este ministerio, casi como todos los ministros del Interior del FA, ha sido mala. La de Bonomi es la que tiene los peores registros.

EC —¿Hay una propuesta alternativa? ¿Hay medidas que en particular, algunas en concreto, que ustedes entienden deberían aplicarse y no se están aplicando?

LLP —Es increíble las cosas que han pasado. Porque cuando se deroga el decreto 690 en el primer gobierno del FA, el ministro era José Díaz, se lo tilda de inconstitucional, etcétera, etcétera, argumentación que siempre hemos escuchado, de la época de la dictadura, etcétera. En aquel momento el diputado Borsari, unos años después, presenta un proyecto de ley para darle carácter legal y que no sea vía decreto, una herramienta a la policía para la detención en averiguación o solicitar la cédula en la vía pública. El FA se opone. En este proyecto de presupuesto viene un artículo al respecto. O sea, herramientas hay, propuestas hay. ¿A quién le corresponde y quien tiene la responsabilidad última el FA.

Las herramientas nuestras son presentar proyectos de ley, lo hemos hecho históricamente, controlar dentro de las posibilidades, porque es lógico que hay una mayoría absoluta que actúa en consecuencia en la defensa de los ministros, hablan muchas veces distinto, pero actúan todos juntos. Y me parece, y por eso lo digo, reitero, sin hablar de la persona, que le vendría bien al MI un refresque, porque, como dije el otro día, perdió por goleada. Así como cuadro que gana no se gana, cuadro que pierde, y en este caso por goleada, me parece una buena cosa sustituirlo.

***

EC —Hablábamos del ministro del Interior, Eduardo Bonomi. Me queda otra pregunta, pero ya en otro plano. ¿Cómo vio la actuación policial en el desalojo de los estudiantes que ocupaban el edificio donde tiene su sede del Codicen?

LLP —No conozco bien el parte policial. He estado leyendo algunas noticias. Primero, nosotros no somos partidarios de las ocupaciones, ni de lugares públicos ni de lugares privados, lo hemos dicho históricamente. No es la política que ha sostenido el FA, eso creo que de alguna manera deslegitima algunas acciones posteriores. Si uno predicó históricamente de una manera, después es muy complejo revertir esa situación.

Y en este caso el MI, a través de la policía, está para asegurar que se haga de la mejor manera y sin abusos la desocupación de todos estos lugares. Me parece, por lo que estuve leyendo, que hay dos instancias en la desocupación, la instancia de la desocupación propiamente dicha de los estudiantes y después donde intervienen otros elementos, algunos elementos radicales que claramente van a generar distorsión en cualquier tipo de clima. En un operativo hay dos operativos, una parte que es exitoso y la otra parte no, que e slo que ha generado mayores dudas.

EC —¿Para usted hubo excesos en la Guardia Republicana en el accionar afuera del edificio?

LLP —Reitero que tengo que leer el parte y ver si la agresión sufrida por la policía ameritaba la reacción. Es muy complejo opinar sobre un procedimiento del cual no tenemos el parte total.

EC —¿Para usted se debió haber procedido al desalojo antes? Recordemos que el edificio estaba ocupado desde el viernes, y este operativo del que estamos hablando se llevó a cabo en la noche del martes.

LLP —Hay marchas y contramarchas, porque si uno escucha al ministro del Interior o si escucha al Codicen, depende quién, al propio Murro, hay falta de coordinación y desentendidos y hay una versión que no se puede considerar oficial. Desconozco realmente si hubo negociación, si no hubo, quién la llevó adelante, si realmente estaban conectados los distintos agentes de gobierno, a. sí que no puedo opinar al respecto. Yo no soy partidario de las ocupaciones, lo hemos dicho más de una vez. No comparto el doble criterio utilizado por el gobierno del FA, que allí me parece que un decreto de 2010 del presidente Mujica que específicamente habla de la desocupación de los lugares públicos y permite la ocupación de los lugares privados. Es una diferencia de visión jurídica y de criterios que tenemos.

EC —¿Debió haberse procedido inmediatamente al desalojo del edificio donde está el Codicen?

