EnPerspectiva.uy

Entrevista central, martes 20 de junio: Heber Galli

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —¿Puede explicar por qué se aprobó la Ley 18.395 y qué se buscaba con ella?

HG —Con esa ley, producto del Diálogo Nacional de Seguridad Social, en el que participaron actores sociales, políticos y del gobierno, e internacionales, se estableció la baja de la cantidad de años de trabajo para la jubilación común de 35 a 30 años; se crearon cinco causales de jubilación por edad avanzada, además de la única que había, que era 70 años de edad y 15 de trabajo; se estableció una bonificación para las mujeres consistente en el reconocimiento de un año de trabajo por cada hijo nacido vivo hasta un máximo de cinco, y se hicieron algunos ajustes de corte más administrativo en lo que tiene que ver con las causales de jubilación por imposibilidad y de subsidio transitorio.

EC —¿Cuál era el motivo? ¿Por qué en aquel momento se fue a una ley de estas características?

HG —Uno de los elementos centrales era que todos los actores reconocían que era una verdadera exageración pedir 35 años de trabajo como mínimo, porque acá no estamos hablando de variaciones de tasa de reemplazo, como hay en otros países, que se jubilan con menos años de trabajo y tienen menores tasas de reemplazo. Acá estamos hablando del mínimo necesario para jubilarse. Y también la distancia que había, muy importante, entre esa causal común y la de edad avanzada, que eran los 70 años de edad. Solo había una causal de edad avanzada con 70 años de edad y 15 años de trabajo. Esta ley introdujo la posibilidad de jubilarse con 65 de edad y 25 de trabajo, con 66 de edad y 23 de trabajo y así sucesivamente hasta 70 y 15.

EC —Por eso se dice que es una ley de flexibilización.

HG —Flexibilización del acceso a las pasividades.

EC —¿Y estaba como telón de fondo la crisis del 2002 y sus impactos? ¿Eso tuvo que ver con la necesidad de aprobar una ley de este tipo? Porque estos días se ha hablado de ese antecedente al recordar la norma.

HG —Fundamentalmente tuvo que ver con ajustar algunas rigideces que estableció en el sistema la Ley 16.713.

EC —Una ley del año 96.

HG —De 1995-1996. Pero en particular el Uruguay ha tenido históricamente una tasa de cobertura de pensiones y jubilaciones muy alta con respecto a las personas mayores de 65 años. Eso venía en descenso, habíamos abandonado los guarismos históricos por arriba del 95 %-96 %, y con esa ley eso se revirtió, hoy estamos en 96 %-98 % de cobertura de estas personas. Para que se tenga una idea, por qué digo que contribuye a la equidad de género…

EC —Me llamó la atención, ¿por qué? Porque cuando se habla de flexibilización no se pone el énfasis por ese lado. Usted, en cambio, lo destaca. ¿En qué sentido?

HG —Esta ley benefició a ambos géneros, fue beneficiosa con independencia de este aspecto, pero fue fundamentalmente beneficiosa para las mujeres. Por ejemplo, antes de esta ley, el 60 % de las altas eran masculinas y el 40 % eran femeninas, y con esta ley se igualó eso, quedaron equilibrados. La mayor cantidad de altas femeninas utilizan la Ley 18.395, el 80 % de las altas femeninas son por esta ley, y en el caso de los hombres el 40 %. El cómputo de un año de trabajo por hijo significó que casi cinco de cada diez mujeres mejoraran el monto de su jubilación, tres de cada diez mujeres pudieran jubilarse por ese cómputo, si no hubiese existido ese cómputo no se habrían jubilado. El monto promedio de las altas masculinas antes de la ley era 34 % superior al de las altas femeninas, y con esta ley en 2015 bajó al 20 %. En 2009 el 56 % de las altas masculinas estaban por debajo de la línea de pobreza, en 2015 eso bajó al 15 %. Y en el caso de las mujeres, el 77 % estaba por debajo de la línea de pobreza y eso bajó al 28 %. Estos números muestran claramente que es una ley con un fuerte énfasis en la situación de las mujeres. También favoreció en otros aspectos, por ejemplo en 2009 el 45 % de las altas de jubilación utilizaban servicios testimoniales probados mediante testigos, y en 2015 eso bajó al 22 %, menos de la mitad. De manera que la ley no solo tiene un aspecto de veamos cuánto gasta, sino también en qué y cómo gasta. Por eso catalogo a esta ley como una de las de mayor aporte en las últimas décadas a lo que tiene que ver con la equidad de género.

