EnPerspectiva.uy

Entrevista central, martes 20 de junio: Heber Galli

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —¿cómo es esto? También puede sorprender.

HG —Yo he invitado a que encuentren un quinquenio, del 85 para atrás y si se quiere ir más para atrás también, en que la asistencia financiera del gobierno central haya sido más baja que en los últimos 10 años. Todas las proyecciones que se han hecho de mediano y largo plazo, propias y ajenas, del BPS o del Banco Mundial, muestran que la asistencia financiera del gobierno central al BPS se va a mantener por debajo de 1 punto del PBI por lo menos hasta después del año 2040. No solo nuestras proyecciones, sino también las de organismos como el BM presentada hace unos meses, una proyección que hicieron al año 2100, va a estar en esos guarismos. Y esto es producto de que crecieron los egresos del BPS, es cierto, y también crecieron los ingresos del BPS. En estos 10 años se ha dado el mayor proceso de formalización de que se tenga conocimiento, estamos en el orden de 1,5 millones de puestos cotizantes registrados, y la recaudación propia del BPS ha crecido inclusive por encima de los impuestos afectados, la recaudación general del Estado a través de impuestos. De manera que en esta materia hay absoluta tranquilidad de cómo vienen evolucionando los números, no hay ningún indicador que muestre un desvío sustantivo en lo que tiene que ver con lo que es la situación financiera del BPS de aquí al 2040. Es más, los técnicos hablan de la existencia de una especie de bono a los efectos de hacer el análisis de si se requieren o no cabios y de qué tipo en la seguridad social.

EC —¿cómo es eso del bono?

HG —En la medida en que hay una situación estable, no hay una situación urgente que obligue, por algún aspecto que tenga que ver con esto del financiamiento de la seguridad, a hacer modificaciones apresuradas o de urgencia porque los números no dan. El bono es en tiempo, esto lo decía por ejemplo el economista Rafael Rozman al presentar la proyección hacia el 2100. Hay un espacio de tiempo, hay que ir conversando, no nos podemos distraer, pero no hay una situación urgente que obligue a salir corriendo a hacer modificaciones por un problema de financiamiento.

***

EC —Usted decía que el sistema está estable. Estable pero con un crecimiento importante de lo que se gasta en pasividades. El viernes pasado el economista Pablo Rosselli, de Deloitte, en un análisis que hacíamos aquí en este espacio, advertía que por una serie de factores, incluido el sistema de ajustes que está previsto para las pasividades por la reforma constitucional del año 89, ha habido un incremento significativo. Antes de la reforma del sistema previsional en 1996 el país gastaba en pasividades el 12 % del PBI, esa proporción bajó hasta 8,3 % en el 2008, pero a partir de ese momento empezó a subir y ha llegado 9,7 % del PBI. Y si lo miramos en términos reales, el gasto se duplicó entre 2008 y el 2017, como muestra una de las gráficas que exhibió la semana pasada el equipo económico. Estamos con un aumento importante del gasto.

HG —Sí, sin lugar a duda. Tan importante es el aumento del gasto como el de los ingresos.

EC —Usted pone la lupa por ese otro lado.

HG —No, yo pongo la lupa en los dos lados, porque el BPS tiene la rara particularidad en el mundo de que no solo paga las prestaciones, sino también recauda, hace las dos cosas. Nosotros decimos que cuando hay una fiscalización no solo está el interés fiscal, sino también el si ahí hay un trabajador que debe estar registrado a los efectos de la seguridad social. Ponemos la lupa en los dos lados. Hay un aumento de los egresos y hay un aumento de los ingresos, lo que lleva a que las proyecciones muestren que hay estabilidad. Como porcentaje del producto, hasta 2045 la cifra de asistencia financiera neta del gobierno, que es una de las formas de medir, está por debajo de un punto del producto.

EC —¿Y por qué entonces en estos días, después de la presentación que hizo el equipo económico, los representantes sociales en el directorio del BPS hicieron algunas advertencias a propósito de lo que le está ocurriendo al BPS en materia de ingresos? Por ejemplo, la reforma tributaria que se implementó en 2007. Según sostienen, hasta ese año tanto trabajadores como empresarios destinaban 15 % cada uno a las arcas del BPS, a partir de la reforma, los aportes patronales se redujeron a 7,5 %. Y por otro lado mencionaron las transferencias que se hacen al régimen de AFAP, US$ 1.000 millones. Sostienen que sin esa transferencia habría superávit. ¿Por qué salieron a hacer este planteo?

