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Entrevista central, martes 19 de setiembre: Fanny Castellanos Póveda y Gustavo González

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Entrevista con Fanny Castellanos Póveda, excombatiente de las FARC e integrante de Ecomun, y Gustavo González, integrante de la ONG WeEffect, nexo entre las FARC y FUCVAM.

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EN PERSPECTIVA
Martes 19.09.2017, hora 8.16

EMILIANO COTELO (EC) —En diciembre del año pasado, Colombia puso fin a un conflicto armado con la guerrilla de las FARC que en 50 años dejó más de 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados. La paz fue todo un hito, pero con ella comenzó otro desafío: la reinserción de miles de combatientes que habían pasado años luchando en la selva.

Desde que se firmó la paz, unos 13.000 exmilicianos han quedado en una situación económica y social vulnerable. Y curiosamente, en busca de una solución, la exguerrilla –ahora transformada en partido político–, tomó contacto con Uruguay.

Esta semana llegó a Montevideo una delegación de Ecomun, una cooperativa formada por excombatientes de las FARC que promueve proyectos productivos que ayuden a la reinserción. Y uno de los objetivos de la cooperativa es resolver el problema habitacional, para lo cual se han vinculado con la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM).

¿Cómo es esa cooperación? ¿Qué resultados puede dejar?

Para ocuparnos de este tema y aprender a propósito de estos hechos, estamos con Fanny Castellanos Póveda, exguerrillera de las FARC e integrante de Ecomun, y Gustavo González, integrante de la ONG WeEffect, que ha sido el nexo entre las FARC y FUCVAM. Gustavo González fue años dirigente de FUCVAM en nuestro país.

Fanny, vale la pena conocer tu historia. ¿Cuándo y por qué decidiste unirte a las FARC?

FANNY CASTELLANOS PÓVEDA (FCP) —Yo llego a las FARC en 1990. Las causas, la violencia que existía en esa época en Colombia, que existe todavía. Conozco la organización por raíces de mi padre y mi madre en territorio colombiano, y la misma necesidad de abandono de los jóvenes de esta época me obligó a irme para la guerrilla.

EC —Tú eras campesina.

FCP —Campesina, netamente campesina.

EC —¿En qué zona de Colombia?

FCP —En Cundinamarca, en la región del Sumapaz.

EC —¿Qué rango llegaste a tener dentro de la guerrilla?

FCP —En la guerrilla se cumplen muchas funciones como combatiente. Fui participante de la organización y en otros aspectos como comunicaciones, pero estructura militar casi no se define dentro de la organización, las tareas que salen a diario.

EC —¿Cómo es eso?

FCP —Hay una estructura que es el estado mayor central y por bloques y por frentes. Pero nosotras las combatientes casi nunca decimos “soy comandate” o “soy reemplazate” o “soy del estado mayor”, nuestras funciones siempre giran alrededor de las tareas y donde nos coloquen las desempeñamos de buena manera.

EC —Lo curioso es que hablas en presente, “nuestras funciones giran”.

FCP —Sí, ahora somos partido político y siguen girando alrededor de las tareas diarias. Y es muy difícil venir después de 26 o 27 años, cambiar el lenguaje, se nos dificulta un poco. Pero en ese trámite estamos.

EC —Tú estuviste cuatro años presa.

FCP —Sí.

EC —¿Por qué razón? ¿Qué delitos había de por medio?

FCP —Delito político, solamente por el hecho de ser combatiente de las FARC.

EC —Delitos políticos… ¿O delitos de sangre, delitos violentos?

FCP —No, delitos políticos, por ser combatiente de las FARC pagué una condena de casi cuatro años en Colombia.

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