EC —El ministro Astori observó que la cantidad de nuevas jubilaciones por año saltó, se duplicó, eran 15.000 en el año 2008 y pasaron a ser 30.000 en el año 2015.

HG —Sí, efectivamente.

EC —Hay gráficos que forman parte del PowerPoint que usó el ministro Astori que son muy elocuentes.

HG —Esto era previsible, porque había un stock alto de personas que no habían podido completar su causal jubilatoria, que habían quedado por el camino. Alguien puede venir a probar 35 años de servicio y quedar probando 25, y antes de esta ley tenía que esperar hasta cumplir los 70 años para poder jubilarse. ¿Mientras tanto qué? Arréglese. Esta ley, con esos 25 años al cumplir 65, cinco años antes, le permite obtener el retiro.

Tal vez se pueda decir de esta norma que las proyecciones establecían que iba a haber un crecimiento importante de la cantidad de altas de jubilación, que después iba a haber un leve descenso y, como se dice en las gráficas, se iba a mesetizar, iba a estabilizarse en una cifra intermedia. Esta cifra –la cantidad de altas— se ha mantenido a lo largo del tiempo, los gráficos en ese sentido son elocuentes.

EC —Sí, hubo un pico en el 2010, después empezó a bajar algo, en 2013 subió de vuelta y ahora está en una pendiente hacia arriba.

HG —Ahí está, 2010 es el primer año completo de aplicación de esta ley, y lógicamente todo aquel que estaba en la situación que le describía, que ya tenía servicios probados y edad, aprovechó para jubilarse.

EC —Los gráficos presentados la semana pasada marcan lo que había estimado originalmente el BPS y lo que mostró la realidad. Y la realidad está por arriba de aquellas estimaciones.

HG —Sí, las estimaciones son una cosa, pero después, con la ley ya en funcionamiento, los números se empezaron a ver cada vez con más claridad. Por eso hacía referencia a que tuvimos un análisis en el 2013, a cuatro años, y otro en el 2015, a seis años de vigencia de la ley, y los dos análisis son consistentes con los resultados que estamos teniendo.

EC —¿Son consistentes?

HG —Sí.

EC —¿Por qué habla el ministro de US$ 100 millones extra, que no estaban previstos, que no se pudieron incluir en la última rendición de cuentas?

HG —Habrá que preguntárselo al ministro. Yo lo desconozco, no recibí ninguna comunicación directa en ese sentido, conozco ese material que presentó el ministro a través de los medios, de la página de Presidencia, donde se colgó. Y destaco nuevamente que el BPS maneja un presupuesto de US$ 10.000 millones; US$ 100 millones es una cifra relativamente baja en el volumen que maneja. Está hablando de un desvío del orden de 1 punto.

EC —Usted dice que ni siquiera está seguro de que haya existido ese desvío. ¿No acepta que haya existido ese desvío?

HG —No, esos son los números que maneja el MEF al proyectar los números de todo el país. No sé cuáles fueron los números que manejó para señalar que hay un desvío de US$ 100 millones.

EC —Pero usted indica que, suponiendo que haya habido un desvío de US$ 100 millones, estamos hablando del 1 % del presupuesto del BPS.

HG —Mucho menos del 1 %.

EC —Pero a los efectos de la rendición de cuentas eso termina pesando. El Poder Ejecutivo en esta redición de cuentas solo agrega dos aumentos del gasto por decisión propia: US$ 62 millones para la educación y US$ 10 millones para la primera cuota de un acuerdo con los funcionarios judiciales por los reclamos salariales pendientes desde el gobierno anterior. Son cifras bajísimas. E incluso para poder concretarlo se ve en la necesidad de introducir aumentos tributarios por US$ 112 millones. Ahí es donde entra la relevancia que terminan teniendo estos US$ 100 millones extra de las pasividades, junto con US$ 50 millones extra de la caja militar porque el Parlamento no aprobó el proyecto de ley de impuesto a las jubilaciones más altas.

HG —En este sentido queremos decir que la situación financiera del BPS es la mejor en décadas, en muchas décadas.

Comentarios