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Entrevista central, miércoles 4 de enero: Fernando Traversa

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NICOLÁS BATALLA (NB) —¿Cuál es la situación a esta hora en el país en general después del suceso de ayer?

FT —Los mayores impactos se registraron en Montevideo, Canelones y Rocha, todos ellos asociados al fenómeno de vientos fuertes. Esos vientos ocasionaron en Montevideo afectaciones especialmente en los municipios costeros, pero en distintas partes de Montevideo, con caída de árboles, alguna voladura de techo, voladuras del ornato público, cartelería, bancos, como también la explosión de algunos vidrios. Y por suerte en ese contexto, de acuerdo a lo que nos informa SAME –que es el comando de articulación dentro de ASSE de la parte de emergencias y que además cumple un rol muy importante para el Sinae, porque es el articulador entre múltiples efectores de salud en temas de emergencia–, solamente 17 personas se comunicaron por distintas heridas leves en el marco de esa emergencia.

RA —¿Esa situación sigue incambiada respecto a la información de ayer?

FT —Esa es la información que hemos tenido hasta ahora. Hemos quedado en contacto y ellos nos han planteado que nos actualizarían en la medida en que hubiese nuevos llamados. Hasta ahora lo que tenemos es la situación de un adolescente que se vio afectado por vidrios en la zona de Malvín Norte, en Hipólito Irigoyen y Aiguá.

NB —¿Cómo es el protocolo que se dispara cuando se genera una situación así?

RA —Sobre todo teniendo en cuenta que ustedes tenían el llamado de atención amarillo del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet). ¿Qué implica para ustedes eso en el trabajo?

FT —Hay un protocolo de actuación general que refiere a todos los riesgos, que tiene que ver con la subsidiaridad en la respuesta. Quiere decir que ante cualquier circunstancia hay un conjunto de primeros respondedores que tienen dentro de su mandato institucional la obligación de responder ante determinadas circunstancias. Si se trata de un riesgo de fuego es Bomberos el que va, si es en salud van los efectores de salud. Hay un primer nivel que es entre los primeros respondedores.

El siguiente nivel es de coordinación departamental. Son muy importantes las políticas que los comités departamentales desarrollan para su territorio, porque la misma amenaza puede generar riesgos distintos en distintos departamentos. Si yo tengo un departamento forestado con casas en el medio, el riesgo de que ante un viento los árboles caigan sobre las casas es mayor que en otro con áreas de forestación privadas, separadas de las viviendas. En cada departamento se trabaja en el mapeo de los riesgos, su análisis, la observación de los impactos y la preparación para la respuesta.

En ese nivel de lo departamental, que es presidido por los intendentes en cada caso, se conserva el primer nivel de la respuesta y de articulación entre el gobierno nacional y los gobiernos departamentales. Insisto porque de hecho en cualquiera de estas emergencias el nivel de la respuesta se ha conservado en el nivel de lo departamental. Nosotros somos actores de articulación y de complementación de capacidades, recién cuando esas capacidades de nivel departamental se ven superadas el Gobierno nacional pasa a mandatar la respuesta, recién en el tercer nivel de subsidiariedad ingresa la Dirección Nacional para conducir la respuesta.

En ese mecanismo articulamos con múltiples actores, entonces las alertas nos las ofrece cada actor según su saber técnico y su ubicación. Si tiene que ver con fuego es Bomberos quien nos advierte de la presencia de un fuego; si tiene que ver con cuestiones meteorológicas es el Inumet que nos comunica las advertencias.

En este caso en particular nos va mandando informes previos, que dicen “se espera un fenómeno entre tales y tales días, todavía no tenemos el detalle suficiente como para decir ‘va a pasar esto tal día’”. Ese informe no es público, es un informe que mandamos a todos los centros coordinadores departamentales de emergencia. Quiere decir que todos los coordinadores designados por los intendentes en cada caso y por tanto responsables de coordinar las capacidades a nivel departamental reciben esa información.

Luego, en la medida en que van surgiendo advertencias y estas tienen colores, el Inumet, en el mismo momento en que nos manda la información, la manda a todos los coordinadores departamentales, a los intendentes y a los secretarios de cada una de las intendencias. Le hemos provisto un listado de correos electrónicos para que en el mismo acto en que nos mande a nosotros la información también se la mande a los actores departamentales.

Después, el sistema redunda esa información por varias vías. Si es de carácter amarillo o naranja, agregamos un SMS especialmente para determinados actores, para el intendente, para el coordinador. Y en caso de que sea roja, llamamos directamente y nos ocupamos de que tanto el coordinador como el intendente reciban de primera mano la comunicación de que sobreviene una advertencia de ese orden.

RA —¿Un llamado de color amarillo implica que necesariamente cada coordinador debe dotar de más personal determinadas áreas o que Bomberos acá en Montevideo incrementa el personal que tiene trabajando? ¿Se toma algún tipo de medida desde ese punto de vista?

FT —En cada una de las instituciones se organiza la respuesta a partir de la advertencia de distinta forma. Bomberos tiene un servicio de 24 horas y cuando recibe la advertencia de que pueden darse determinados fenómenos pone sobreaviso a sus destacamentos. Lo mismo hacen la policía, el Ejército; este último tiene secciones de apoyo a la emergencia, entonces predispone en el entorno de 20 personas para asistir a la posible atención en la emergencia. Todo esto es coordinado en el nivel departamental por los centros coordinadores.

Cuánto haya trabajado cada centro coordinador en adecuar los protocolos nacionales, los procesos de planificación y las articulaciones antes de la ocurrencia de un evento depende del nivel de lo departamental y es promovido por el nivel de lo nacional. En muchos casos ofrece una muy rápida y segura articulación y en otros todavía quedan procesos de trabajo. Pero en los últimos seis, siete años, desde la instalación por ley en 2009, hemos logrado avanzar sensiblemente en la instalación de esos centros coordinadores y en la activación de mecanismos de preparación.

Específicamente qué supone en cada departamento es variable. En Montevideo hay un centro coordinador que funciona las 24 horas los siete días de la semana, y cuando llega una advertencia de ese tipo aumenta la cantidad de recursos humanos. En Canelones tienen un servicio de atención al público que cuando se registra el comienzo de una emergencia pasa a funcionar las 24 horas. Depende de cada departamento.

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