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Entrevista central, martes 19 de abril: Madeleine Renom

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EC —Ya vimos que hay registros de tornados en Uruguay desde hace décadas. Pero ¿puede ocurrir que últimamente este fenómeno extremo se esté dando con mayor frecuencia o mayor intensidad debido al cambio climático?

MR —Separemos la parte de mayor frecuencia. Como decía, como no tenemos instrumental, mediciones fidedignas que nos ayuden a cuantificar empíricamente la frecuencia, es muy difícil. Porque ahora parecería que hay más, pero todo el mundo tiene su celular en mano, anda por la ruta, puede filmar y tener un registro del tornado, cosa que antes no tenías, pero no quiere decir que no ocurriesen tornados.

Por otro lado, no hay, que yo conozca, ningún trabajo científico que avale que en las condiciones de cambio climático hayan cambiado algunas características que pueden fomentar o dinamizar o generar tornados.

EC —Se lo pregunto porque el presidente Tabaré Vázquez, el domingo en Dolores, en determinado momento, cuando los pobladores le planteaban su angustia, su preocupación, dijo: “No es responsabilidad de nadie y es responsabilidad de todos, porque alteramos el medioambiente acá y en todo el mundo y en todo el mundo están pasando estas cosas”.

MR —No es tan sencillo atribuir este evento, que es muy chico, al cambio climático. Sí si tuviésemos un cambio en la frecuencia, pero para eso hay que tomar varios años, ver varios casos y ver si ahora son más frecuentes o más intensos. En principio científicamente yo no me atrevería a afirmarlo; no todo se debe al cambio climático.

***

EC —Madeleine Renom es doctora en Ciencias de la Atmósfera y profesora adjunta del Departamento de Ciencias de la Atmósfera en la Facultad de Ciencias de la Udelar.

¿Dónde se hace un doctorado en Ciencias de la Atmósfera?

MR —Para empezar, hice la Licenciatura en Ciencias Meteorológicas en la Udelar; en ese momento fuimos dos las egresadas, las primeras dos egresadas de la licenciatura de la Udelar. Para hacer el doctorado me fui a la Universidad de Buenos Aires, porque en ese momento acá todavía no existía; hoy tenemos en el Programa de Desarrollo de Ciencias Básicas (Pedeciba) Geociencias. Retomamos la licenciatura, ya tenemos cuatro egresados en Ciencias de la Atmósfera, lo cual fue una apuesta que hicimos hace un tiempo en la Udelar, porque hay una necesidad importante de una formación universitaria en estos aspectos que ahora creo que están bien marcados. Pero formar gente lleva tiempo, más allá del dinero, no es solo el instrumental o la tecnología, sino la formación de recursos humanos.

EC —Ya vamos a eso. Repasando lo que charlábamos en la primera parte, efectivamente Uruguay está en una zona de tornados y tenemos un registro de décadas de fenómenos de este tipo, algunos más graves, otros menos graves. Por ejemplo, el de Fray Marcos, Florida, del año 1970, ocurrió en una población de 2.400 habitantes; el de Juanicó en Canelones, que también fue importante, afectó a una población de 1.300 habitantes. En el caso de Dolores ocurrió en una ciudad de 20.000 habitantes, de ahí las consecuencias que hemos estado observando y que nos tienen a todos impresionados.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, ¿no sería conveniente pensar en un sistema de detección y prevención?

MR —Sí, sería fundamental, es algo que se viene conversando en distintos ámbitos. Para esto es necesario un radar doppler, un radar meteorológico; hay toda una red de radares en el sureste de América del Sur, están los argentinos y los brasileños. El más cercano a la región donde pasó el tornado de Carmelo es el de Ezeiza; estuvimos tratando de conseguir las imágenes de ese radar, pero tiene cierta región de influencia y sobre los bordes la señal es más ruido que otra cosa, no sirve.

EC —Dice Luis Zunino, profesor, meteorólogo: “El servicio meteorológico de Argentina, que sí cuenta con la tecnología necesaria, al igual que Brasil, había advertido que el litoral estaba ante la inminente llegada de abundantes precipitaciones, tormentas eléctricas, granizo y ráfagas de viento fuerte, eventos propios capaces de generar de tornados”. ¿No teníamos una especie de preaviso que venía de Argentina?

MR —Primero, desconozco si Argentina había emitido una alerta; y segundo, tampoco sé si acá había alerta en la región, pero si se emite una alerta naranja uno espera tormentas, no hemos educado a la población, la población no sabe que dentro de esa tormenta puede ocurrir granizo, etcétera, y hasta la formación de un tornado.

EC —En una zona de advertencia naranja puede caber un tornado.

MR —Sí, supongo que sí. Hay que ver en qué condiciones se emiten las advertencias naranja, lo desconozco. De todas formas, son fenómenos muy chicos, no nos podemos basar en una advertencia que emite el servicio meteorológico argentino para su región, ni el Brasil, que también llegaron algunas advertencias de Brasil o de Metsul, que emite muchas advertencias para Uruguay, pero en Brasil no es una empresa muy conocida, hay centros muy importantes.

EC —Entonces, lo primero, es necesario tecnología, Uruguay tiene que incorporar un radar doppler; ¿uno?

MR —En principio uno, si se asocia con la red de radares que existen en Brasil y en Argentina. Son equipos muy costosos.

EC —¿De qué orden?

MR —Estimo que del orden de US$ 1 millón, 1,5 millones, más la infraestructura, más el mantenimiento, para no comprar instrumental y después no se tengan los recursos para mantenerlo; hay que formar gente que realmente sepa interpretar y analizar y sacarle el jugo a esa información. El tema es en qué órbita se instalaría, de quién dependería.

EC —Supongamos que existe ese radar doppler…

MR —Que no es solo para tornados, el radar doppler hace un escaneo, una tomografía en la vertical de la tormenta.

EC —Supongamos que existe, ¿con qué capacidad se cuenta a partir de ese momento de avisarle a la gente que en tal lugar puede caer un tornado?

MR —Que en tal lugar va a caer un tornado no, ni con 18 radares doppler. Uno achica la región para la cual advierte que existe la probabilidad, dentro de la tormenta, de que se formen tornados. Eso con media hora de anticipación. No más, porque la dinámica no lo permite.

EC —Entonces, suponiendo que tengamos ese radar doppler, tiene que existir, a su vez, una cultura en la población, tiene que existir un sistema de alarmas que permita trasmitir rápidamente ese dato, porque hay nada más que media hora o menos para reaccionar.

MR —Tendría que existir un sistema de sirenas, como en EEUU, allí se prenden las sirenas y la gente sabe, porque tiene la educación, qué es lo que tiene que hacer. Es una sirena por tornado, como a veces hay sirenas por huracán, en las zonas de huracán. He visto que han circulado muchas cosas –que son paranoia–, como que hay que hacer acopio de víveres; el tornado no dura más de 5 o 6 minutos, es muy intenso, pero no te vas a quedar sin comida, no vas a estar en un refugio tres o cuatro días, es diferente de lo que ocurre cuando llega un huracán.

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