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Entrevista central, martes 3 de enero: Benjamín Liberoff

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NB —Más allá de la coyuntura de cada uno de estos países, ¿qué pasa con lo que ofrece Uruguay? Porque el turista brasileño tiene un montón de opciones, incluso estando en Porto Alegre, ni que hablar estando en San Pablo, que de repente resultan más cercanas que Uruguay. ¿Qué tiene Uruguay para ofrecerle a ese turista brasileño?

BL —Algo que los uruguayos muchas veces no están convencidos de que tienen: su amabilidad, la capacidad de disfrutar de cosas a las que tradicionalmente no les prestamos atención. Miren simplemente los noticieros, a pesar de algunas preguntas de los noteros, y verán con qué ánimo y con qué disposición y por qué vienen. Muchos de ellos vienen porque se lo recomendó otro. Y efectivamente vienen a pasar las vacaciones o por lo menos el reveillón, como dicen ellos, y a aprovechar determinadas cosas en nuestro país a las cuales nosotros tradicionalmente no les prestamos atención.

NB —A propósito de algunos fenómenos que pasan desapercibidos, leí una declaración de la ministra Kechichián que hablaba de la valorización creciente que hace el turista brasileño de la gastronomía en Uruguay, que capaz que es algo que nosotros no tenemos tan observado.

BL —El cambio que opera la gastronomía en el Uruguay es algo destacable, sobre todo porque está muy asociado a generaciones como la de ustedes. Es un cambio que va ya en la dirección a mantenerse, a perdurar. Y eso va asociado a que está de moda entre los gaúchos y demás hablar de la parrilla uruguaya. Incluso hay algunos comercios en Brasil también. En turismo eso se denomina externalidades positivas, significa el turista lleva consigo al lugar de residencia aquello que hace cuando viene a un lugar, lo que por lo tanto permite lo que puede ser la exportación de dulce de leche. En este caso es un modelo gastronómico, un perfil de gastronomía, que lleva a su lugar de residencia. Eso juega. El brasileño está muy acostumbrado a la gastronomía. Quien haya visitado San Pablo en los últimos 15, 20 años verá que hoy es una meca de la gastronomía mundial, es impresionante. Y muchos otros lados de Brasil. Hay lugares en Brasil donde tienen cosas importantes asociadas a los mariscos, a los productos de mar. Y si vienen a Uruguay tienen ese tipo de comida, sea food o productos de mar, o en algunos lugares omelettes o buñuelos de algas, etcétera, encuentran algunas cosas. Y ni que hablar que el Uruguay exporta picaña a Brasil para sus restaurantes. Ese tipo de cosas son las que ellos van visualizando.

Aparte, estamos detectando que hay brasileños que cuando vienen de turistas están acostumbrados a viajar en el transporte colectivo público de Montevideo, se los encuentra regularmente. O transitando por la rambla. Comienzan a vivir la ciudad de una manera bien interesante, y nosotros tenemos que aprender de eso a los efectos de que los servicios que brindamos se correlacionen con esas demandas. Y diría que en algunos casos, como pueden ser los horarios de los comercios y demás, en la época de verano los comerciantes uruguayos tendrían que pensar un poco más. Así como a mí no me gustaba trabajar el 1.º de enero pero lo hacía porque vivía de eso, algunos comercios van a tener que pensar cómo brindar esos servicios.

RA —Habitualmente el ingreso de turistas argentinos por el puente de Fray Bentos ha sido un problema, por las largas horas de espera que tenían que soportar. Eso parece haber cambiado este año. ¿Qué evaluación hacen a estas horas de lo que ocurrió en estos días?

BL —Voy a aplicar la respuesta del inglés: no news, good news. Prefiero no ser titular por eso que ser titular por eso. Se trabaja un año, a veces con más suerte y otras con menos suerte. Si se tensiona la situación, tenemos capacidad para tener 10 andariveles de ingreso en Fray Bentos.

RA —¿Cuántos se tenían antes?

