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Entrevista central, martes 27 de setiembre: Javier de Haedo

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RA —Usted ha señalado que en general en el mundo se va hacia el bipartidismo. ¿A eso estima que vamos a llegar aquí en Uruguay?

J de H —En el fondo es así, lo que pasa es que uno de los dos bloques va dividido. Y no solamente va dividido, sino que hay escaramuzas internas hasta el último domingo de octubre y después aparece un abrazo forzado en un estrado entre quienes pocas horas atrás se decían cosas en público y en privado. Obviamente, en las cuatro o cinco semanas hasta el último domingo de noviembre no se puede zurcir lo que se rompió antes. Ese método no funciona, está probado que no funciona.

RA —Una idea similar manifiesta Jorge Larrañaga, que de hecho viene insistiendo en eso, en que no se puede llegar a uniones y abrazos en el último mes, y por eso lo promueve ahora.

J de H —Exacto, tiene toda la razón Larrañaga.

RA —¿Por qué opta por este camino que propone Edgardo Novick y no por una iniciativa como la de Larrañaga?

J de H —Larrañaga tiene razón, pero es un nivel menos de lo que estamos proponiendo nosotros. Lo que propone el senador Larrañaga, que es un segundo óptimo en esa propuesta, es una concertación real, un jugar en equipo entre todos los partidos de la oposición. Eso está muy bueno, ojalá que por lo menos sea eso, pero uno tiene que aspirar al mejor óptimo y no al segundo óptimo. Si el mejor óptimo no se consigue, habrá que luchar dentro del segundo óptimo, pero de un modo u otro ese es el camino que hay que seguir, el camino de una posición unificada. Porque si no, van a seguir pasando elecciones y van a quedar pataleando en el Parlamento con una minoría que no puede incidir y otros van a estar gobernando.

RA —¿Qué tan viable ve la posibilidad de unir el arco opositor, teniendo en cuenta lo que ha sido la reacción del PN y del PC ante la iniciativa de Edgardo Novick, que cuando él se planteó inscribir la Concertación a nivel nacional, los partidos tradicionales se lo negaron?

J de H —A veces se ven las cosas a muy corto plazo o parcialmente y el árbol no deja ver el bosque. Los partidos tradicionales deberían entender que capaz que este nuevo movimiento político es el que les permite llegar al gobierno, porque es evidente que ellos no tienen capacidad para captar votos del FA y quizás una opción diferente pueda captar lo que ellos no pueden y pueda sumar. Se preocupan más por que puedan perder algún porcentaje en beneficio de este movimiento y no ven que quizás si otros pierden algún porcentaje puede ser que ellos ganen la elección. Creo que es un tema de dejar que el tiempo pase, faltan tres años o dos años para tomar decisiones electorales, es cuestión de ir viendo cómo evolucionan las cosas, cómo van las encuestas.

RA —¿Percibe que le tienen miedo a Novick, por el resultado que ha tenido en la elección en Montevideo?

J de H —Es evidente que le tienen miedo. Una persona prácticamente desconocida por el gran público que saca en tres meses más 200.000 votos en el departamento de Montevideo, eso son tres senadores. Se podrá decir que el voto departamental y el voto nacional no son lo mismo, pero hubo 200.000 personas que ya lo votaron en Montevideo. Y hay encuestas, como la del profesor Bottinelli, que ya le están dando un 8 %, 9 %, aun cuando todavía no existe un partido. Son realidades que evidentemente a algunos los ponen nerviosos.

NB —En el año 2013, en esa entrevista con Montevideo Portal que citaba Romina, usted fue consultado sobre la posibilidad de un acuerdo de la oposición, como terminó siendo la Concertación para Montevideo, y usted decía: “Es un tema electoral y práctico: para limpiar la ciudad, prender las luces y ordenar el tránsito no hay temas de ideologías, entonces ahí es más factible un acuerdo electoral y ahí está bueno el esfuerzo, jugar con todo el marco que permiten la Constitución y la ley, ir con tres candidatos lo más pesados posible, y el Frente debería hacer lo mismo. La competencia interna enriquece la competencia externa. Pero no veo esa alianza a nivel país, ahí pesan la camiseta y la filosofía detrás de un partido”. ¿Qué hay que entender? ¿Cambió de opinión con respecto a la posibilidad de un acuerdo?

