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Entrevista central, miércoles 20 de enero: Ricardo de Izaguirre

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NB —La convocatoria para esta protesta llamaba a manifestarse en torno a tres puntos principales: los aumentos de las tarifas públicas, el precio de los combustibles y el atraso del pago de las exportaciones a Venezuela. Empecemos por el primer punto. ¿Cuánto incide en el negocio lechero el costo de la energía eléctrica?

R de I —Para el análisis de los costos de producción nos basamos en modelos de sistemas productivos. Tomamos como promedio un predio de 141 hectáreas, con 4.500 litros de producción por hectárea por año y con sistema productivo adoptado por un buen número de productores de ese tamaño, que es característico del país. Seguramente hay productores que gastan menos, productores que gastan más, que tienen más ingresos, que tienen otras formas de producción; puede haber productores estabulados muy grandes, otros exclusivamente pastoriles, que tengan distinta relación de costos.

Para el productor promedio la incidencia del combustible es de 4,5 % y la de la energía es de 3,5 %. Hay predios que nos han manifestado que esos valores son distintos y es factible haya productores con relaciones diferentes.

El costo más complicado que hoy tenemos es el arrendamiento, el sector quedó muy prendido a la competencia por la tierra con respecto a la soja, y como nuestros arrendamientos o nuestros sistemas no son como en el caso del agricultor, que lo puede hacer anualmente, buscamos hacer nuestros contratos al plazo más largo posible, porque son sistemas productivos que no funcionan un solo año, es muy difícil planificar las inversiones y la rotación de pasturas para menos de cinco años. Por tanto el productor ha quedado en condiciones de desventaja con respecto a la moneda.

Nuestras rentas tradicionalmente estaban fijadas en leche, variaban de acuerdo al precio de la leche, pero últimamente, dada la competencia con la soja, pasaron a ser en dólares y eso significa que las rentas están pesando mucho. La alimentación, los concentrados, las semillas y los fertilizantes siguen siendo los componentes de costos más importantes de la cadena. El 70 % de nuestros costos están en dólares y el 30 % en pesos. Estos de las tarifas públicas están en pesos, y al subir el dólar los costos en pesos –salarios y tarifas públicas– son los que menos importancia tuvieron en este período. No obstante lo cual, cualquier solución o especificidad sobre ese tema que podamos avanzar siempre ayuda, por ejemplo realizar acuerdos o visualizar franjas de consumo de energía.

RA —Justamente, el senador José Mujica manejó ayer en su audición radial la posibilidad de algún descuento tarifario para el sector lechero en particular en el tema de la tarifa eléctrica. ¿Está prevista esa posibilidad? ¿Están trabajando en algo concreto en ese sentido?

R de I —Estamos trabajando en la posibilidad de que la lechería sea considerada gran consumidor, en cómo se puede instrumentar. Son un sinnúmero de contadores y de cosas, pero por ese lado es que buscamos ir mejorando esas relaciones.

NB —¿En qué plazo se está trabajando? ¿De qué manera se va a concretar?

R de I —Ayer quedamos con las gremiales en estudiar en 15 días todos estos aspectos, los planteos de distinta índole que hicieron, ver qué impacto tienen, qué posibilidades tienen, para llegar al MGAP, al cual el Inale pertenece, con propuestas viables.

RA —Quizás el aspecto más polémico sea el tema de las exportaciones a Venezuela por el atraso en los pagos. ¿Tiene las cifras de cuánto exportaron y cuánto se les ha pagado hasta el momento a las empresas lácteas con ese destino?

R de I —Son en total 44.000 toneladas en embarques de 4.000 toneladas, y se cobraron tres embarques (12.000 toneladas), y de eso se hizo efectivo el 80 %. Con respecto a quesos, lo comprometido eran 12.000 toneladas y se exportaron 4.200. La exportación de quesos la realizan las tres empresas que exportaban tradicionalmente a Venezuela, Calcar, Claldy y Pili. Conaprole también exportaba quesos, pero como era la única que estaba haciendo leche en polvo, exportó exclusivamente leche en polvo. Las tres empresas exportaron 1.400 toneladas cada una, y una sola (Pili) recibió el pago del 80 % de su embarque. O sea que están restando el 20 % de una de las empresas y el 100 % de los embarques de las otras dos, que está comprometido que van a realizarse, hubo algún inconveniente con la documentación.

RA —En el caso de Conaprole, la deuda por la leche en polvo es de US$ 86 millones.

R de I —Sí, Conaprole tiene esa deuda y tiene deudas anteriores a este acuerdo comercial por US$ 27 millones. La exigencia que realizan los productores, y que nosotros entendemos, nosotros la planteamos a diario. Nos consta que todo el Gobierno está al tanto de lo que sucede, está muy preocupado y está haciendo todas las gestiones posibles para solucionarlo.

NB —El diputado nacionalista Edmundo Rosselli, que es vicepresidente de la Comisión de Ganadería de la Cámara de Representantes, dijo esta semana a El País que “el Gobierno es el que hizo los negocios y por lo tanto es el que tiene que dar la cara. No puede ser que le estemos perdonando una deuda de US$ 622 millones a Ancap, derivada de otra deuda que la empresa tenía con Pdvsa, y no podamos solucionar un problema económico a los productores, que son los que quedaron dentro del negocio del Estado”. Y el diputado Omar Lafluf, también del PN, opinó que “el Gobierno se tiene que hacer cargo porque las empresas exportaron porque el presidente les dijo que la plata estaba”. ¿Qué responde a ese tipo de argumentos?

