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Entrevista central, martes 18 de julio: Sebastián Peaguda

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EC —¿Pero alcanza con eso, no hay que hacer nada con la otra parte de la jubilación que va a recibir, la que viene de la AFAP?

SP —Dependería un poco de cada estimación, de qué cantidad de años y qué volumen tenían aportados antes del año 1996. Pero lo que se vio para esta población es que tendría una contención bastante importante, primero llevando esa situación y, después, si hubiera alguna compensación que fuera necesaria, bueno, tal vez el fondo de la AFAP puede contribuir a compensar esa diferencia. Pero que no sea así en primera instancia, porque eso evita ver que el problema de darle la solución a estas personas es que no existe financiamiento en el corto plazo para poder responder a esa obligación.

EC —En este primer camino el trabajador seguiría en el sistema mixto, pero con ese detalle de que se le reconocerían completos sus aportes a BPS previo a 1996.

SP —Creo que esa es la solución más pura, donde la persona permanece en el sistema mixto y se le reconoce la contribución efectivamente realizada, que creo que es lo primero, reconocer lo que realmente se hizo.

EC —¿La otra solución posible?

SP — La otra solución empieza básicamente en este mar donde mezclan las aguas y dice: dado que esto no da, si el trabajador con su ahorro individual realizado por 20 años puede compensar esa diferencia, que este valor vaya a ser ese financiamiento de esa mejor solución posible. Ahí es donde empieza la posibilidad de transferir los aportes a BPS. Pero el costo a largo plazo igual está, los valores que están en los fondos que se habían visto hasta ahora dan como para cubrir la diferencia durante diez años, pero después de esos diez años -que en términos previsionales es la mitad de la vida pasiva que tiene una persona- van a empezar a darse pérdidas en BPS. Cuanto más intenso sea el flujo de un lado hacia el otro más difícil va a ser para BPS afrontar esa cuenta fiscal y es más probable que las promesas realizadas hoy de cómo se va a poder jubilar la persona sufran cambios, porque al no poder afrontar esas obligaciones empiezan a darse, en los sistemas de reparto, cambios paramétricos.

EC —¿La alternativa sería que la persona resolviera en el momento de la jubilación?

SP —Vistas las cartas, puede optar por un sistema u otro y tiene su vida laboral bastante clara, tal vez los últimos años fueron los más fructíferos de su vida laboral, el BPS tiene mejor recibidos los aportes, no tiene que recurrir a los años previos a 1996, ya recibió el financiamiento. Y por el lado de la AFAP pudo, no solamente acumular sino también rentabilizar el saldo que tenía hasta el día de hoy. Capaz que la persona hace un aporte de 100 pero tiene 10.000 en el fondo, entonces la rentabilidad que tiene sobre ese fondo traspasada al momento de retiro al BPS es mucho más grande de lo que puede recibir hoy.

EC —Ahora, estos dos caminos que están proponiendo pueden ser vistos como caminos interesados, porque en los dos casos el trabajador sigue aportando al sistema mixto, por lo tanto, a la AFAP, que sigue cobrando la comisión correspondiente. Hay quienes entienden que las AFAP están preocupadas por mantener el cobro de esas soluciones y que las soluciones que maneja el Poder Ejecutivo las afectan porque dejan de percibir esas comisiones, ¿qué responde?

SP —El interés mayor creo que de cualquier empresa es perdurar en el tiempo, si vamos a hacerlo bajo ese concepto no va a suceder. El sistema mixto tiene que ser bueno para la persona, tiene que darle la mejor probabilidad de llegar a la mejor jubilación posible. Entonces, no tiene sentido basar la solución del sistema en tratar de retener a un colectivo al que el sistema no le está siendo funcional a cambio de no perdurar en el largo plazo. Nuestro principal socio para pagar jubilaciones que sean suficientes para los trabajadores es el BPS, si frente a incentivos de corto plazo vemos que a esa cuenta pública se le puede llegar a hacer muy compleja de cubrir en el largo plazo, lo que vamos a ver son cambios en el sistema de reparto, porque en el sistema de capitalización individual cada uno financia su jubilación, o sea que hay poco que se pueda hacer para alterar la acumulación individual, pero en el sistema público si las cuentas fiscales no dan para compensar los déficit, empiezan a generarse [cambios]. El BPS tiene cálculos técnicos expresados y públicos donde dice que la trayectoria a largo plazo no le da para cubrir los déficits que tiene hoy en día y después, pasando a 2% más del Producto [Interno Bruto] en el corto plazo, en términos previsionales. Entonces, con las transferencias que van a estar haciendo de un lado a otro, ¿mañana se van a poder mantener las promesas?, ese es uno de los desafíos. No tengo duda de que un país tiene que tener el sistema que tenga más sentido en ese país, el tema no es quien lo administra sino si hay suficiente financiamiento. Uno puede preguntar si el problema es que lo administran las AFAP o BPS, pero no es ninguno, el problema es que no existe suficiente financiamiento, seguramente, para pagar las prestaciones que quisiéramos. En los lugares más desarrollados -Noruega, Dinamarca-, el problema o es diferente, no es de administración de los fondos sino si los fondos son suficientes para pagar, por el período de vida pasiva que queremos en la cuantía que queremos y con la cobertura que queremos para todos.

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