LLP —Reitero que carezco de las herramientas de evaluación en lo que fue pasando. Y depende de a quién escuche del gobierno el concepto. No somos partidarios de las ocupaciones, creo que hay que intentar por medios pacíficos que se respete el derecho de todo el mundo, de algunos de protestar y de otros de ocupar sus lugares de trabajo.

EC —Hace pocas semanas el Plenario Nacional del FA planteó que Uruguay debía abandonar las negociaciones por el TISA y el Poder Ejecutivo acogió de inmediato ese planteo. Fue en esos días que usted ofreció al presidente Vázquez un “acuerdo de gobernabilidad”. Opinó que Vázquez estaba en una situación de debilidad política, que debía “ejercer la autoridad”. Concretamente, ¿en qué estaba pensando?

LLP —Hay que ser firme con el gobierno y generoso con el país. Creo que es una marca histórica no solo del Partido Nacional (PN), sino de la institucionalidad nacional, de casi todos los partidos. No somos hijos del cuanto peor, mejor. Quedan cuatro años y algo de este gobierno y tenemos que tratar de que el Uruguay esté lo mejor posible. Desde nuestro punto de vista, siendo coherentes con lo que propusimos, coherentes con nuestro accionar y con las herramientas que tenemos a nuestro alcance debido a nuestra participación en el Parlamento.

La gobernabilidad llevada adelante con un plan. A veces es muy complejo colaborar con un plan cuando no hay un plan. Cuando se dice por parte del presidente de la República, cuando se dice por parte del canciller que se va a avanzar en la apertura de nuestro país al mundo, leemos nuestra agenda de gobierno, habla de esos temas, escuchamos al canciller, pensamos en muchas cosas parecido, pero en el momento de actuar vemos un presidente jaqueado, un presidente que no puede mandar por lo menos lo que predicó en campaña y lo que mandó decir a su canciller. Entonces es muy difícil tener un plan para apoyar cuando no existe y hay idas y vueltas. Y el presidente Vázquez en estos últimos tiempos ha tenido idas y vueltas en más de un elemento, lo que desde mi punto de vista genera una situación vulnerable. Y cuando hay nubarrones en el horizonte –porque los hay–, lo primero que hay que hacer es decirlo: hay nubarrones en el horizonte. No tapar el sol con un dedo, como lo hizo el propio presidente Vázquez y su ministro de Economía, Astori, en estos últimos tiempos. Primero decir “esto es lo que pasa”, o tendrán que decir “nos equivocamos” o “no dijimos la verdad”. Yo me quedo con que no dijeron la verdad voluntariamente, y esta es la situación que se vive. Y esto es lo que nosotros vamos a hacer.

Pero para este tipo de gobernabilidad condicionada, por llamarle de alguna manera, que es de acuerdo a un plan, tiene que haber una firmeza en el timón que hoy no hay. Desconozco los resortes internos del FA, no me corresponde a mí saber cuáles son los pesos relativos de cada uno, sí se que es un presidente que en un momento de nubes en el horizonte tiene una enorme vulnerabilidad. Y yo soy gobernante de mi país, soy oposición pero tengo vocación de gobierno, y me parece que lo lógico es ser firme con el gobierno y generoso con el país. Y si el país en algún momento necesita del PN como estoy seguro los demás partidos, en temas importantes y si hay un plan, sería un egoísmo no llevarlo adelante.

EC —Si entiendo bien, esa gobernabilidad en la que usted pensaba incluía, por ejemplo, que el gobierno pudiera seguir adelante en las negociaciones del TISA contando para ello con el apoyo de sectores de la oposición y algunos del FA, no todo el FA. ¿Algo así?

LLP —Sí. Reitero que no me corresponde evaluar si todos o algunos del FA, si hay una política del Poder Ejecutivo de apertura al mundo, que estamos determinados por nuestro tamaño y por nuestra situación y por la coyuntura económica mundial, tenemos que abrirnos al mundo, ahí tiene que haber un respaldo. Si lo dijimos en campaña electoral, si no seríamos unos mentirosos.

EC —Pero ¿puede pensarse en un presidente de la República que deja de funcionar en sintonía con su partido? Si en este tema por ejemplo iba por el camino que usted propone, ¿qué otros problemas podían generársele luego en la relación con el oficialismo, que es el partido por el cual él fue elegido?

