EC —Hoy es médico.
DR —Sí. Ahora no puedo hacer otras cosas, no puedo definitivamente, tuve que dejar la carrera, esto me absorbió de una manera… Y no me parece mal, lo hago… no te voy a decir sin reminiscencia o sin dolor, porque quiero volver a la medicina, y hoy si yo quisiera, mañana dejo la diputación y no puedo sentarme en una policlínica a atender pacientes, tengo que ir a estudiar otra vez, actualizarme, no sé cuánto tiempo tendré que estar actualizándome. Sería irresponsable si me sentara en una policlínica a ver pacientes, y mucho menos hacer una ambulancia, como hacía. Entonces no me parece mal que el Estado después me compense, me subsidie durante un tiempo hasta que yo por ejemplo me pueda actualizar en mis conocimientos. Eso no me parece mal. Pero de ahí a que se planteen fórmulas como la que tenemos, que puede pretextar por ejemplo que entre cinco legisladores se dividan el período, cada uno recibe un subsidio de un año y pagamos 10 años de sueldo, en lugar de cinco.
EC —Se ha hecho la comparación con el subsidio de un trabajador, el seguro por desempleo de un trabajador.
DR —No es comparable.
EC —No es lo mismo, varios oyentes mandan opiniones, observaciones en ese sentido. Por ejemplo, destacan que el subsidio por desempleo está previsto para los casos en los que el empleador prescinde de un trabajador.
DR —Exacto, si vos renunciás a un trabajo no tenés derecho a subsidio.
EC —Y acá, sin embargo, un jerarca, supongamos un parlamentario, si es él el que toma la decisión de renunciar igual tiene derecho al subsidio.
DR —Yo eso lo reivindico, insisto. Como te decía, yo hice otras cosas, fui acomodador en un supermercado, dignísima profesión, que si la tengo que volver a hacer la voy a hacer de nuevo. Era joven en aquel momento, podía hacer otras cosas en la vida paralelamente con eso, y no me exigía el nivel de responsabilidad que me exige esto, que me hizo dejar de lado una carrera a la que dediqué mi vida.
EC —¿Entonces?
DR —Entonces ¿necesita el Estado que uno haga esto? Yo creo que sí y está bien, entonces que lo pague. Yo no tengo culpa, no vivo con culpa el subsidio.
EC —¿Incluso para el que renuncia por decisión propia?
DR —Sí, en la medida en que uno se dedica a esto, en el período que sigue. Sin generar el abuso, trabajo cuatro meses y me genero el derecho al subsidio, eso no, habría que cambiarlo. Discutimos fórmulas distintas con Pablo, al final la fórmula que él propuso fue esta de tener un subsidio que sea prorrateado, te corresponde un subsidio de un año si trabajás los cinco, y si no, en proporción. Yo tenía una fórmula distinta que a Pablo no lo seducía; actualmente el subsidio equivale al triple de lo trabajado con límite en un año, y yo proponía que el subsidio fuera un tercio de lo trabajado con límite en un año. Pero a Pablo lo sedujo más esta fórmula, que es más dura aún.
***
EC —Vamos a lo que hoy está vigente. Dice: “Los titulares de los referidos cargos que no hubieren configurado causal jubilatoria anticipada al momento de desvinculación de los mismos tendrán derecho a percibir durante un período el equivalente al triple del que ocuparon aquellos y hasta el máximo de un año a contar desde la fecha del cese en los mismos un subsidio equivalente al 85 % del total de haberes del cargo en actividad. Dicho subsidio estará sujeto a montepío, será servido por el organismo donde se hubieran prestado tales servicios y el período de su percepción se computará a todos los efectos como tiempo trabajado. El reingreso a la Administración Pública del beneficiario significará el cese automático del derecho a continuar percibiendo el subsidio”. Esto es lo que se aprobó en 1991 y lo que rige hasta el presente. ¿Ustedes cómo proponen cambiarlo?
DR —Nosotros decimos que el período del subsidio sea de un año si se completan los cinco años de legislatura, y si no se completan los cinco años que sea proporcional al tiempo que se trabajó. Si se trabajó dos años y medio, el subsidio será medio año, y así en proporción, prorrateado en función del tiempo de trabajo.
