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Entrevista central, miércoles 20 de abril: Milton Tróccoli

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EC —La línea telefónica que se habilitó para recibir denuncias está operativa desde este lunes…

MT —Desde el jueves pasado. El miércoles lo anunciamos y el jueves comenzó a funcionar.

EC —Se trata del número 095 382 465, que es atendido por personas idóneas, de lunes a viernes de 14.30 a 18.30. ¿Qué ha ocurrido en esta primera semana?

MT —Concretamente han llegado seis denuncias; nosotros tenemos una ficha, un protocolo para tomar las denuncias. Todas fueron de muchos años atrás, creo que la que tiene más es de cerca de 60 años atrás.

EC —¿Sesenta años? Se presenta ahora la noticia de un hecho ocurrido hace 60 años…

MT —Exacto.

EC —Es muy impresionante eso, por todo lo que sugiere a propósito de lo que ocurrió en la Iglesia uruguaya en esas seis décadas.

MT —Sí; no creo que los casos sean mayoritarios en proporción a los sacerdotes…

EC —No, por supuesto, acá hay que cuidar el riesgo de generalizar.

MT —Pero muestra también lo que es el dolor de la persona que muchas veces no lo puede expresar inmediatamente. En general estas situaciones, aun cuando suceden en otros ámbitos que no son eclesiales, en el ámbito de la sociedad, aparecen muchos años después.

EC —¿Hay cifras de la experiencia internacional, de lo que ha ocurrido desde el año 2002 en adelante en el mundo con la Iglesia católica? ¿Qué proporción de los sacerdotes ha quedado involucrada en estos hechos?

MT —Hay algunos estudios que se han hecho en EEUU, también en Alemania; generalmente el porcentaje anda en el entorno del 0,3 % o 0,2 %; por ejemplo en Alemania ha sido el 0,3 %, EEUU es donde la cifra ha sido más alta.

EC —Decía el diario El País, en uno de los informes que ha publicado: “El principal aporte del Papa Benedicto XVI en este tema fue la puesta en marcha de una maquinaria capaz de recepcionar cientos de denuncias anuales. El énfasis de Francisco, por ahora, es haber puesto el foco en la prevención”. ¿Ustedes lo ven así? ¿Estamos en la etapa de la prevención?

MT —Digamos que el papa Francisco ha continuado lo que empezó el papa Benedicto. Ya encontró hecho el protocolo y ahora se atiende la prevención, porque no queremos que esto suceda nunca más. Para eso hay que prevenir y hay que ir tomando medidas, que pastoralmente para algunos pueden ser duras, pero que atienden a cuidar a la persona, a cuidar a todos los menores que participan en la vida de la Iglesia y a cuidar también a los propios consagrados y sacerdotes en los vínculos.

EC —¿Cuáles son esas medidas que pueden parecer duras? ¿Qué está haciendo la Iglesia católica uruguaya en materia de prevención?

MT —Se ha creado una comisión para la prevención, que está empezando recién a trabajar, y se van dando algunos lineamientos. Por ejemplo, en el caso de los colegios toda comunicación entre docente y alumno debe ser a través de la plataforma virtual del colegio y no a través de las redes sociales, por ejemplo que un docente tenga como amigos de Facebook a sus alumnos menores.

EC —¿Por qué? ¿Qué importa esto?

MT —Importa que toda comunicación tenga la transparencia y el aval de la institución, y evitar un tipo de comunicaciones que, aun sin ser abuso o sin ser delictivas, puedan ser equívocas o puedan dar lugar a equívocos.

EC —Aquí vemos que las medidas que se están tomando no abarcan solo la prevención con respecto a la conducta de sacerdotes, la Iglesia católica también está ocupándose de sus instituciones, en este caso de sus colegios, está abarcando a docentes, a funcionarios…

MT —Exactamente. Es lo que en prevención se llama crear ambientes seguros. Lo mismo si un sacerdote tiene que hablar con una persona, debe ser en un lugar donde haya un vidrio en la puerta, que se vea hacia dentro, no debe ser un lugar totalmente cerrado. Y si se va de campamento con adolescentes o con niños, tienen que participar varios adultos y en lo posible padres de los chicos que van al campamento.

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