LLP —Lo desconozco. Y seguramente en la cabeza del presidente de la República, no soy quien para interpretarlo, debe de haber una evaluación de resultados y daños que se puedan tener. Lo que es obvio es que es nocivo para el país no sentarse a negociar. No parece inteligente irse de la mesa antes de negociar. Y que la excusa posterior de un presidente de la República dice “como no existe el TISA, no hay negociación”, no parece muy seria. Y reitero, estamos ante momentos complicados, y en momentos complicados exigen direcciones y capitanes que estén fuertemente aferrados al timo´n, y eso yo no lo estoy viendo. Y sin perjuicio de que me guste o no el FA, que obviamente no me gusta, y a quien tratamos de vencer y no pudimos, sí´me preocupa el futuro de nuestro país. Entonces, si hay una propuesta formal en algunos temas y nosotros dijimos que estábamos de acuerdo en campaña electoral y apelando a la coherencia, que es una práctica de vida nuestra, no podemos negarlo. En lo que hace a las relaciones exteriores hemos sido muy críticos de la dependencia que se ha generado con este Mercosur de amigos, que incluye a Venezuela, que con el paso del tiempo nos termina asfixiando comercialmente, hay que ver la balanza comercial que tenemos con Argentina, hay que ver lo que son las pautas, hay que ver lo que son las pautas devaluatorias de Brasil, que sin decir agua va procede a este tipo de cosas. Nuestro segundo mercado externo más importante después de China. Los negocios muchas veces basados en políticas artificiales de otros países como Venezuela, que terminamos dependiendo nuestra exportación de algún producto básico de este país de la buena o mala voluntad de un presidente como Chávez o como maduro. Y allí tenemos una visión geopolítica de inserción internacional. Si compartimos la del gobierno, cosa que compartimos el inicio del discurso pero no la marcha atrás, no parece lógico negar el apoyo.

Con el tema de la educación, por saltar a un tema bien importante, ya este año está perdido en lo que hace a medidas importantes. Hay una voluntad del Poder Ejecutivo y una voluntad del gobierno de mejorar el sistema educativo el año que viene? ¿Tenemos temas en común? Empecemos por lo que va a pasar a partir de diciembre, la elección de horas. Se pretende modificar la elección de horas, se pretende tener como unidades educativas estables? Si la respuesta es afirmativa, generosos con el país, firme con el gobierno.

EC —¿Usted tiene diálogo, tiene contactos con el presidente Vázquez?

LLP —No, no tengo.

EC —¿No ha habido ningún tipo de encuentro o comunicación telefónica desde que empezó este período de gobierno?

LLP —No, no ha habido. Nos hemos visto en temas oficiales, saludo cordial y respetuoso. Es el presidente de mi país, no me gusta pero es el presidente de mi país y me parece que la institucionalidad es muy importante y la tenemos que proteger.

EC —Pero mi pregunta apuntaba a saber si estas ideas que usted ha manejado públicamente habían tenido alguna canalización formal. ¿No entiende necesario por ejemplo pedir una audiencia con el presidente de la República?

LLP —No, no me niego, no me parece quizás que no hay sido oportuno hasta el momento. Lo que tiene que haber es una voluntad. Si estuviéramos jugando al truco, el gobierno es mano, entre otras cosas es mano, y tiene el 2 y el 4. Si se pierde con el 2 y el 4… obviamente no se está jugando bien. Y en este sentido tiene un gobierno con un poder Ejecutivo de un solo partido político, una coalición de partidos políticos que es el FA, y tiene una Cámara de Diputados y una Cámara de Senadores donde tiene la mayoría absoluta. Si se requiere el concurso del PN, no estoy ahora autorizado para hablar en nombre de todos los compañeros, pero no me cabe la menor duda de que la historia y seguramente el futuro de nuestro país se encamine a dar una mano en temas puntuales. Me parece que las reuniones de gobernantes con lindas fotos a la salida, apretón de manos y sonrisa que después no generan resultado, son enormemente frustrantes. Si en algún momento se requieren las ideas, los técnicos, el compromiso, los votos en temas en que estamos de acuerdo, si no lo hacemos no nos lo perdonaría nuestra propia gente. Pero con un plan, por eso el concepto de gobernabilidad condicionada. No solo para decir “está todo bien”. Hagamos que las cosas estén bien.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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