J de H —No, no. Es cierto, es mucho más difícil, ustedes lo están diciendo, les pesa la camiseta. Por eso Novick decía el otro día que hay que ponerse la celeste arriba de la camiseta que uno tiene, no hay que dejar la camiseta que uno tiene. Yo no siento que soy menos blanco. Y Daniel Peña el otro día decía “yo sigo siendo blanco y wilsonista”, y lo va a ser toda la vida. Y el senador Bianchi seguirá siendo colorado. Y si mañana viene un frentista podrá seguir siendo frentista en su corazón y en sus raíces o en sus convicciones. Acá se trata de sumar para un objetivo que sea común a todos, que es lograr que haya un cambio en el gobierno dentro de tres años. Claramente es mucho más difícil.

Y lo que dice Novick de las ideologías no es “no tengo ideología”; por definición todos tenemos, una ideología es un conjunto de ideas, todos tenemos un conjunto de ideas. Novick tiene ideas muy claras sobre seguridad, sobre enseñanza, sobre gestión pública, sobre equidad y justicia, sobre la desigualdad de oportunidades que está en la base de nuestra diferente enseñanza privada y pública. Por supuesto que hay ideas y por lo tanto hay ideologías, pero es una ideología que viene del pragmatismo, no de tal bandera o de tal cosa que dijo tal líder en el siglo tal o en la década tal.

RA —De todas formas, hasta ahora Novick viene sumando dirigentes blancos y colorados que abandonan su extracción original y eso es algo algunos sectores de los partidos tradicionales critican. ¿No termina siendo una forma de debilitar a los partidos tradicionales? ¿No atomiza a la oposición?

J de H —La atomizaría si fuera a votar fuera de la oposición. Pero desde el momento en que va a votar dentro de la oposición no la atomiza sino que es una opción más en el menú. Lo decía ayer en televisión en la mañana de Canal 12 Doyenart, lo decía la encuesta de Bottinelli, aparece la posibilidad de que Novick logre perforar el muro que hay entre el FA y los partidos de oposición sacando 1 o 2 puntos de los 8 o 9 que da la encuesta. Esos profesionales independientes de determinadas disciplinas están diciendo ciertas cosas. Otras personas que tienen intereses creados en su actividad política profesional claramente van a decir otras cosas, porque de golpe pueden perder un diputado o un senador. De vuelta, por querer ver el árbol, no ven el bosque.

RA —De todas formas, lo que viene haciendo Novick podría leerse como lo contrario a lo que predica. La idea de la Concertación suponía aunar esfuerzos en un solo frente opositor, sin embargo ahora parece que va camino a una oposición más fragmentada. ¿Cómo se compatibiliza eso con el discurso y la motivación original de Novick?

J de H —La motivación original sigue siendo la misma y no perdemos la esperanza de convencer al resto de la oposición de ir juntos bajo un mismo paraguas en la próxima elección. Y si no es en la próxima, quizás sea en la otra, es cuestión de tiempo. Es un proceso que va a llevar su tiempo, en la medida en que los líderes y los dirigentes miren más para adelante que para atrás van a entenderlo. Pero algunos siguen hablando de la batalla de Carpintería o de Masoller, que no hay que dejar de tenerlas en el corazón de cada uno, según del lado que esté, pero el tema son las elecciones de 2019, no es 1904 ni el siglo XIX. Por eso el Partido Socialista y el Partido Comunista integran el FA y no han perdido identidad, integran una coalición electoral y una coalición para gobernar, pero no han perdido sus identidades. Entonces no hay que presentar esto como que uno pretende que alguien pierda su identidad.

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