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Entrevista central, martes 26 de julio: Jorge Larrañaga

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EC —¿Cómo evalúa los resultados hasta ahora? Según un resumen que publicó Búsqueda el jueves pasado, hasta el momento el Senado aprobó las modificaciones al Código del Proceso Penal, que incluyen la abreviación del procedimiento; también aprobó restricciones a la libertad anticipada para delincuentes reincidentes –estos dos textos pasaron a Diputados–, y en este momento está a discusión de la Cámara Alta el proyecto que regula el funcionamiento de la Fiscalía y el aumento de las penas para el narcotráfico. Quedan por ser enviados al Parlamento un proyecto sobre el aumento de pena al homicidio intencional, otro sobre un código de infracciones adolescentes y un tercero sobre los centros de reclusión para que sean un organismo descentralizado. ¿Cuál es su balance?

JL —Con respecto al homicidio intencional, ya está en comisión y se está tratando. Hay que apurar el trámite, nos parece imprescindible, es un esfuerzo que el Frente Amplio (FA) tiene que hacer también, en virtud de la responsabilidad de ser la fuerza mayoritaria en el Parlamento. Esto es lo que estamos reclamando desde el PN.

EC —¿El balance suyo es que se ha logrado poco hasta ahora?

JL —Yo no estoy para calificar si es poco o mucho. Siempre he sido un convencido de que el resultado de los diálogos políticos tiene que tener importancia y son importantes. Yo valoro las cosas que se obtienen, se consiguen, porque de otra forma quizás habría sido difícil alcanzarlas. Creo que eso es lo que tenemos que valorar para poder avanzar en todo este tema. De lo contrario está muy bien el reclamo, pero corremos el riesgo de quedarnos en una posición eclíptica, sin poder llevar adelante un ámbito de jerarquía en el relacionamiento del Poder Legislativo con el Poder Ejecutivo en el que se puedan alcanzar resultados y en el que el presidente tiene un compromiso de primera mano. El problema es que el presidente muchas veces tiene limitaciones porque está preso de ciertos esquemas ideológicos del FA que impiden avances y así es muy difícil. Pero hay que seguir intentando, porque el tema importa, porque se trata de la seguridad de la gente. La gente critica a los legisladores o al sistema político porque interpelamos o no interpelamos y después porque dialogamos o no dialogamos, siempre hay una crítica. Entonces yo prefiero que nos critiquen por lo menos intentando hacer, intentando construir, intentando tener respuestas. Me parece que esto es lo que hay que valorar y es lo que ha priorizado nuestro sector.

EC —En resumen, se podría decir que el planteo es que hay que tener un poco más de paciencia, hay que seguir negociando. Eso sí, pidiéndole a la otra parte, nada menos que al oficialismo, agilidad, velocidad. Lo que pasa es que no sé si el presidente Vázquez puede tener esa influencia sobre su bancada en el Parlamento.

JL —Debe ejercer esa influencia. Su fuerza política tiene que estar en línea con el presidente, porque si no quien queda desautorizado es el presidente.

EC —Pero ha habido una cantidad de ejemplos últimamente de que el presidente Vázquez no logra eso.

JL —Y bueno, los esfuerzos en democracia siempre hay que canalizarlos a través del diálogo, no hay vuelta. Una fuerza política como el PN, que pretende ser gobierno, va a precisar del diálogo, porque ningún partido va a tener mayorías parlamentarias en la próxima elección, según lo que expresan muchísimos politólogos y estudiosos del tema; yo también tengo esa percepción. Entonces habrá que explicarle al país con quién se va a buscar los entendimientos, y el país tiene que tener la agenda para el progreso, venimos insistiendo, que priorice los grandes temas, que busque entendimientos. Los problemas del país y de la sociedad hoy son demasiado grandes como para poder ser superados por un solo partido. Esto es real, esto pasa en el mundo, pasa en todas las sociedades democráticas. Creo que el diferencial del sistema político es el diálogo. Podemos tener un ámbito  de diálogo, como es el caso de la seguridad; en otro vamos a tener interpelación al ministro Astori, a quien expresaremos duros cuestionamientos a la política económica seguida por el FA en estos 11 años y pico de gestión. Ese es el diálogo democrático.

EC —¿Cómo encaja una cosa con la otra? El llamado, la apelación a la paciencia y a seguir dialogando entre todos los partidos en asuntos de seguridad pública con el presidente Vázquez, y por otro lado usted mismo impulsando una interpelación al ministro de Economía por los temas del ajuste fiscal.

JL —No es contradictoria una posición con la otra. Donde hay un espacio para el diálogo se dialoga, donde hay un camino en la búsqueda de entendimiento con el Poder Ejecutivo se discute. En el plano de la economía es claro que el ministro Astori no dialoga ni con los integrantes de su propia bancada. Por lo tanto no tenemos más remedio que impulsar una interpelación sobre la política económica, sobre un ajuste fiscal que afecta a la clase media. Una interpelación a un ministro que ha tenido responsabilidad de la gestión generando un déficit de más de US$ 2.000 millones a lo largo de todo este tiempo. Un plano de funcionamiento económico que tomó al país con un déficit de 1,9 % del producto y ahora estamos en más de 4 % de déficit con relación al producto. Una cosa no quita la otra.

EC —De todos modos, el FA tiene mayoría y por tanto ya puede pronosticarse que la interpelación, cuando ocurra, va a terminar con la aprobación de una moción que declarará satisfactorias las explicaciones del ministro Astori. ¿Cuál es su expectativa entonces a propósito de ese debate?

JL —¿A usted le parece que yo me tengo que amputar un instrumento constitucional simplemente porque pueda prever o intuir el resultado?

EC —No, sin duda que no. Por eso le pregunto cuál es su expectativa.

JL —La expectativa es que el país sepa la situación económica por la cual atraviesa, que el país sepa cómo se han gestionado las finanzas públicas desde el año 2005 hasta la fecha, que conozca el porqué del ajuste fiscal que se va a dar, que se está discutiendo todavía, que no concuerda con la voluntad del PN. Que hable el interpelante, en nuestro caso, y que hable el ministro. La contraposición de argumentos es lo que fortalece la democracia, lo que fortalece el diálogo democrático y lo que prestigia a las instituciones. El papel del Parlamento no puede ser sustituido por el resultado que pueda tener una interpelación.

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