BL —Seis. Se colocó un nuevo contenedor con condiciones para atender público, eso significa utilizar dos de los carriles de salida para el ingreso. Eso es posible hoy porque a lo largo de los últimos años Uruguay ha trabajado con Argentina para tener un control único, y Uruguay es el que los ejerce a los efectos del ingreso, para facilitarlo. Se trabajó para tener el formulario de precarga, y he tenido la información al menos de los operadores a través de migraciones de que llama la atención que un número muy considerable ya llega con el formulario.

RA —Esa es una de las novedades, los turistas argentinos pueden completar un formulario vía web antes de cruzar la frontera y así se agiliza bastante el trámite.

BL —Ha sido así, se está verificando. También en Paysandú ocurrió de esa manera. El ordenamiento de las filas prellegada este año prácticamente no superó nunca la cola en forma dinámica de toda la explanada. Eso representa un avance enorme, antes teníamos algunos kilómetros de cola. Tuvimos que ir a algunas medidas mucho menos glamorosas, como tener collares para leishmaniasis para las mascotas de quienes vienen a Uruguay. Ese era uno de los problemas que teníamos con aquellos que permanecen en el norte del país; por un problema de sanidad serio hay que controlar. Hubo que ver cuántas mascotas pasaron promedialmente en los años anteriores para por lo menos facilitar, porque después de que hace la cola y llega con su mascota al puente no se le puede decir “tiene que ir a comprar el collar”, “tiene que ir a hacerle el análisis para poder ingresar al país”. Ese conjunto de medidas, el seguirlo, el ver en qué punto podemos estar teniendo alguna dificultad y tratar de resolverlo. Eso se hacía todos los años permanentemente y este año hemos tenido más éxito y esperemos siga así, no alertar al problema.

NB —Otro cuello de botella similar, en este caso dentro del país, es la ruta Interbalnearia. Tengo la impresión de que no está tan congestionada como ha estado algún otro año, pero es claro que se producen algunos enlentecimientos en el tránsito. ¿Ahí se está pensando en algún tipo de medida en particular?

BL —Asumamos que no existe empresa o emprendimiento en el cual en el momento más alto del proceso esté en condiciones, con la misma infraestructura, de resolver 10 veces más de tráfico. Siempre vamos a tener alguna cola. Pero llaman la atención los miles de personas que no tienen colocado su tag a los efectos de pasar por el peaje cuando se está colocando gratuitamente y no es que se cobre por adelantado, sino que viene después en la tarjeta. Si miran el telepeaje con relación al peaje manual, llama la atención el interés en perder el tiempo. Creo que hay también un factor de educación que puede ayudarnos mucho a todos, porque ayuda al que no está ahí. Además, ¿cuánto combustible, cuánto tiempo pierde por no haber hecho una gestión a lo largo del año que le puede servir en múltiples oportunidades?

Segundo, hace un mes observé en la prensa, y fue motivo de varios comentarios, que se estaba haciendo un arreglo sobre el puente del arroyo Pando para agregar un andarivel de salida y que eso era una catástrofe. Tenían razón. Pero cuando eso se corrigió y hoy está operativo el nuevo andarivel no es noticia. Los medios tienen que ayudar en esa dirección, tanto en la educación de la población para poder generar un beneficio de tiempo y demás como en el caso del telepeaje como en esta situación desde el punto de vista de que se puede criticar, y está bien que se critique si existe algo que no está funcionando, pero si empieza a funcionar por lo menos informar o decir que está funcionando. Al corregirse esa situación, se puede estudiar que el nuevo andarivel funcione no solo de salida, sino también de retorno.

Aquí, al igual que con el caso de los ingresos en la frontera, hay que ir en la dirección disruptiva, hay que introducir las nuevas tecnologías que pueden cambiar paradigmas. Es discutible si la frontera tiene que tener más andariveles y más espacio físico o si incorporamos una tecnología móvil que nos ayude a agilitar y a utilizar de otra manera esos espacios.

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