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Entrevista central, miércoles 30 de noviembre: Richard Read

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EC —Mencionó al pasar al centro educativo Los Pinos de la cuenca Casavalle, hace pocos días incluso estuvo allí, dando una charla a niños y jóvenes que concurren a esa institución. ¿Es una referencia para ustedes?

RR —Es una referencia. Muchos deberían ir a verlo, sacarse los prejuicios, los falsos prejuicios, esa cuestión de la inmediatez de los uruguayos de cuestionar y criticar sin conocer de qué estamos hablando. Los Pinos está enclavado en pleno Casavalle, uno se encuentra con la grata sorpresa en un barrio laburante, porque la inmensa mayoría de la gente que vive ahí son trabajadores, en un complejo que no le tiene envidia a ningún complejo de ninguna universidad norteamericana. Allí hay 500 y pico de gurises del barrio, y no solamente están haciendo la apoyatura en matemática, en idioma, en la UTU, que ahora también está instalada, sino en el aprendizaje de oficios, y de allí a becas a universidades donde muchos están cursando. Algunos ya se recibieron y vuelven a Los Pinos como docentes.

Es una forma de contención, hay una coparticipación de la familia. Nos parece brillante. Después están los que critican todo: “lo hicieron con mi plata, es parte de los subsidios que da el gobierno a las empresas”. Todo lo que quieras, yo miro el resultado: hay 500 gurises a los que les tiraron un cabito, que si no fuera por esa situación hoy estarían en la calle. Entonces después discutir quién está atrás, quién lo hace, quién no lo hace me parece de una miseria humana tremenda. Hoy hay 500 gurises que tienen una opción de vida distinta de lo que sería si un establecimiento de esas características no los hubiera acogido.

EC —El sindicato de la FOEB ha iniciado una serie de reuniones con personalidades políticas para hacer conocer el proyecto. Ya se reunieron con los senadores Marcos Otheguy del Frente Amplio, Pedro Bordaberry del Partido Colorado, Pablo Mieres del Partido Independiente, mañana está previsto un encuentro con el senador Luis Lacalle Pou del Partido Nacional y la semana próxima va Jorge Larrañaga, también del Partido Nacional. ¿Qué están buscando? ¿Por qué esos encuentros?

RR —Este proyecto es válido, estamos entusiasmados, queremos mucho a este proyecto. Si uno quiere hacer este tipo de cosas, primero tiene que quererlas, tiene que abrazarlas, quererlas, sentirlas como propias. Si uno quiere, normalmente puede llegar; si no quiere, normalmente no puede. Nosotros queremos esto. No tenemos respaldo político-partidario, somos un sindicato que profesa la independencia total de los partidos políticos, del gobierno y de las patronales. No le pedimos permiso a nadie. Pero no dormimos arriba de un palo, sabemos que estos temas tienen que tener difusión, tienen que tener onda expansiva, reproducción.

El sistema político tiene que hacerse parte de estos hechos, porque tiene una responsabilidad en la educación que tenemos hoy. Entonces nos pareció bueno invitar a senadores de todos los partidos, que han ido de primera, con mucha atención y con mucho respeto y han preguntado. En la sesión del Senado del 6 de diciembre, en horas de la mañana, utilizando la media hora previa, va a haber intervenciones a favor del proyecto, a favor de la iniciativa, sin tomar partido en el resultado porque todavía no se vio.

La idea nuestra es, primero, en la pluralidad que nos caracteriza, en el respeto a las disidencias, en la tolerancia del que opina distinto, el respeto absoluto de los partidos que representan a la ciudadanía en el Senado para que conozcan el proyecto. Nosotros recontraagradecidos de que hayan ido al local sindical que tenemos en la fábrica senadores representativos de cada partido a hacerse cargo del conocimiento de un proyecto que es simple, pero que tiene una raíz muy importante, que es pelear contra un sistema que hoy excluye en vez de incluir.

EC —Tienen previsto además que siga creciendo. Porque usted dijo “empezamos con botijas de cuarto, quinto y sexto de escuela, pero…”.

RR —Hay un tema, el gran problema de los gurises no está en la primaria, está en el salto a secundaria. Es muy grande el cambio para los gurises de tener esa maestra o maestro protector, que sabe tu nombre, sabe tu problema, sabe con quién vivís, sabe tus necesidades, y pasar a un liceo donde eso es más unipersonal, son seis, siete, ocho profesores que te atienden una o dos horas por semana, algunos recordarán tu nombre, otros más o menos, a veces van, a veces no van. Ahí aparece luego la deserción, hay un 40 % de deserción ya en segundo, tercero de liceo. Y hay un problema de comprensión lectora. Sería importante que la primaria terminara en noveno en vez de en sexto. Tenemos ese gancho, ese enlace en la mira para un futuro quizás después del próximo convenio colectivo.

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