EC —Mariano Otero, que es el gerente de Uber para el Cono Sur, dice que se reunió con usted para encontrar alternativas y operar este verano. ¿Cuándo fue esa reunión?
EA —El viernes pasado, antes de Navidad.
EC —¿Recién ahora?
EA —Recién ahora. Fue la primera vez que vino, nunca le había visto la cara al señor.
EC —No tenía antecedentes de reuniones con él.
EA —No, para nada, vino el viernes. Vino con el representante de Uruguay y un encargado de prensa, y me di cuenta de que venían a comunicarme que se venían, que se instalaban. Así, textual, del mismo modo que lo habían hecho en otros lugares del mundo, sin pedir permiso.
EC —Es una práctica común de Uber, instalarse sin que exista la regulación correspondiente y que el debate venga después.
EA —Sí, así lo plantearon. Yo le dije que me parecía que no era lo correcto, le pedí que me lo pasara por escrito…
EC —Que le pasara por escrito… ¿qué cosa?
EA —Esa voluntad de la empresa. Que no era lo mejor, pero que si pensaban que iban a venir igual, que me lo pasaran por escrito. Pasaron algo por escrito, es verdad, en forma bastante elíptica decían que iban a venir igual.
EC —¿Por qué para usted era importante que existiera una notificación por escrito?
EA —Porque si el hombre dice “voy a ir igual, aunque no haya reglamentación”, que se hagan cargo. Me parece bien importante eso. Nosotros estamos propensos a una habilitación, pero fíjese que vino el viernes, cuando el período ordinario de la Junta Departamental había terminado el jueves, no teníamos posibilidades de discutir nada hasta después del receso. No me pareció muy correcto, habían tenido todo el año para venir y no vinieron ni a conversar ni a cambiar ideas ni nada. No es una manera muy elegante, como dije en la prensa, venir como de pesado a imponerse. En la primera parte del diálogo con nosotros hicieron hincapié en que les interesaba muchísimo ponerse de acuerdo con las autoridades departamentales, blablá, blablá, todo un verso, que no fue así. Tanto vinieron de pesados que ni choferes tenían, tuvieron que echar mano a choferes de Montevideo.
EC —¿Usted está seguro de que están operando con choferes de Montevideo?
EA —La mayor parte. Porque según informaciones que nos dio gente de acá de Maldonado, citaron a un hotel choferes de acá y había muy poquitos. Y aparte sacaron un comunicado invitando y diciendo que pagarían viáticos adicionales a choferes de Montevideo. Eso no lo digo yo, lo han publicado en la prensa. Lo que les importó fue desembarcar. Creo que ahí intervino mucho la puja con la otra aplicación que estaba trabajando, que es un exgerente de Uber que le conoce las pisadas y entonces estaban ahí, planteando una competencia.
EC —La otra aplicación es UP, Uruguay Presente.
EA —Está bueno que haya competencia, porque a la larga va a mejorar el servicio y va a hacer bajar los precios. Pero creo que eso intervino en la decisión final de decir “yo desembarco para que no se me meta el otro”.
EC —En la JDM había un proyecto de reglamentación presentado por el edil nacionalista Adolfo Varela en octubre de 2016. Un proyecto que no pudo aprobarse por desacuerdos internos en el Partido Nacional y, según se ha informado, por la presión de la patronal de taximetristas. Usted criticó la forma en que se dio el debate de ese proyecto. Señaló que los ediles “lo manejaron mal”, que tuvieron meses para avanzar en el tema y “cayeron embretados en el manoseo de las empresas”. ¿Qué quiso decir? ¿Qué es eso del “manoseo”?
EA —Lo manejaron mal porque estuvo un año el proyecto en la Junta sin avanzar y sin discutirlo, evidentemente los ediles lo dejaron archivado. Lo presentó un edil, creo que hubo alguna diferencia con otro sector dentro de la propia bancada de la Junta y lo dejaron en un principio dormido.
EC —Yo estuve leyendo el proyecto y me impresionó muy bien, está trabajado con mucho cuidado, sobre todo la fundamentación, los antecedentes en el mundo. Y después propone los puntos de una reglamentación, en los que incluye algunas diferencias, originalidades con respecto a la de Montevideo.
EA —Claro, la presentación del proyecto de Varela fue la base de una discusión a nivel de la Intendencia que permitió agregarle algunas, y cambiar otras y mejorarlo. Pero después durmió ahí, a tal punto que la Comisión de Tránsito ni siquiera lo había tratado.
