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Entrevista central, martes 31 de octubre: Daniel Radío

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EC —El exsenador Enrique Rubio recordó, cuando se vino esta discusión, que en especial impulsan partidos de la oposición: “Ahora se rasgan las vestiduras con fórmulas para atenuar el beneficio del subsidio, pero fueron blancos y colorados quienes en el año 1991 aprobaron el régimen vigente, cuando el FA en cambio impulsaba un criterio mucho más restrictivo”. Esta discusión ya existió, año 1991.

DR —Yo no me hago cargo de lo que blancos y colorados hicieron, Rubio tendrá que discutir con blancos y colorados eso.

EC —El subsidio para cargos políticos y de particular confianza viene del Acto Institucional n.° 9, artículo 35, literal C, incisos 3 y 4, aprobado en 1979 en la dictadura. Originalmente establecía el cobro del subsidio por un máximo de tres años, y en 1991, durante el gobierno del doctor Luis Alberto Lacalle, se terminó bajando ese plazo a un año a través de la Ley 16.195.

DR —Ha habido un proceso, tú decís por qué ahora nos vino este prurito o este sarpullido de sacudirnos los abrojos y decir “epa, no quiero tanto”, pero esto no es de ahora, ha habido un proceso de ajuste de cosas, eso que tú decías es un ajuste. Durante mucho tiempo el subsidio fue de tres años, e incluso los legisladores que están desde aquella época van a tener el subsidio de tres años, porque esto no se modifica retrospectivamente. Ahora es de un año.

EC —¿Cómo es eso de los tres años?

DR —No recuerdo cuándo se modificó de tres años a un año…

EC —En el 91.

DR —Pero los legisladores que estaban antes van a cobrar tres años de subsidio, no se va a modificar eso para ellos, es una suerte de derecho adquirido.

EC —Lo cierto es que en aquella discusión, dice Rubio, el FA propuso bajar el beneficio a seis meses, como le toca a cualquier trabajador en seguro de paro. El FA propuso seis meses y terminó quedando en un año.

DR —En una época se traían los autos sin impuestos o había un régimen jubilatorio especial para los legisladores, que la gente todavía cree que hay y no lo hay. Se han venido ajustando cosas a lo largo del tiempo. Puede ser que haya habido un empuje ahora, pero esto de ir ajustando y disminuyendo algunos beneficios ha sido una constante a lo largo del tiempo.

EC —Y ahora el caso Sendic precipita una nueva reforma.

DR —Creo que sí, que puso el tema del subsidio en el centro de la atención.

EC —Por otro lado, ¿es un asunto prioritario este? El senador Rafael Michelini, al ser consultado por El Observador, decía que no: “No me parece relevante. La instalación de UPM o si hay petróleo en Uruguay son los temas importantes que tenemos por delante”.

DR —¿Y qué más vamos a hablar del petróleo? Vamos a ver si hay, ¿y mientras tanto de qué hablamos? Si hay está bárbaro, es muy importante que, pero ¿qué puedo hacer yo legislador para ver si hay petróleo? Además, ¿los legisladores nos tenemos que ocupar de una cosa por vez, solamente de lo más importante que hay arriba de la mesa? Ese es un argumento para no tratar otros temas. Creo sí que es muy importante la instalación de UPM y el petróleo, pero ¿y mientras qué hacemos? ¿Mientras no acuerdan con UPM, que además no nos quieren contar qué están acordando, qué hacemos? ¿Nos rascamos? Tenemos que ir haciendo otras cosas.

EC —Vamos al fondo del asunto. Por lo que dijo al pasar, usted filosóficamente está de acuerdo en que exista algo del estilo de un subsidio.

DR —Sí, estoy de acuerdo.

EC —¿Por qué?

DR —Por muchas cosas. Disculpame que voy a ser autorreferencial, pero yo toda la vida trabajé mucho, soy workaholic, desde cortar el pasto con una azada hasta vender cosas casa por casa –dejaba una bolsita y decía “después la paso a buscar”–, hasta ser acomodador en un supermercado, ser empleado público en una oficina, toda la vida trabajé. Y toda la vida pude hacer otras cosas, entre otras militar en la política, aun en la dictadura, y además estudiar medicina. Hice mi carrera así estudiando.

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