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Entrevista central, martes 27 de setiembre: Javier de Haedo

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Entrevista con el economista Javier de Haedo.

EN PERSPECTIVA
Martes 27.09.2016, hora 8.26

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Que capta adherentes solo por su billetera. Que no tiene ideología. Que amenaza la fortaleza del sistema de partidos. Que argentiniza la política uruguaya. Muchas críticas se escuchan sobre el empresario Edgardo Novick, pero lo cierto es que cada vez logra reclutar más figuras de los partidos tradicionales a sus filas.

A la incorporación del senador Daniel Bianchi y el diputado Guillermo Facello, elegidos por el Partido Colorado (PC), días atrás se sumó el diputado blanco Daniel Peña y se oficializó el acercamiento del economista Javier de Haedo, quien posee una larga trayectoria dentro del Partido Nacional (PN) y hoy es uno de los referentes económicos del empresario.

¿Qué hay en la propuesta de Novick que no brinden los partidos tradicionales? ¿Qué hace que un técnico con el perfil de De Haedo decida trabajar con él?

Para contestar estas preguntas, estamos en línea con el economista Javier de Haedo.

NICOLÁS BATALLA (NB) —Usted fue subsecretario de Economía, miembro del directorio del Banco Central, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, todo esto durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle; y fue senador suplente de Larrañaga, candidato a intendente en Montevideo en 2010, impulsado también por Larrañaga. Sin embargo en los últimos años ha cultivado más un perfil técnico como economista independiente. ¿Esto es un nuevo desembarco en la política, entonces?

JAVIER DE HAEDO (J de H) —Sí, yo siempre fui un economista independiente, aun cuando trabajé en política. Creo que no es incompatible, aunque no sea lo habitual, porque cuando uno es economista y dos más dos suman cuatro en la actividad profesional, también tienen que sumar cuatro en la actividad política, si no, uno está engañando sus convicciones. Entonces una de las cosas que rescato como algo que me da satisfacción es haber podido mantener una línea cuando fui candidato, cuando fui funcionario, manteniendo las convicciones en materia económica y las ideas que uno tiene. En ese sentido siempre me consideré un economista independiente. Y además de economista independiente, una persona independiente, más allá de las raíces partidarias indudables de generaciones de familia en el PN y yo mismo trabajando en un gobierno del PN y después en el otro sector político del mismo partido. Siempre fui bastante orejano en ese sentido e independiente. De hecho eso muchas veces me trajo problemas por ir un poco en contra de la corriente y de las mayorías o las unanimidades, porque hay cosas en las que no transo y eso ha generado algunas dificultades.

NB —A propósito de sus raíces y su independencia, en alguna entrevista reconoció que en más de una ocasión votó al PC.

J de H —Sí, dos o tres veces voté al PC, una vez en una elección departamental y otra vez en una elección nacional y un balotaje. Creo que lo otro, pensar que hay mejores en las filas propias que en las adversarias, es algo bastante necio, no siempre es cierto objetivamente, lo comparo más con un comportamiento de hincha fanático del fútbol o de otro deporte, en que siempre los míos son los buenos y los otros en la tribuna de enfrente son los malos. Puede haber oportunidades en las que, por distintas circunstancias, uno entienda que puede votar a otro partido y no por eso dejar de ser lo que siente que es.

RA —¿En algún momento votó al Frente Amplio (FA)?

J de H —No, no.

RA —En una entrevista que dio en el año 2013 a Montevideo Portal señaló que “Astori debe de ser el líder político del cual me siento más cerca desde el punto de vista ideológico”. Y consultado acerca de si llegaría a votarlo, contestó que si llegara a ser candidato a la Presidencia muy probablemente lo haría. Eso fue hace tres años.

J de H —Suscribo totalmente lo que dije en ese momento. Si hubiera sido candidato quizás me habría tentado a votarlo, es un líder político con el cual coincido en muchísimas cosas. Creo que el Uruguay le debe mucho a Astori, más que por lo que hizo por lo que evitó; eso creo que no hay necesidad de aclararlo demasiado cuando uno ve la interna del partido de gobierno.

NB —En un análisis quizás superficial uno no encuentra muchas similitudes entre Edgardo Novick y Astori.

J de H —¿Y eso qué tiene que ver?

NB —Su nueva adhesión es a Edgardo Novick.

J de H —Cuando uno dice algo o tiene determinado comportamiento siempre es bueno poner la fecha al lado. Las circunstancias son las circunstancias que son en cada momento. Yo, como bien decían ustedes al inicio, a fines del 2010 tuve por última vez una actividad partidaria, en el 2011 ya le comuniqué al líder del sector al cual pertenecía que no iba a seguir en la actividad partidaria. Han pasado cinco años desde entonces, no pensaba volver a incursionar en esto, sinceramente, pero me sedujo la idea de Novick, ya expuesta desde la propia elección departamental, cuando lo voté, de concertar a nivel de la oposición. Creo que ese es el factor principal, más que el tema programático; por otra parte, el programa está en construcción. Como imaginarán, un sector político que ni siquiera es partido todavía, que viene sumando mucha gente y que va a sumar mucha más, tiene un equipo en construcción, un programa en construcción. Lo que sí tiene claramente son convicciones, ideas.

A propósito de las fechas en que uno siente cierta adhesión por alguien o por algo, la realidad del país no es la misma en un momento que en otro. En un momento determinado uno puede llegar a una composición de lugar de que se necesitan consensos. Yo creo que es urgente que se consigan, creo que si el Frente gana las próximas elecciones nacionales va a pasar como en Montevideo, va a ser muy difícil sacarlo y se va a perder la posibilidad de la alternancia en el poder. Incluso muchos pueden llegar a bajar los brazos, a decir “esto se vuelve muy difícil”. Entonces creo que es el momento de sumar esfuerzos en la oposición, y que él es quien encarna mejor esa propuesta pretendiendo que la oposición forme un frente, como ha formado el FA, que es una construcción electoral exitosísima, mucho más exitosa por cierto que como construcción de gobierno.

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