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Entrevista central, lunes 31 de octubre: Susana Pereyra

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EC —Usted inició esa gestión como diputada, en su condición de parlamentaria. ¿Fue sola?, ¿no había otros legisladores del MPP o del FA en este esfuerzo que iniciaba?

SP —No. Yo soy legisladora, señora del ministro, hincha de Peñarol, ciudadana comprometida, parte del gobierno. Son esas cosas que uno establece y genera, después hay otros actores que son los que se tienen que involucrar.

EC —Pero después de aquello, y corriendo ese ámbito de diálogo y de intercambio que usted recordaba que terminó generándose, ¿cómo viene su costumbre de ir o no ir a la tribuna Ámsterdam?

SP —Los muchachos me invitaron a ir a la tribuna y fui. Y fui varias veces, cinco o seis veces. Ir a la Ámsterdam no implica ir a la mitad de la tribuna y estar con los bombos revoleando la bandera. A los laterales va mucha gente que no está dentro del grupo bochinchero, que va y mira el partido ahí.

EC —Y usted estaba en esa otra zona de la tribuna.

SP —Sí. Es que es imposible estar en la otra, porque es de saltos y cosas, una ya no está en edad de eso.

EC —Ha dicho que sus contactos son con “referentes positivos” de la barra. ¿Qué quiere decir eso?

SP —Ayer miraba un programa en la televisión que me reafirmaba eso. Estaba creo que el representante de los porteros ante la Intergremial y estaba Jorgito en un programa deportivo…

EC —Jorgito es uno de los referentes de la barra de Peñarol.

SP —Sí. Y [el representante] decía que [Jorgito] era un referente, que cuando estaba nucleaba, se podía hablar, que resolvía los problemas, que Peñarol tiene varios grupos de distintos barrios y que él lograba nuclear todo eso y ser un único referente, y que eso para la gente que trabaja en el estadio es bueno. Yo tengo la misma opinión –hasta ese momento, ahora Jorgito no está–, se pudieron establecer acuerdos que para mí fueron buenos.

EC —Si usted puede distinguir a los referentes positivos, supongo que también sabe quiénes son los referentes negativos, que seguramente hay en la barra de Peñarol.

SP —Sí, seguramente.

EC —¿Los conoce?

SP —En realidad no. Uno ve que no son gente que concite una adhesión, uno tiene empatía con la gente o no. Hoy no hay ningún referente que nuclee, sino que hay distintos referentes y no tengo vínculo con ninguno.

EC —Jorgito es de los referentes positivos, dice usted.

SP —Sí, fue de los referentes positivos, hoy no está.

EC —¿Y los referentes negativos qué son? ¿Qué quiere decir que sean referentes negativos? ¿La diferencia básica es su actividad delictiva, por ejemplo?

SP —No, no tener códigos para manejarse en la tribuna.

EC —¿O sea? ¿Qué es esto de los “códigos”? Es una expresión hecha que circula mucho y uno no siempre entiende a qué alude.

SP —Hay gente que dice “yo soy hincha de la hinchada”. Yo discuto eso, si no está Peñarol la hinchada no tiene razón de ser. Esos que cometen desmanes, que tiran cosas, esa gente para mí no es hincha de Peñarol, esa gente no es positiva, no debería estar en un estadio.

EC —¿Algunos de esos a su vez están, por ejemplo, en el narcotráfico?

SP —Ah, no sé, si supiera seguramente el ministerio también lo sabría o estaría trabajando o estará trabajando en eso.

EC —Entonces su definición de referente negativo no tiene que ver con si es delincuente o no, sino con su actitud como activo integrante de la barra, de qué manera encara su presencia en la tribuna. ¿A eso alude?

SP —Parto de la base de que hay hinchas positivos e hinchas negativos y otros delincuentes que van que me parece que no son hinchas, que aprovechan situaciones y están tanto en un lado como en otro de acuerdo a sus necesidades non sanctas.

EC —“Non sanctas”… Sigamos aclarando términos, para entender esto.

SP —Que no son las de ir a un estadio, sino que tienen un objetivo delictivo a partir de su entrada en esos lugares.

EC —Todo eso está mezclado en la tribuna Ámsterdam, en la barra de Peñarol.

SP —Creo que en el fútbol uruguayo, no solo en la barra de Peñarol.

EC —¿Qué ha hecho cuando se ha enterado de ese tipo de comportamientos? Porque supongo que tendría que denunciarlos.

SP —Seguramente. ¿Usted cree que mi vínculo y mis charlas con mi esposo no tienen que ver con todo esto? ¿Usted cree que yo salgo a escondidas o que voy a algún lado, que no nos hablamos con mi esposo o que cada uno hace una cosa…? Yo estoy muy involucrada con lo que pasa en el MI, lo sufro permanentemente, lo vivo permanentemente. No me compete a mí ir a detectar quiénes son los narcos y demás, esa es una tarea ineludible del MI, pero si en cualquier ámbito de mi vida veo alguien que me parece que es un delincuente, seguramente el MI lo sabe.

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