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Entrevista central, miércoles 2 de marzo: Elbia Pereira

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EC —Volviendo a cómo se dio el año pasado, cuando le preguntaba sobre lo que ocurrió y el balance que se puede estar haciendo ahora, habiendo tenido tiempo y distancia, usted indicaba como un factor determinante y crítico el decreto de servicios esenciales. Y señalaba que cuando se anuncia la declaración de servicios esenciales en rigor los maestros a nivel nacional habían parado solamente tres días. Pero había sindicatos dentro de la FUM que habían tenido otra conducta. A eso alude también, ¿no?

EP —Sí, por supuesto, cuando digo hay compañeros y hay asociaciones que integran la Federación que tomaron resoluciones diferentes de las que tomó la Federación.

EC —Ahí la alusión parece bastante clara a Montevideo.

EP —Por ejemplo, no es la única. Pero sí, la alusión es a Ademu (Asociación de Maestros del Uruguay) Montevideo, Ademu Canelones, Ademu Río Negro, Ademu Soriano incluso.

EC —Usted dice que el Poder Ejecutivo cuando da ese paso, por lo menos cuando realiza ese anuncio, no valora en su dimensión real el conjunto de la situación y magnifica o le asigna una importancia excesiva a lo que estaba pasando en algunos departamentos?

EP —Para nosotros el Poder Ejecutivo no analiza ni toma en cuenta la situación real de la FUM en su conjunto. Para nosotros es así, en ese momento, legítimamente, puede haber mirado el conjunto de la educación en general, pero yo aquí estoy como secretaria general de la FUM, por lo cual es a eso que me voy a referir. Nuestra situación era esa y el Ejecutivo estaba al tanto de la situación. Está bien y entre todos deberíamos analizar lo que pasó.

EC —A partir de ahí se entreveró mucho más.

EP —Sí, se entreveró hacia fuera y se entreveró en la interna. Se entreveró mucho, no digo que el único responsable de esta situación haya sido el Poder Ejecutivo, fue el gran responsable pero no el único, porque nosotros también tenemos responsabilidades. Nuestras responsabilidades como maestros están en las escuelas, nuestra responsabilidad está frente a los niños.

EC —Usted está haciendo una especie de autocrítica, pero la hace desde esta posición, secretaria general de la FUM, que, como su nombre lo indica, es una federación, tiene filiales en cada uno de los departamentos, que son las Ademu, Ademu Montevideo, por ejemplo. ¿Cómo funciona esa relación entre la Federación y los sindicatos? Porque es algo confuso.

EP —Indudablemente, es confuso desde varios puntos de vista.

EC —La FUM como tal desde hace años tiene como una imagen más moderada y Ademu Montevideo –por mencionar nada más que un departamento– tiene una imagen más radical. ¿Cómo congenian, cómo funciona internamente eso?

EP —Funciona como la construcción que tiene todo espacio social de opiniones diferentes que deben conjugarse en una federación. La Federación tiene 70 años, el año pasado cumplimos 70 años de existencia continuada, y siempre hemos funcionado y por suerte funcionamos con opiniones diferentes, porque a partir de la divergencia de opiniones se construye, vamos construyendo. Además representamos a todo el país. La responsabilidad que me cabe en estos momentos como secretaria general tiene que ver con la voz de todos los maestros del país, no solamente de la de los maestros de San José o de Soriano, que es mi filial. En este momento soy la representante de todos los maestros del país.

EC —Y desde esa posición es que hoy va a encabezar una conferencia de prensa, la FUM ha convocado para hoy a un encuentro con los periodistas. ¿Para qué?

EP —En varios sentidos. Uno de los sentidos es posicionar a la Federación en el lugar que realmente tiene. Nosotros trabajamos en tres líneas principales.

Una es todo lo que tiene que ver con lo reivindicativo, con las condiciones de trabajo, con lo salarial.

La segunda línea es el análisis profundo de lo que tiene que ver con los temas pedagógicos, porque la Federación también tiene un fuerte análisis, estudio y profundidad de lo que tiene que ver con las prácticas de aula, con investigaciones. Cada dos meses ininterrumpidamente publicamos nuestra revista pedagógica Quehacer Educativo, que está reconocida a nivel internacional; y no es de ahora, estamos en la edición 137. Compañeros de todo el país están permanentemente investigando y estudiando para mejorar prácticas para los niños. Esa otra dimensión a la que la Federación se aboca, por la que está preocupada y ocupada tal vez no se conozca, tal vez no sea tan visible.

Y la tercera línea tiene que ver con los servicios. Tenemos dos hogares de magisterio donde albergamos anualmente a un centenar de estudiantes que vienen del interior a Montevideo a continuar sus estudios terciarios.

Esto hace la Federación, esto hace un sindicato y tal vez no se sepa, y es bueno que se sepa.

EC —En la conferencia de prensa van a empezar aclarando eso, qué es la FUM. El nombre completo es Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP).