R de I —El Gobierno se está haciendo cargo. Quizás lo más fácil sea decir “saco la plata del bolsillo y te la doy”. Creo que está demostrando que tiene una gran sensibilidad y está buscando la solución con un país que está complicado, que es Venezuela. Lo nuestro no pasa solo por cobrar este dinero puntualmente, pasa también por continuar las relaciones. El mercado venezolano para nosotros es muy importante. También lo es el brasileño, también lo es el cubano, todos, pero no estamos en condiciones de despreciar ningún mercado ni de cerrarle las puertas a nadie.

NB —De todos modos, parecería que con la caída que ha tenido el precio del petróleo Venezuela deja de ser un mercado tan atractivo.

R de I —Todas las cosas tienen su vuelta.

NB —Se refiere al juego de equilibrios que tiene que hacer el Gobierno para exigir por un lado el pago, pero por otro lado no cerrar puertas. ¿Esa es la situación que está planteada?

R de I —Exacto. Es un juego complicado mantener las relaciones comerciales con Venezuela. Yo estuve mucho en ese país. Las necesidades de leche son importantes. Tenemos acuerdos de trabajo con ellos para el desarrollo de la lechería. Y nos parece que es bueno que mantengamos la apertura con ese mercado que sin duda está necesitando lácteos y de algún lado los va a llevar, capaz que en condiciones distintas o con mejores condiciones de pago. Hay que buscar la forma, pero nuestra lechería no termina en este negocio. Este negocio es uno más que debemos superar y ver cómo seguimos transitando.

RA —¿Mientras tanto el Gobierno está efectivamente manejando la posibilidad de adelantarles el pago de esa deuda de Venezuela a los productores?

R de I —Lo primero que está haciendo el Gobierno es tratar de cobrar eso. Pero no es insensible. Ha habido momentos en los cuales empresas nuestras han estado al borde de no poder pagar la leche en determinado momento. Se está buscando alternativas para ir auxiliando e ir encontrando soluciones para cobrar o, eventualmente, solucionar financieramente esa situación.

RA —¿Que puede ser? ¿Se irá viendo caso a caso?

R de I —Opinamos que sí. Las cosas fáciles son pasajeras. Busquemos que las soluciones vengan con mucho laburo, que se vayan buscando aperturas. De pronto podemos conseguir esos dineros sin tener un costo innecesario para el país.

NB —De todos modos, desde el oficialismo se escuchaban voces en estos días que decían que en definitiva el Gobierno había abierto un canal y que ahora la negociación era entre privados, que este es un problema entre privados. ¿Usted entiende que la responsabilidad de que este dinero aparezca está en el Gobierno uruguayo, o entiende que en última instancia sí es un problema entre privados?

R de I —Los privados son ciudadanos. Estamos todos en el mismo barco. Si les va mal a nuestras empresas lácteas le va mal a toda la cadena láctea y le va mal al país. No creo que haya diferenciación entre privados y públicos en este caso, sino que debemos compartir la tarea y buscar en forma conjunta. No es responsabilidad exclusiva de uno, sino de todos los actores. Las industrias nuestras están trabajando de una forma bastante seria y responsable para atacar este tema, muy cerca de los ministerios de Ganadería y de Industria.

RA —¿En esta coyuntura es posible que se abran otros mercados que sustituyan al venezolano? Se lo pregunto porque también está de por medio la mercadería que se pensaba enviar al país caribeño y que, dada esta situación, por ahora no se está mandando.

R de I —Estuvimos en Cuba. Mañana tenemos una reunión en el MGAP junto con la gente de Conaprole, que junto con el Inale y el ministerio estuvieron en una segunda delegación. Nosotros estuvimos en una primera con el ministro Aguerre. Estamos esperando que una delegación cubana venga al país. Es una línea bien interesante. Cuba es un país al que ya se ha exportado, hay una tradición de lazos muy serios de trabajo y visualizamos que tiene un potencial por la apertura y por el potencial turístico, de ser un destino fuerte para la lechería, más fuerte que actualmente.

De ninguna manera tratamos de quedar en un solo mercado; eso llevaría a que las dificultades que pudieran existir en algún país se trasladaran directamente al nuestro. Trabajamos en ir abriendo distintas bocas que nos permitan ser menos débiles ante las situaciones puntuales de los países.

También fuimos invitados por el presidente Vázquez a Japón, otro país que cada vez está produciendo menos leche, o sea que se tiene que abastecer a nivel mundial. Japón vio en nuestro país condiciones de calidad de leche y de seriedad en todos los procesos: bacteriológicos, cadena láctea, desde la energía eléctrica hasta los tanques de frío, el transporte a granel. Es una riqueza muy fuerte que tiene nuestra lechería y que fue muy bien considerada por Japón. O sea que estamos en la lista de los países que Japón tiene en su mira para importar.

NB —¿Qué otras soluciones están pensando en el Gobierno para mejorar la situación del sector?

R de I —La fundamental en este momento es la financiera.

RA —Sobre ese punto se pidió ayer acceso a financiamiento. Ya está vigente el Fondo Lechero, el adelanto de la tercera etapa que se les dio a los productores. ¿Se piensa profundizar en ese aspecto?

R de I —Para octubre se hicieron efectivos US$ 45 millones, para la segunda quincena de febrero se puede hacer efectivo el total de ese crédito. El crédito se comenzaría a cobrar en setiembre de 2016, o sea que va a haber un plazo para ver si el sector puede recuperarse y llegar a la primavera. Este de febrero llega en un momento adecuado, el de la confección de la reserva forrajera –claro, habrá productores que me estén escuchando que dirán “ya lo gasté”, eso sucede–. Vamos a continuar financiando esta situación y esperamos que para la primavera de 2016 tengamos una reversión de la situación.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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