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Entrevista central, lunes 8 de enero: Fernando Pereira

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RA —Este clima de tensión que se denuncia de un lado y del otro, ¿cuánto puede tener que ver con la próxima ronda de negociación salarial?

FP —Nada, nada, es absurda esa nota que salió. Además algunos empresarios […] una nota absurda. Hacemos de cuenta de que si falla la justicia es así y hacemos de cuenta de que si lo dice un medio de comunicación es así. ¡No es así! Aunque lo diga un medio de comunicación y aunque algunos empresarios hayan dado respuesta. Nosotros tenemos muchos mecanismos para pelear por los consejos de salarios, pero esta no es una medida que tenga algo que ver, ni mínimamente, con los consejos de salarios.

RA —Hay quienes dicen que hay un clima enrarecido, que nunca se dio esto –por lo menos con esta cantidad y asiduidad con que se está presentando en estos últimos meses– por parte del PIT-CNT, y ahora estas declaraciones de Zerbino.

FP —Eso fue el año de menor conflictividad de los últimos diez.

RA —Pero los hechos públicos y la notoriedad que han tenido, el caso del peón rural de Salto, el caso del camionero con las particularidades que dijimos y las precisiones hace la justicia… Estoy citando al profesor grado 5 de Derecho Laboral Juan Raso, que en una columna en su blog hablaba de eso, de un clima enrarecido en que se llega a estas negociaciones. Usted dice que no tiene nada que ver.

FP —¡No tiene nada que ver! Para la ronda de los consejos de salarios hemos definido tres aspectos: primero, el salario mínimo nacional, que nosotros entendemos que debería estar en $ 16.500, que es lo que dos personas precisarían para vivir por encima de la línea de pobreza –fíjese qué aspiración tan corta–; segundo, creemos que en un país en crecimiento la pauta salarial debe responder a la inflación más puntos de crecimiento, y tercero, discutir aspectos vinculados a la salud laboral, a la formación profesional, a temas que son vitales para entender el mundo del futuro del trabajo, que ya no se trata simplemente de discutir salario, se trata de cómo construimos las herramientas formativas para que en el futuro, con el avance científico-tecnológico, el trabajador pueda tener su empleo y su empleo de calidad. Y al mismo tiempo, cómo discutimos políticas sociales para aquellos sectores que en los primeros años van a tener un fuerte impacto, cuando ingrese […] tecnologías de punta, lo que se puede llamar tecnologías vinculadas a la revolución 4.0. Estos son los temas que ha resuelto el movimiento sindical, no ha resuelto absolutamente ningún otro.

RA —Pero en declaraciones que hizo a fin de diciembre usted llamaba a los trabajadores a “prepararse para la lucha”. ¿Eso de hablar de “lucha” por adelantado, antes de que efectivamente haya problemas en la negociación, no puede predisponer a una confrontación que pueda desembocar en violencia?

FP —Si no me preparo no puedo luchar, si me preparo puedo no luchar porque decido que he llegado a un buen acuerdo, pero si no me preparo no tengo condiciones. Si no somos capaces de convencer a los trabajadores de que esta es la última oportunidad que tenemos durante este período de gobierno para generar por ejemplo mejores recursos económico-financieros para una educación pública que a luces los necesita, no voy a estar preparado para dar una lucha adecuada. Si yo no coloco el tema de un salario mínimo de $ 16.500 al principio del año próximo, pero además con conciencia de que es necesario luchar para tenerlo, no me estoy preparando para algo que es vital para el conjunto de los trabajadores. Y sobre todo para un grupo de trabajadores que no tenemos afiliados, que son los trabajadores informales, que son la mayoría de los que se rigen por los salarios mínimos, porque los trabajadores que están formalizados, que están dentro de alguna rama de actividad formalizados, tienen el mínimo de la categoría y casi todos los mínimos de categoría superan esa cifra. O sea que estamos poniendo en el número uno de la plataforma una reivindicación que abarca básicamente a trabajadores que no están sindicalizados, sencillamente porque trabajan en el sector informal de la economía. Pero si no me preparo para esa lucha, va a ser una lucha irreflexiva, que no tenga una táctica y una estrategia adecuadas, que no tenga un mecanismo de ver cuál es el mejor camino para lograrlo, porque no vaya a creer que en el mundo se han logrado avances laborales sin lucha. Para empezar, las ocho horas y los mártires de Chicago, pero de ahí para acá han existido miles de luchas que han permitido que haya un horario de trabajo, que haya una ley de salud laboral en el trabajo, que haya una ley de responsabilidad penal, que haya negociación colectiva, que haya determinada cantidad de convenios colectivos internacionales de trabajo que son amparo para los trabajadores. Eso no surgió solo, eso surgió por la lucha, y el que no lucha por lo que cree está liquidado.

