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Entrevista central, martes 7 de junio: Gonzalo Civila

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EC —Vamos a lo que ahora se resolvió, a lo que el equipo económico aceptó de los planteos que le formulaban desde adentro del FA. Lo que usted mencionaba en primer término, cómo aplicar cambios en el IRPF, da la impresión de que fue incorporado.

GC —Sí, ahí hay que valorar que hubo un proceso de diálogo político, de intercambio y de escucha y que se tomaron algunos de los elementos que varios de nosotros proponíamos. Entre ellos, estos cambios en el ajuste o las modificaciones al IRPF. Eso lo valoramos muy positivamente, sobre todo por el proceso de diálogo, que nos parece una buena forma de actuar, sobre todo cuando tenés un contexto de dificultades. Siempre, pero cuando tenés un contexto de dificultades o tenés que tomar decisiones escabrosas, está bueno hablar con los actores, enriquecer las propuestas, tener apertura. Esos movimientos que se hicieron nos parecen buenos, tanto en lo que refiere a no incrementar impuestos hasta los $ 50.100, como a los movimientos con las deducciones y a algunos movimientos con el gasto público, cuyo alcance todavía no conocemos exactamente. Sí lo general que se ha dicho.

Pero nos gustaría profundizar un poquito más por ejemplo en lo referido a educación. Se ha hablado del convenio salarial con ANEP, que es una cosa importante, si bien hay otros gastos de educación que también son centrales para 2017. Pero claramente es un avance que algunos de esos gastos que se planteaba diferir se mantengan, los vinculados a ciencia y tecnología, innovación, etcétera. Realmente lo destacamos, nos parece muy bueno, por la forma y por el contenido. Después hay una serie de propuestas que hicimos que seguimos manteniendo.

EC —Pero lo que sí se aceptó está en el centro de la polémica, incluso cuando lo que ocurre, como veíamos recién en el caso del IRPF, son mejoras o aparentes mejoras. Lo que no se recauda de más en la tercera franja, porque se cambió el criterio, deberá recaudarse en las otras tres franjas, remarcó en estos días el equipo económico y también el presidente Tabaré Vázquez. Eso implica que de los $ 50.100 hacia arriba los aumentos de las tasas son mayores de lo que se había previsto inicialmente. Entonces, pregunto, porque está en el debate: ¿de esa manera no se profundiza aquello de que paga más el que gana más, en lugar de pagar más el que tiene más? Se insiste mucho en que esos sueldos altos, de más de $ 50.100, pueden perfectamente ser el fruto de un esfuerzo mayor de las personas, por ejemplo de horas extra o de que estudiaron más, se capacitaron más o tienen dos empleos. ¿Es correcto entonces como solución cargar en esas franjas de ingresos?

GC —Ahí hay dos temas vinculados. Por un lado, ¿deberíamos gravar más la riqueza, el capital, a los que tienen más en el sentido de más posesiones, más propiedad, más acumulación? Nosotros decimos que sí, que deberíamos gravarlos más. Obviamente no de forma indiscriminada, porque hay que pensar en los efectos que cualquier cambio genera sobre la actividad económica, sobre la inversión, sobre el empleo. O sea, mirando esas variables, hay cambios que entendemos que debemos hacer. En esta oportunidad no están planteados en estas medidas, nosotros los dejamos planteados ahora como ya los venimos planteando desde hace mucho tiempo, y seguiremos con estas propuestas intercambiando con el conjunto del FA y de los actores sociales. Pero nos parece que hay margen para gravar más el patrimonio, las grandes transferencias patrimoniales, las grandes herencias, algunas ganancias empresariales sobre las cuales lo que recauda el Estado todavía es básicamente poco, ya sea vía exoneraciones o por las tasas de los impuestos que se aplican a este tipo de ingresos. Creemos que todavía se pueden gravar más algunas rentas financieras. O sea, hay cosas para hacer.

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