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Entrevista central, miércoles 30 de agosto: Carolina Cosse

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EC —Carolina Cosse es ingeniera electricista y magíster en Ingeniería Matemática. ¿Qué es esto último?

CC —Es una carrera de posgrado que hay en facultad, que se llama Ingeniería Matemática, que es diversas ramas de la matemática con un fuerte contenido de aplicación en la ingeniería especializada. Para mí fue la manera de acercarme a la matemática desde la ingeniería, fue un gusto que me di, lo disfruté muchísimo.

EC —¿Y eso después qué tipo de aplicaciones permite? ¿En qué se ha desempeñado a partir de esa especialización?

CC —Yo no, porque utilicé esto para darme un gusto en la matemática y usé ramas de la matemática muy cercanas a la ciencia básica. Pero hay otras especializaciones, uno puede elegir el mix que arma la ingeniería matemática. Hay especializaciones vinculadas con mucha probabilidad, con cálculo numérico, con mucha álgebra, que hoy están a la orden del día en cualquier investigación o necesidad de investigación que surja de grandes instalaciones de la ingeniería, cuestiones aplicadas que tienen que ver con las olas en el mar, para la estabilidad de estructuras, o cuestiones que tienen que ver con diseño industrial. Hay de todo.

EC —La ingeniera Cosse fue presidenta de Antel en el período de gobierno anterior, y es ministra de Industria, Energía y Minería desde que asumió el doctor Tabaré Vázquez su segunda administración.

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EC —Hablemos ahora de la industria. Yo decía que si dejamos de lado la actividad de la refinería, la producción manufacturera subió 6 % en junio con respecto al mismo mes del año pasado, y tomando un período más largo, primer semestre, hay un aumento de 3 % con respecto a 2016. Sin embargo, el empleo todavía continúa muy rezagado, muy quieto, no hay crecimiento ni en horas trabajadas ni en puestos de trabajo. ¿A qué lo atribuye usted?

CC —En particular lo que hicimos en el ministerio fue un análisis de los últimos 10 años. Primero quiero decir que la industria se está recuperando y que este resultado del semestre de 2017 comparado con el primer semestre de 2016, incluso haciendo un análisis de los 12 meses móviles, da que la recuperación industrial del núcleo duro de la industria, o sea sin refinería, sin las pasteras y sin Pepsi, es una tendencia marcada. Hay un índice adicional, la difusión industrial, que es de todas las ramas industriales cuántas crecieron en el último semestre, y en este semestre da 53 %. Quiere decir que en el último semestre la mayoría de las ramas industriales presentaron crecimiento con respecto al semestre anterior. Y esto marca una tendencia consistente.

Pero hubo pérdida de puestos de trabajo porque hubo, entre otras cosas, un cambio en el entramado industrial del Uruguay en los últimos 10 años. Por ejemplo, la fabricación de celulosa, que hace 10 años representaba el 1,8 % en el peso industrial, pasó a representar en el 2016 el 11 %. Otro sector que creció mucho en los últimos 10 años, que duplicó su producción, es el químico y farmacéutico. Y el sector alimentos y bebidas pasó de representar el 37 % a representar el 42 %, en particular llevado adelante por frigoríficos, industria láctea, cervecerías. Y otros sectores quedaron rezagados en el crecimiento. Esos otros sectores que quedaron rezagados son vestimenta y textil, curtiembres, caucho y plástico. Si tú mirás el peso en la participación industrial de todos los sectores que acabo de nombrar, hubo un cambio en la composición.

Creemos que hay que tener una intensa política de estímulo a las pymes para ir empezando a recuperar puestos de trabajo, que hay que tener una intensa política de aumento de la productividad para darles más competitividad a las empresas y para darle más capacitación a la gente. Pero antes de empezar a pensar en temas de automatización, que no han tenido impacto en los puestos de trabajo, no se han perdido puestos de trabajo por introducción de automatización.

EC —Hace unos días, cuando analizábamos este tema con la gente de Deloitte, el economista Pablo Rosselli decía: “A nuestro juicio, lo que está pasando con el empleo en la industria se debe en buena medida a falta de competitividad y, en particular, a los altos costos salariales, que llevan a que las empresas sigan siendo reticentes a la hora de expandir su plantilla laboral”.

CC —Esa es una opinión y lo que yo veo son datos concretos de los últimos 10 años y una tendencia. Me parece que para aumentar la competitividad y las oportunidades de todos los uruguayos tenemos que llevar adelante determinadas cuestiones de coordinación en la política pública.

EC —¿Por ejemplo?

CC —Por ejemplo, en casi todos los rubros de actividad, si tú importás partes, el arancel que pagás generalmente es órdenes de magnitud más caro, más alto que si importás un producto terminado. Eso es algo que tenemos que revisar en todos los rubros de actividad. Eso implica que no hay igualdad de condiciones de competencia, la industria nacional necesita tener igualdad de condiciones para competir con productos de otras regiones. Yo visito muchas industrias, recibo a muchas industrias y voy a ellas, y en muchos sectores me encuentro con esta realidad, los más variados, desde cuestiones de metalúrgica, cuestiones vinculadas con el agro. Y también nos está pasando que medimos con una vara distinta la calidad de los productos nacionales, una vara mucho más alta, que la calidad de los productos importados.

EC —Medimos con una vara distinta… ¿Cuándo?, ¿cómo?

CC —Por ejemplo, para los envases de plástico. Cuando se van a fabricar en Uruguay se les exige una serie de cuestiones que están muy bien, de inocuidad, pero de repente viene un envase de plástico con un contenido adentro y tú no sabés por qué laboratorios pasó, qué certificaciones tiene. Entonces hay un tema de igualdad de condiciones para competir que necesita la industria nacional, que tiene que ver en algunos casos, en la gran mayoría, con una revisión arancelaria, y en otros casos el mundo también existe. Por ejemplo, en el caso farmacéutico, si tú querés exportar productos ahora a Brasil, hay una nueva disposición de Brasil que les pide a las industrias farmacéuticas que van a introducir productos en su mercado que instalen su propio laboratorio de certificación en Brasil. Y nosotros cuando entran productos de esos lugares no les exigimos que instalen su propio laboratorio de certificación en Uruguay. Entonces tenemos que darles igualdad de condiciones de competencia a nuestras industrias.

EC —Son interesantes los puntos que acaba de mencionar…

CC —En el agro también.

EC —… pero cuando la discusión se da por ejemplo con la CIU, que alerta por problemas de competitividad, se mencionan otros factores: el dólar debería estar en el entorno de los $ 32, se pide la reducción de los costos de la energía para la producción y también se cuestiona el aporte patronal a la seguridad social. El presidente de la CIU dijo hace unos días en El Observador que “chocan permanentemente contra una pared” cuando plantean estos reclamos.

CC —Más o menos, ¿no?

EC —¿Usted no es una pared?

CC —No, no soy una pared, definitivamente no lo soy.

EC —Pero han dialogado sobre estos temas, supongo.

CC —Sí, hemos dialogado, y lo que estoy tratando de decir es que no son los únicos temas, primera cosa. Con respecto a esos tres temas que tú planteás, tipo de cambio, entiendo desde el punto de vista de las industrias que requieran el tema, me pongo en su lugar y lo entiendo, pero las industrias forman parte de un país y en este país el tipo de cambio no solo responde a eso, responde a una serie de equilibrios macroeconómicos que son entre otras cosas los que hacen que el país tenga un grado inversor. Así que hay que ver toda la película.

Con respecto a los temas de energía, estoy de acuerdo en que en algunos casos, en algunos sectores la energía es un factor…

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