DS —El paro general parcial del martes va a girar en torno a “la no violencia y a la construcción de la cultura de la paz”. Va a haber un documento que ustedes les van a hacer llegar a todos los trabajadores. ¿Nos puede adelantar titulares de ese documento, a qué se va a referir?

FP —La primera circunstancia es que hace mucho tiempo que vemos que hay unas 17.000 denuncias de violencia doméstica por año; no tengo el material en la mano, pero andan en ese entorno, tal vez alguna más. Esto implica que la cara más embromada de la violencia doméstica la vemos en la muerte de mujeres, pero esa cara se expresa en 17.000 casos de distintos tipos de agresión, agresión física –el “empujón”, o el golpe–, agresiones psicológicas, ir a esperar a la expareja al lugar de trabajo, acosarla en forma permanente. Hoy veía que hay más de 400 personas con tobillera, imaginemos lo que esto significa en el plano nacional y tenemos un problema, que se llama violencia de género. Hay un artículo que escribió Denisse Legrand en La Diaria que me parece que da cuenta de la magnitud del problema, que a veces tendemos a minimizar en el sentido de verlo solo a partir de los casos de crímenes, pero en realidad es bastante mayor, bastante más extendido.

En segundo lugar, no […] nuestras diferencias ni en el movimiento sindical, ni en el tránsito, ni en el deporte a través de la violencia, hay mecanismos para dirimirlas a través del diálogo. Cuidarnos como dirigentes sindicales si están existiendo actitudes violentas y negociar en todo caso cuando sucedan cosas de este tipo. Y tener una actitud activa con otras organizaciones de la sociedad que promuevan una gran movilización para la tercera semana de febrero, que de alguna manera coloque todos estos temas arriba de la mesa, porque nadie debería morir por trabajar, ni nadie debería morir por un incidente en el tránsito ni porque es dirigente sindical o porque es periodista o porque tiene una actividad tal o cual que naturalmente lo hace estar muy expuesto. Todos deberíamos reflexionar en torno a esto.

Por ejemplo, nos mandó una nota el presidente de la Cámara de Comercio solidarizándote con los hechos, se la respondí en forma inmediata, me pareció un gesto altruista. No es que a partir de esto nos vamos a poner de acuerdo en la ronda de consejos de salarios, porque no tiene nada que ver. Hay un hecho que es violento, que causa dolor a una organización importante del Uruguay y un miembro de una cámara empresarial, el presidente, manda una nota al PIT-CNT de alguna manera solidarizándose con las muertes de varios trabajadores que se han dado en circunstancias muy diferentes, todas muy diferentes, pero que le duelen al movimiento obrero, y yo creo que le deben doler a toda la sociedad, que no debe ser solo un dolor del movimiento obrero. El documento tiene esta lógica, pelear por una cultura de paz, que implica no dirimir ninguna diferencia a través de la violencia.

Quiero dejar claro que estas diferencias no tienen nada que ver con la ronda de consejos de salarios, que nosotros cuando peleamos por salario lo hacemos con la cara descubierta, sin encubrirnos en ninguna otra actuación. Ustedes nos han visto en todos estos años pelear por nuestro salario, pelear por nuestros derechos, pero dentro de la lógica que el Uruguay democrático implica, que el Uruguay democrático merece.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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