EP —Por eso hago alusión a maestros y funcionarios.

EC —Porque el gremio abarca también a los empleados no docentes de las escuelas. Eso lo van a puntualizar, pero ¿cuál va a ser el mensaje con respecto a lo que pasó en los últimos tiempos?

EP —Es un mensaje de responsabilidad, es un mensaje hacia las familias, hacia los niños, haciendo hincapié en ese compromiso que tenemos los maestros y también los funcionarios, porque el que recibe a los niños en las escuelas todos los días, el que higieniza los gabinetes para que estén en condiciones para que los niños estén en la escuela, el que cocina para miles de niños y centenar de niños diariamente también tienen que ver con esto. Queremos revalorizar y poner en conocimiento general de la población ese lugar del maestro, ese lugar de la educación, que generalmente no se conoce.

EC —Simplificando, ¿ustedes sienten que con todo lo que ocurrió el año pasado los maestros y los funcionarios de educación primaria de algún modo perdieron la confianza de una parte importante de los padres?

EP —En realidad nosotros vivimos y sentimos la confianza todos los días en la escuela y en las escuelas. Sí podemos entender y nos hacemos cargo y me hago cargo desde la secretaría general de ese sentimiento lógico y humano que puedan tener el papá, la mamá, cuando sienten que nuestras medidas obstaculizan su ritmo natural familiar y de trabajo. Claro que lo entendemos, cómo no lo vamos a entender.

EC —¿Ustedes han percibido que el año pasado a los gremios docentes y en particular a los de primaria se les fue la mano?

EP —“Se nos fue la mano” dice usted con las paralizaciones. En el entendido de que son demandas justas, “irse la mano”… no sé dónde ni quién pone los límites. Sí me parece que las decisiones que son tomadas en conjunto deberían llevarse adelante más allá de estar de acuerdo o no con sus resultados.

EC —¿Cómo es esto? Se impusieron las mayorías, dice usted.

EP —Sí; más que se impusieron, es una democracia. La Federación funciona democráticamente y electoralmente. La Secretaría General y el Secretariado Ejecutivo cada dos años pasan por elecciones no obligatorias individuales y secretas. Por lo cual cada compañero afiliado a una de las 31 Ademu que integran la Federación elige completamente su dirección cada dos años. Más democrático que eso… Y no obligatorio, y están votando más de un 60 % de los afiliados. La Federación tiene actualmente 20.800 afiliados y votan voluntariamente más de un 60 %. Eso es democracia. Nosotros defendemos la democracia en todos los ámbitos, cuando ganamos y cuando no lo hacemos.

EC —El año pasado perdieron, corrientes como la que usted encabeza no tuvieron éxito a la hora de definir cómo encarar la lucha por determinadas reivindicaciones gremiales, se impusieron posiciones más duras. ¿Estamos hablando de eso?

EP —Con respeto, capaz que su visión –o tal vez la de la ciudanía–, a pesar de que es claro que su emisión llega a todo el país, no es la visión del país.

EC —Sí, es una visión capitalina.

EP —Es una visión capitalina. Es lo que tiene nuestro país, está este centralismo capitalino o de zonas próximas que hace que se impongan unas visiones que no son tal vez, al menos en este caso y en este sentido, la visión nacional.

EC —Teniendo en cuenta que las cosas no ocurrieron en todo el país como se dieron sobre todo en Montevideo, pero que eso marcó muy fuertemente la relación entre los maestros y la sociedad –obviamente acá hay muchas simplificaciones, una cosa es decir “los maestros”, otra cosa es decir “los sindicatos de maestros”, y a su vez cuando uno habla de los sindicatos de maestros tendría que distinguir entre sindicatos de un lado, sindicatos del otro, las departamentales, la Federación–, quedó instalada una imagen de los maestros que globalmente a ustedes los inquieta, los preocupa. Y es a propósito de eso que quieren hoy hablarle a la gente.

EP —Nos inquieta, nos ocupa y por eso queremos hablarle no solamente a la gente, queremos hablarles a nuestros compañeros también. Esto no tiene que ver con bajar los brazos ni dejar de demandar ni con dejar de luchar por lo que consideramos justo, que tiene que ver con las condiciones de trabajo, con lo que día a día se vive en las escuelas, que es lo que queremos mejorar tanto desde el punto de vista técnico-pedagógico como desde el punto de vista de las condiciones, ya sean edilicias o salariales. Es hablarles, es estar, es estar junto con, es entender lo que vive la sociedad, lo que viven ese papá, esa mamá, ese niño. Entenderlo y acompañar, y entender también el otro sentido que tiene que ver con las demandas justas de los maestros y funcionarios. Eso es lo que queremos trasmitir hoy, mostrar que la Federación tiene otros caminos, otros posicionamientos y otro trabajo que no son de hoy, que no son a partir del conflicto de 2015, que tienen 70 años de espalda, que tienen 70 años de historia.

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