HG —También los sectores sociales tienen demandas con respecto a la seguridad social, tanto los jubilados como los trabajadores, no nos vamos a extender en ellas, pero son bien conocidas en estos días, forman parte de las plataformas de movilizaciones del PIT-CNT en esta semana, en la semana pasada de los propios jubilados. Imagínese cuál sería la situación financiera del BPS si no se hubiesen hecho esas modificaciones. Porque con esas modificaciones le estoy diciendo que no hay urgencias. Pero es cierto que se bajó al 7,5 % el aporte patronal. Es el aporte patronal más bajo de la región, los países de la región, ya que para tantas cosas se utilizan como ejemplo, y vean lo que pasa en la región, en Brasil, en Argentina, los montos de aportes patronales son muy superiores. Y la transferencia que hace el BPS a las cuentas de los trabajadores en las AFAP equivale a 1,8 del PBI. Dicho de otra manera, es la mitad del déficit fiscal del Uruguay. Todos los años el BPS transfiere a cuentas individuales de trabajadores el equivalente a la mitad del déficit fiscal del país.

EC —Está bien, pero está alimentando las jubilaciones de esas personas que tienen cuentas en AFAP.

HG —Que por otro lado marcan y demandan que resultan insuficientes y que van a ser menores que las que habrían tenido si hubiesen quedado en el sistema de transición. Siempre para un ingreso hay un egreso, siempre para un egreso hay un ingreso, por eso hacemos hincapié en que las cuentas están equilibradas y todos estos son elementos de análisis, sin duda.

***

EC —Heber Galli integra el directorio del BPS desde el año 2005. Antes, de 1995 a 2005, integró el Equipo de Representación de los Trabajadores en el directorio del BPS. Y antes todavía fue dirigente de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad social. Es funcionario del BPS, ingresó al organismo en 1981 como administrativo, por concurso de oposición y méritos.

***

EC —Otro de los datos que el ministro Astori destacó en la presentación de la semana pasada, cuando habló de los lineamientos de la Rendición de Cuentas, es este: 1 de cada 5 personas que se jubila lo hace por invalidez. Lo marcó como un dato a tener en cuenta. ¿Cómo lo analiza el bps?

HG —Sobre estas cosas nosotros hacemos un seguimiento permanente, es parte de nuestro trabajo seguir cómo evolucionan los números, los datos. Casualmente a mitad del año pasado, por estas fechas, era preocupación también pública, también con algún titular de diario, la situación de las certificaciones médicas y los subsidios por enfermedad. Cuando hace cuatro o cinco años cambiamos el sistema de certificación dijimos que buena parte del personal que estaba dedicado a otras tareas en ese momento iba a quedar librado para mejorar los controles. Se nos demandaban controles y está bien sobre el sistema de certificación laboral, sobre el subsidio por enfermedad, porque había preocupación por el gasto en el subsidio por enfermedad, reitero.

La forma de controlar si el subsidio por enfermedad es correcto, si la persona está bien certificada, es hacer una junta médica. Las normas son claras al respecto inclusive estableciendo que el subsidio por enfermedad se puede cobrar por un máximo de dos años, y que si es la misma dolencia el subsidio por enfermedad se deja de cobrar. Digo esto porque hay una idea de que el subsidio por enfermedad no tiene límite, sí tiene límite, es un máximo de dos años.

Al aumentar la cantidad de juntas médicas que se realizan, los resultados pueden ser básicamente tres: la persona está bien certificada, está enferma, no tiene una incapacidad permanente, sigue en el subsidio por enfermedad; está mal certificada, no está enferma, corresponde darle el alta, o tiene una incapacidad total o parcial para su trabajo, en cuyo caso no corresponde que siga cobrando el subsidio por enfermedad. Yo lo hago gráfico de una manera: hasta hace cuatro, cinco años, en la mayoría de los casos las jubilaciones por imposibilidad eran producto de una persona que venía a solicitar una jubilación por imposibilidad. Al aumentar los controles, el BPS está saliendo a buscar eventualmente situaciones de imposibilidad.

Comentarios