EC —Supongamos que la estrategia de la defensa de Rousseff tiene éxito, que el juicio político termina en una absolución y ella vuelve a la Presidencia. En esa hipótesis, ¿cómo hace para gobernar?, porque hoy los únicos que le están quedando como apoyos son el PT, el Partido Comunista de Brasil y el Partido Democrático Laborista, que son minoritarios en el Congreso. ¿Cómo sería ese regreso de Rousseff?, ¿qué tipo de gobierno habría en Brasil en esas condiciones?
JEC —Es una característica propia del presidencialismo que un presidente tenga mayoría parlamentaria o que, si no la tiene, tenga que hablar con los partidos para hacer pactos. Por ejemplo, el presidente [de EEUU, Barack] Obama, no tiene mayoría en el Congreso y no por eso dejó la Presidencia de la República ni fue apartado. Es una característica del presidencialismo. Lo que no se puede hacer es aprovechar una situación como esta para apartar al presidente, eso es un golpe.
Creo que si la defensa tiene éxito en el Senado y la señora presidenta vuelve al poder, tendría que proponer a Brasil un gran pacto de gobernabilidad que sea nacional. Esto lo puede hacer solamente un gobierno legítimo, un gobierno ilegítimo no puede hacerlo porque los conflictos sociales son mayores. Un gobierno que no obtiene su poder de las elecciones directas no puede proponer nada, solamente quien tiene la legitimidad puede hacerlo, y Dilma la tiene. La idea es que consigamos en el Senado, o incluso en la Justicia, que se determine el regreso de la señora presidenta de la República a sus funciones y que ella proponga un gran pacto nacional y diga: Necesitamos salir de la crisis económica y política, vamos a hacer esto como un gran proyecto nacional.
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Transcripción: Andrea Martínez
