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Entrevista central, martes 7 de junio: Gonzalo Civila

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EC —Esos son planteos que el PS había hecho y que el equipo económico no atendió en esta oportunidad.

GC —Estos planteos en esta oportunidad no se atendieron. Básicamente el argumento que utiliza el equipo económico es que en un contexto de enfriamiento de la economía tener algún tipo de gesto en este sentido hacia el sector del capital puede deteriorar los procesos de inversión. Nosotros hacemos un análisis diferente en algunos casos, y sobre todo en lo que respecta a algunos de estos impuestos o de estas propuestas, pero más allá de esta reflexión –que para nosotros es muy importante y vamos a seguir insistiendo con estas ideas, porque creemos que hacen a una razón de justicia y también a la posibilidad de implementar cabalmente nuestro programa–, también es cierto que cuando se habla de la afectación que tiene el sector privado se mete en una misma bolsa todo.

Acá se hacen también algunos cambios vinculados al capital, que saludamos, en la forma de liquidar el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE), en la forma de liquidar el IRPF categoría 1, que es el IRPF al capital, etcétera, que también saludamos. Hemos visto que hay medidas realmente positivas para buena parte de los trabajadores. Por ejemplo, la devolución de 2 % más de IVA para quienes operan con tarjetas de débito o de crédito. Esto no llega a todo el mundo porque hay mucha gente que no está incluida en esas formas de pago, pero es una cosa que nos parece importante y que es justa. Por ejemplo, una reforma de la Caja Militar que termine con un sistema jubilatorio de privilegios. Habrá que hacerlo progresivamente, pero todos los uruguayos pagamos el último año US$ 400 millones por sostener un sistema jubilatorio absolutamente diferente al del resto. Estas medidas para nosotros van en una buena dirección, para nosotros afectan al sector privado positivamente.

Después, si analizamos los cambios en el IRPF, si decimos que el sector privado son los trabajadores, hasta los $ 50.100 no van a tener ninguna afectación por esto. La enorme mayoría de los trabajadores de este país no se va a ver afectada por estos cambios. Estamos hablando de algunas modificaciones que afectan a los deciles de más ingresos de la población, que van a tener una pequeña afectación, y en algún caso muy arriba una afectación un poco mayor, que con relación a su ingreso tampoco cambia radicalmente las cosas.

Entonces el balance que hacemos es: viene un paquete de medidas con claroscuros, con cosas que de pique decimos qué buenas y otras que decimos que hay que cambiar. Logramos que varios de esos aspectos que planteamos que había que cambiar se cambiaran, porque hubo en el conjunto del FA y del movimiento social una visión clara en ese sentido. Seguimos teniendo pendiente ingresar más decididamente en el terreno de los gravámenes a la gran riqueza y al capital, para lo cual tenemos impuestos.

EC —O sea que esa discusión para el PS sigue abierta, pero no va a ser ahora. La pregunta final es: en el trámite del proyecto de ley de rendición de cuentas, ¿el oficialismo va a estar de antemano con el voto afirmativo resuelto, no hay sorpresas posibles?

GC —Obviamente ninguno de nosotros tiene una suerte de mordaza como para no poder discutir. En el FA siempre se discute y se va a seguir discutiendo. Lo que tenemos es un acuerdo político, establecido en el marco del Secretariado del FA, de decir: en la medida en que hay avances sobre los planteos que se han hecho y que esos avances benefician al conjunto de los trabajadores con ingresos promedio –e ingresos incluso medios, medios-altos de la economía–, creemos que este paquete de medidas mejoró y vamos a trabajar para que las medidas avancen en la discusión parlamentaria. Lo que no quiere decir que no podamos discutir otros temas o que esa discusión no se sostenga y profundice de cara a lo que va a ser la Rendición de Cuentas de 2017.

Nosotros tenemos, por ejemplo, dos o tres temas sobre el sector público que también nos interesa poner en el debate. Planteamos, entre otras cosas, la implementación de un impuesto sobre los cargos políticos. De este tema se habló mucho en el último tiempo, nosotros lo habíamos planteado en octubre del año pasado y estuvimos trabajando en una propuesta y la presentamos. No tiene gran potencial recaudatorio, no cambia desde el punto de vista redistributivo ni desde el punto de vista fiscal, no mueve la aguja, pero nos parece un gesto interesante. Creemos que es interesante que los propios decisores de las políticas tengan un gesto de decir “estamos dispuestos a contribuir especialmente para que se pueda sostener este proceso de crecimiento con distribución en el país”.

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